El presidente Donald Trump lleva más de un año al frente del Gobierno de los Estados Unidos, sin embargo continúa circulando en la misma limusina que fue estrenada en 2009 por su antecesor Barack Obama. La situación no tardará en cambiar, debido a que el Servicio Secreto de aquel país recibió recientemente el nuevo vehículo por parte de General Motors. Se trata de un Cadillac personalizado, que se fabricó bajo un contrato de 15.8 millones de dólares.
El flamante auto híbrido fue encontrado a lo largo del último año por las calles americanas en plena fase de preparación y, a pesar del camuflaje, mantiene el mismo diseño estético del CT6, modelo insignia de la marca. Es, por lejos, el auto más seguro del planeta ya que, además de ser completamente blindado, está protegido contra ataques de armas químicas y explosivas.
La carrocería está hecha de aluminio, acero, titanio y cerámica. Las puertas tienen un grosor de unos veinte centímetros y las ruedas, por su parte, están preparadas para transitar incluso con los neumáticos reventados.
Trae, asimismo, un sistema automático de extinción de incendios, cerraduras especiales y cámaras de visión nocturna. Por si fuera poco, se encuentra equipada con cañones de gas lacrimógeno y armas de distintos calibres. A esto hay que agregarle que el conductor siempre será un agente altamente capacitado y experto en técnicas de manejo defensivo y evasivo.
Cadillac fabricó todas las limusinas presidenciales desde 1993 y jamás tuvo competencia a la hora de renovar el contrato con el gobierno. “Siempre fue parte de nuestra herencia y tradición, esperamos seguir transportando presidentes en el futuro”, manifestó Johann de Nysschen, presidente de la firma.
