¿Cuándo surgió el parabrisas y cómo evolucionó en los primeros años?

Prácticamente es un elemento primordial en cualquier vehículo de calle, pero con el correr de las décadas sufrió varias transformaciones. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

El parabrisas, elemento indispensable en cualquier vehículo moderno, nació de la necesidad de proteger al conductor y a los pasajeros de la suciedad, el viento y las inclemencias climáticas. Sus orígenes se remontan a principios del siglo XX, cuando los automóviles empezaban a popularizarse, pero aún carecían de muchas de las comodidades y medidas de seguridad que hoy consideramos básicas.

A principios de 1900, Cadillac comenzó a ofrecer, de manera opcional, un panel de vidrio plano montado sobre un marco metálico como protección frontal. Sin embargo, este vidrio era del tipo común, lo que implicaba un riesgo considerable: en caso de rotura, ya que se podría fragmentar en pedazos afilados que podían causar graves lesiones.

La gran revolución llegó gracias a un accidente fortuito en 1903, cuando el químico francés Édouard Bénédictus dejó caer un frasco recubierto internamente con una película de celuloide y notó que, aunque se agrietó, no se desintegró en trozos peligrosos.
Parabrisas
Inspirado por este hallazgo, patentó el vidrio laminado, un material compuesto por dos láminas de vidrio unidas por una capa intermedia de celuloide o plástico, que evitaba que se desprendieran fragmentos al romperse.

Durante los primeros años de la década de 1910, algunos fabricantes comenzaron a adoptar este vidrio laminado en los parabrisas, mejorando notablemente la seguridad de los ocupantes. En los años 20' y 30', su uso se volvió cada vez más habitual, y poco a poco pasó de ser un accesorio opcional a un componente estándar en la industria automotriz.

A partir de entonces, la evolución del parabrisas ha sido constante: se incorporaron vidrios curvos para mejorar la aerodinámica, tratamientos tintados para reducir el deslumbramiento, y tecnologías como el desempañado, el aislamiento acústico y, más recientemente, la integración de sensores para sistemas avanzados de asistencia a la conducción.

Así, lo que comenzó como un simple panel de vidrio para detener el viento se ha transformado en un sofisticado elemento de seguridad y confort, fruto de más de un siglo de innovación y perfeccionamiento.

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