Tras el exigente paso por Spa-Francorchamps, Franco Colapinto afrontará un nuevo desafío en la Fórmula 1: el Gran Premio de Hungría. El piloto argentino de Alpine no solo buscará sumar experiencia y mejorar su rendimiento, sino que intentará alcanzar un objetivo que ningún compatriota logró en este escenario: ver la bandera a cuadros en el Hungaroring.
El trazado húngaro, que se incorporó al calendario en una etapa más moderna de la categoría, ha sido esquivo para los argentinos. En más de tres décadas, solo tres pilotos nacionales compitieron allí y ninguno consiguió completar la carrera. Oscar Larrauri, en 1988, ni siquiera pudo largar, al quedar afuera por una posición en la clasificación con el equipo EuroBrun.
Esteban Tuero, en 1998, debió abandonar en la vuelta 13 por un problema de motor con Minardi. Dos años después, en 2000, Gastón Mazzacane, también perteneciente a la misma escudería (Minardi), se retiró en la vuelta 68 por una rotura mecánica, cuando estaba cerca del final.
Colapinto será el cuarto argentino en intentar domar el Hungaroring y llega con una meta clara: completar las 70 vueltas de la carrera. Si lo logra, no solo cortará una racha adversa que persigue a los pilotos nacionales en Hungría, sino que también escribirá una nueva página en la historia del automovilismo argentino en la Fórmula 1.



