Guía para principiantes: ¿Para qué sirven los conectores?

Son varios y de diferente complejidad, pero en todos los casos son fundamentales para el sistema eléctrico.

Jorge Pablo Gualtieri

Hay una gran cantidad de enchufes o conectores en los automóviles actuales, desde los muy complejos que se hallan en las computadoras de mando del motor y de la transmisión, hasta los más sencillos que permiten que se enciendan los faros.

Parecen elementos sencillos. Algunos lo son, pero la mayoría no. Es que los requisitos que hoy se imponen a los sistemas eléctricos y electrónicos de los automotores, imponen el desarrollo de conectores especiales. Los conectores deben establecer una unión fiable entre diferentes componentes del sistema eléctrico y garantizar el funcionamiento seguro de los sistemas bajo todas las condiciones de trabajo del vehículo.

Están diseñados para resistir las múltiples cargas durante la vida útil del automóvil. Ejemplos de tales cargas son las siguientes: aceleraciones por vibración, variaciones abruptas de temperatura, humedad, contacto con el agua, líquidos agresivos, como el de frenos, y gases nocivos, así como micromovimientos de los puntos de contacto, con la corrosión por rozamiento que esto implica, manipulación incorrecta de las conexiones y enchufes.

Estas cargas pueden aumentar las resistencias de los contactos o simplemente hacer interrumpir el paso de corriente, dejando sin energía a uno o más componentes, lo que a su vez se puede traducir en serias fallas del motor o de cualquier otro componente del vehículo. Si, por ejemplo, un conector del alternador o del regulador de voltaje se afloja o se suelta estando en marcha el motor, se dañará inevitablemente el alternador y su regulador, lo que provoca una costosa reparación.

Asimismo, hay conectores de muchas clavijas, por ejemplo los de las computadoras principales del vehículo, con 154 polos, que si se llegaran a desprender provocarían la inmediata “muerte” del vehículo, que nos dejará varados al costado del camino (en el mejor de los casos).

La mayoría de los conectores tienen una parte “macho”, que es la que tiene las clavijas o pequeños terminales en forma de finos pernos o agujas, y la parte “hembra” que contiene los alojamientos cilíndricos o terminales en forma de tubitos donde encajan las clavijas, estableciendo la unión eléctrica.

Tanto las clavijas como los tubitos son piezas terminales, llamadas polos, los que a su vez pueden ser positivos o negativos. No hay posibilidad de equivocarse con los conectores modernos, porque encajan de una sola forma posible. También hay conectores hermafroditas, también llamados “powerpoles” (no hay conector hembra y macho), por lo que pueden usarse tanto del lado de la distribución de energía como del lado de la carga. Soportan buenos niveles de corriente.

Existen de muchas capacidades y tamaños (hasta 180 amperios) y ofrecen una mínima resistencia. Incluso este elemento se limpia al desconectarse y puede quitarse y volverse a conectar 10.000 veces sin perder sus propiedades mecánicas y eléctricas.