Cómo son los repuestos ecológicos

Coco, soja, banana, madera, aceitunas, lino, algodón y lana son sólo algunos de los ingredientes que las fábricas de autos comienzan a utilizar. Galería de fotos

Jorge Pablo Gualtieri

Son más baratos, ecológicos y livianos que los derivados del petróleo. Muchos grupos de investigadores, en universidades y empresas, trabajan en la materia, y se esperan beneficios muy buscados por un mundo agobiado por la contaminación.

Si todo sigue como hasta ahora, los automóviles no saldrán de las fábricas sino de los campos, o casi en su totalidad, ya que cada vez más los elementos provenientes de la naturaleza se están integrando en su fabricación haciendo de éstos, objetos casi inorgánicos y biodegradables.

Si nos remitimos al origen de estas aplicaciones, tenemos que hablar de Henry Ford, que muy pronto apostó por la soja como material para construir autopartes. Probó con diversas plantas y cereales hasta que llegó a la conclusión de que la soja ofrecía las mejores posibilidades: un abundante y versátil aceite, era rico en proteína y como residuo dejaba una fibra de gran utilidad.  

La soja, un grano del cual sabe mucho la gente de campo de nuestro país y también de las grandes ciudades, produjo un aceite excelente para fabricar pinturas de autos y para engrasar moldes de piezas automotrices. Además, los autos del fabricante de Detroit comenzaron a ser provistos de autopartes hechas con fibra de soja, como el pomo de la palanca de cambios, el botón de la bocina, los tiradores de las puertas y hasta el mismísimo pedal del acelerador.

Más adelante montó piezas de plástico hechas a partir de la soja, capaces de soportar sin romperse repetidos golpes de hacha. Pero el punto culminante llegó el 13 de agosto de 1941, cuando durante el festival anual de Dearborn (sede de la compañía), Ford presentó un automóvil con una carrocería de plástico natural hecho a base de soja, cáñamo, lino, trigo y pulpa de abeto. El material resultante era 10 veces más resistente que el acero y permitía reservar a este último, un metal estratégico, para el esfuerzo de la segunda guerra mundial.

Sin embargo, la presencia de cáñamo, objeto de una cruzada en contra por parte del magnate editorial William Randolph Hearst, arruinó el proyecto, porque Hearst realizó un lobby tremendo ante el gobierno de su país para asegurarse el cáñamo, del cual se extrae la celulosa indispensable para la producción del papel que necesitaba su industria de diarios y revistas. No obstante, ahora Ford volvió a la carga con los porotos de soja, y  diseña y construye asientos a base de este recurso natural para sus modelos de 2019.

Los investigadores, no sólo de Ford sino también de muchas otras marcas, nunca se olvidaron de los elementos naturales de los automóviles, ya sea los provenientes de las plantas como de los animales, aunque en este último ejemplo no nos referimos al cuero, que exige el sacrificio del animal, sino a las fibras obtenidas de su pelaje, como la lana de las ovejas o la seda que produce el gusano del mismo nombre.

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