Lifan X70: contacto en Chongqing

Por Walter Togneri (Desde Chongqing, China) - La segunda y última parte del contacto con el modelo chino que llegaría a la Argentina en 2019. Lo manejamos en una pequeña pista de pruebas de la febril Chongqing. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Chongqing es una ciudad sorprendente, por lo menos para mí, un típico ciudadano accidental que poco y nada sabe del imperio chino.

Esta urbe gigantesca, asentada en una península sobre el río Yangzi, en el centro del país, rodeada de altas montañas y cubierta por un cielo casi siempre gris, producto de un clima húmero y caluroso, pero también de la contaminación ambiental, es un enjambre de edificios de hasta cincuenta pisos (sí, cincuenta) con una distribución evidente: los que están más cerca de la costa (la parte central de la ciudad) cobijan organismos públicos o empresas privadas (también de compañías mixtas, las conformadas por organizaciones internacionales y el estado chino), y los más alejados, que forman grupos que se extienden hasta el horizonte y que son aquellos donde viven los ciudadanos de esta mega city de treinta y tres millones de habitantes.

El día a día es dinámico, con autopistas y avenidas perfectamente cuidadas, limpias y señalizadas, la mayoría con radares fotográficos cada doscientos metros en promedio, sistema que mantiene a rienda corta un parque automotor muy moderno en el que se mezclan productos de marcas occidentales con vehículos chinos, tanto unidades originales como “copias” de modelos europeos.

Es realmente sorprendente ver las conexiones entre autopistas que, en algunos casos, se elevan hacia el cielo dibujando hasta tres y cuatro rulos.

Un sistema de transporte conformado por buses y ultramodernos trenes en elevación (tipo monorriel), trasladan a los pasajeros a gran velocidad, especialmente cuando en las horas pico se general embotellamientos de gran magnitud.

Todo en Chongqing está limpio, ordenado y cuidado, y los ciudadanos se ocupan de que así sea, a pesar de que en una primera impresión el turista puede creer que no es así: es que el ciudadano promedio chino es “intenso” para comunicarse con sus pares, hablando en voz alta (gritando, podríamos decir), gesticulando y siempre con ese tomo marcial en los hombres y muy agudo, las mujeres.

¿De qué vive Chongqin? Según datos de la embajada de China: “Chongqing posee numerosos manantiales de agua mineral. Tiene también depósitos importantes de carbón, gas natural, aluminio, estroncio, mármol y mercurio. Entre las industrias se destacan las dedicadas a la maquinaria, química, petroquímica, farmacéutica y metalúrgica. Existen numerosas explotaciones agrícolas de tipo familiar.”

Lifan es una de las terminales más importantes y uno de los grandes protagonistas. La compañía fundada por Yin Mingshan en la década de 1990 ha logrado una expansión internacional destacada, al punto de que hoy es la marca de origen chino número uno en países tan diversos como Rusia, Etiopía y Brasil. Pero los planes de Lifan son ocupar ese lugar en otros mercados, entre los cuales aparece el argentino, país al que llegó en 2016 y en el cual actualmente ocupa la segunda posición, de tras de Chery.

Para luchar por el número uno, Lifcar, la empresa que importa estos modelos a la Argentina, ha diseñado una estrategia que contempla la llegada de varios modelos.

Al recientemente lanzado MyWay (un SUV de siete asientos, motor naftero 1.8 de 132 CV y tracción trasera), se sumará a fin de este año el M7 (familiar de siete asientos con motor 2.0) y, probablemente, en 2019, el X70, SUV compacto con el cual tuvimos un breve contacto en terreno “off-road” en la localidad de Lijiang (1.200 kilómetros al oeste de Chongqing), prueba de manejo que completamos ahora con las impresiones que obtuvimos en la pequeña pista de pruebas de la planta de Lifan en Chongqin.

Pre-serie

Como suele suceder en este tipo de contactos las unidades que manejamos son las denominadas “pre-serie”, es decir que se trata de prototipos que se utilizan para hacer las pruebas de rigor para determinar puntos a mejorar y aplicar esas correcciones a la producción masiva.

Fue en una pequeña pista de pruebas configurada con varios tipos de terrenos: una recta de no más de cincuenta metros para probar reacción y frenado; una lomada lo suficientemente empinada como para evaluar la capacidad de trepara y bajada, y tres sectores específicos, cada uno con un tipo de terreno diferente (baches, lomos de burro asimétricos y asfalto tipo “serrucho”. Y una curva, con un pequeño peralte, que desembocaba en aquella pequeña recta.

A pesar de lo breve del recorrido la sensación que me queda después de haber manejado el X70 es positiva. Se trata de un vehículo robusto que respondió muy bien ante las exigencias del trazado, con suspensiones que se mostraron firmes en todos los sectores, aunque a los lógicos ruidos que dejan en evidencia este tipo de pruebas, se sumaron los que surgen de su condición de pre-serie.

La dirección también funcionó correctamente, aunque para mi gusto el volante podría ser un poco más liviano en la operación, especialmente en maniobras a baja velocidad.

En cuanto a los frenos, y a diferencia de la unidad que manejé en Lijiang, la respuesta fue satisfactoria.

La insonorización es un punto destacado, lo mismo que la capacidad de aceleración del motor 2.0 de 140 CV asociado con una caja CVT, tal la configuración con la que se espera llegará a la Argentina en 2019.

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