El Gran Premio de México dejó un sabor repetido para Alpine: tras 71 vueltas, ambos autos volvieron a cerrar el clasificador y Franco Colapinto poco pudo hacer para cambiar un destino que parecía inevitable para la escudería francesa. El argentino ya había tenido una clasificación adversa y debió largar desde el fondo, lo que condicionó por completo su domingo.
La situación empeoró apenas se apagaron los semáforos: Lance Stroll lo golpeó en la largada y Colapinto quedó aún más comprometido, aunque logró mantenerse en pista y continuar con su plan estratégico. Con neumáticos duros y una larga cantidad de vueltas, el piloto de Pilar fue avanzando posiciones únicamente a medida que la carrera iba dejando eliminados. Lawson, Hülkenberg y Alonso abandonaron y eso le permitió progresar en el clasificador.

El único mano a mano llegó sobre el final: en la vuelta 69, Colapinto alcanzó a su compañero y, por primera vez en toda la prueba, tuvo una posibilidad real de lucha. Sin embargo, el abandono de Carlos Sainz provocó un Virtual Safety Car, congeló el ritmo y el argentino ya no tuvo margen para intentar el sobrepaso.

Aun con un resultado duro a la vista, el análisis interno es más optimista. Con un auto limitado, Colapinto logró llegar entero, mantenerse en ritmo y, por momentos, girar mejor que el otro Alpine, algo que el equipo valora puertas adentro.
Ahora, toda la atención se traslada a Brasil, dentro de dos semanas, donde se esperan fuertes rumores sobre el futuro del piloto número 43 dentro de la estructura.
Arriba, la historia fue muy distinta. Lando Norris se adueñó del Gran Premio de México, superando con claridad a Charles Leclerc, que terminó segundo. Max Verstappen completó el podio y rescató su fin de semana. Con este triunfo, el británico de McLaren se subió a la cima del campeonato de pilotos, desplazando a su compañero Oscar Piastri, quien terminó quinto en la carrera.