La temporada 2017 del WRC será completamente diferente a la de los últimos años. Tras temporadas con dominadores repetidos y pocos equipos oficiales en condiciones de luchar por la victoria en igualdad de condiciones, el nuevo año espera una renovación completa, como pocas veces ha sucedido. El equipo líder de las últimas cuatro temporadas, Volkswagen Motorsport, se retiró tras sufrir los coletazos del "Dieselgate". Y su piloto estrella, Sebastian Ogier, se quedó sin butaca… hasta hace pocos días. Ahora es oficial: en 2017 competirá a bordo del nuevo Ford Fiesta del equipo M-Sport,sin apoyo completamente oficial de la marca del óvalo. ¿Le alcanzará para demostrar sus dotes conductivos?
La realidad es que M-Sport ha sido el equipo encargado de preparar diferentes modelos de Ford desde mediados de los noventa, con el Escort RS Cosworth, hasta el día de hoy, pasando por dos generaciones de Focus y el más reciente Fiesta WRC. En 2017 estrenará el renovado Fiesta de octava generación, modelo recientemente presentado a nivel global.
Para esta nueva apuesta, la marca del óvalo ofrecerá apoyo semioficial, como lo venía haciendo en el último tiempo. Sin embargo Ogier llevó desde Volkswagen un potente apoyo presupuestario proveniente de una empresa de bebidas energizantes, que aparenta ser la clave para competirle a nuevos rivales.
En tanto, un nuevo reglamente técnico promete hacer las carreras más emocionante. La brida del turbocompresor para los WRC pasará de 33 a 36 milímetros, algo que permite un aumento de potencia hasta los 380 CV, unos 60 caballos extra. También habrá trabajos aerodinámicos en los nuevos guardabarros de mayor anchura, e incremento del tamaño de los alerones. Por su parte, el peso reglamentario máximo pasará de los 1.200 kilos actuales a 1.175.
Todas estas modificaciones configuran autos completamente nuevos. Tal es el caso de Hyundai, que dispone del nuevo I20 Coupe WRC, que conservará la terna de pilotos de esta temporada, con Dani Sordo, Thierry Neuville y Hayden Paddon.
La temporada 2017 también marcará el retorno de dos marcas campeonas de la especialidad. La primera es Citroën, que lo hará con tres C3 WRC de nueva generación, pilotados por Chris Meeke, Craig Breen y Stéphane Lefevbre. Por otro lado está Toyota, que ingresa al campeonato con el Yaris, conducido por Jari-Mari Latvala como piloto de primera línea.
Desde siempre, el automovilismo deportivo ha establecido un estrecho vínculo entre el piloto y la máquina. Sin una conjunción satisfactoria entre ambos, los resultados difícilmente aparezcan. ¿Será para el cuatro veces campeón del mundo Sebastian Ogier momento de derribar prejuicios y ganar con el único equipo importante sin apoyo oficial?
