Redacción Parabrisas
El tradicional circuito alemán de Nürburgring fue escenario de una carrera que de milagro no culminó en tragedia.
Según se supo después, una mancha de aceite fue la causante de que la mayoría de los vehículos patinara en el asfalto, saliera de pista e incluso chocara. Pero lo más grave ocurrió cuando uno de los tripulantes de un auto que había quedado al costado del recorrido intentó alertar a los demás pilotos para que bajaran la velocidad.
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