El Papa suele viajar en un vehículo especial, preparado para su seguridad, luego de un episodio ocurrido en el lejano 1981. No a todos lados puede trasladar su rodado “oficial”, una Mercedes Benz ML430 modificada. Por ejemplo, en Colombia, donde estuvo en septiembre, empleó una camioneta traída de EEUU y que levantó fuertes críticas.
Francisco sufrió un golpe dentro de vehículo y quedó con algunos moretones. A lo largo de su viaje por el país cafetero, el exarzobispo de Buenos Aires empleó una Chevrolet Traverse ingresada específicamente desde Estados Unidos para este fin.
Después de un tiempo de análisis e investigación, el perito automotor local Luis Ángel Rico publicó en su cuenta de la red LinkedIn un informe donde da cuenta de numerosos fallos de seguridad en la adaptación del rodado.
Según Rico, los puntos débiles abarcan agarraderas, cristales, sujeción y demás. Por ejemplo, aduce que los laterales “no tenían la más básica medida de retención para los ocupantes ante eventuales giros bruscos, rápidos y derrapes”.
Respecto a los vidrios, el especialista afirma que estaba muy cerca de la cara de la persona que viaja parada. “Y sin incorporar el más mínimo elemento contra impactos a la altura del rostro y la cabeza”, continuó, a la vez que criticó la falta de amortiguación y relleno en los marcos.
Por otra parte, un importante dispositivo era la agarradera de la se sujetaría la persona que se mantenía parada, en este caso, el papa Francisco: “Se colocó a una altura que no permite el debido aseguramiento de retención para evitar impactarse el rostro contra el vidrio, colocado inexplicablemente (en posición) vertical, plano y reflectante. Sin revestimiento contra impactos”.
Finalmente, Rico argumento que la Transverse fue modificada sin tener en cuenta la edad avanzada de Jorge Bergoglio ni su condición física. Dichos arreglos, según se informó, fueron realizados en Colombia por la empresa Colmotores, la cual, sin dudas, no salió airosa de la histórica visita del Santo Padre.
