En la Argentina no solemos estar acostumbrados a obras públicas que soluciones en forma casi inmediata los problemas que van surgiendo. Incluso, en algunos puntos ni siquiera suelen ver este tipo de emprendimientos. Por eso nos genera asombro e incredulidad al observar que en países como Holanda arreglen una autopista e instalen un túnel en sólo dos días.
¿Quién no se atascó alguna vez en la General Paz y deseó poder contar con plataformas que agilicen el tránsito? En el área gubernamental de infraestructura de Países Bajos tomaron nota de la poca eficacia de algunas autovías y decidieron poner manos a la obra.
Algunos caminos debieron ser mejorados, otros ensanchados y también remodelados. En medio de las operaciones de ingeniería, se optó por aprovechar las labores e instalar túneles en algunos sectores determinados.
La A16 es una autopista nacional que necesitaba agregar carriles. Todo parecía complejo, pero los encargados de llevar adelante la obra encararon una operación relámpago y en sólo 48 horas transformaron la porción de camino.
Como un ejército de hormigas que atacan una colonia cercana, las máquinas viales y operarios seccionaron el asfalto, generaron el espacio, ensancharon la autopista, colocaron el túnel prefabricado de 70 metros y reconstruyeron la carretera sobre el techo de la nueva estructura. Ni siquiera las lluvias finales demoraron el proceso.
Los holandeses tienen fama mundial de ser grandes agricultores en lugares donde parece imposible dedicarse a esta actividad, especialmente por los embates del océano. También son reconocidos por su capacidad de construir, tal el caso de un auto biodegradable y propulsión eléctrica. Pero reformular secciones enteras de autopistas en tiempo récord los coloca en un nuevo plano.
