Citroën tomó la decisión de dejar de ofrecer modelos "grandes", con el objetivo de enfocarse en los segmentos más pequeños y de mayor demanda. La medida repercutiría en diferentes mercados del mundo. Además, dentro de los futuros desarrollos no se enfocarán en hatchbacks, sedanes o SUV, sino que la idea será incursionar con diseños y siluetas rupturistas.
Thierry Koskas, director general de la compañía, en una entrevista con Autocar, afirmó que la marca debe concentrarse en los segmentos principales, no en nichos. En este contexto, la futura gama comenzará con el C3 del segmento B, teniendo al Ami como modelo inferior, y culminará con el C5 Aircross del segmento C.
Si bien el foco estará en Europa, la medida también terminaría afectando a otros regiones del planeta. A su vez, el directivo indicó que no hay planes para reemplazar el C1 debido a la dificultad de hacerlo rentable. También descartó un sustituto para el C5 X (segmento D), afirmando que aunque no está teniendo un mal desempeño, pertenece a una categoría que prácticamente no existe.
Según Koskas, Citroën debe centrarse en los segmentos B y C, que son fundamentales para la automotriz. El objetivo sería utilizar su nueva plataforma "Smart Car" orientada para futuros modelos en estas categorías clave, manteniendo los costos bajos. Esta base, introducida en el nuevo C3 (primo hermano del hatchback que se ofrece en Argentina), se fabrica con menos piezas, lo que la hace más económica y sencilla de producir.
Como mencionamos anteriormente, el ejecutivo destacó que los futuros modelos no serán hatchbacks o SUV convencionales, ya que la marca busca siempre innovar. En su lugar, la firma francesa presentará nuevas formas que no existen en el mercado actual.
La empresa pretende asumir riesgos y sacudir el mercado. Koskas mencionó que la próxima gama consistirá en cinco o seis vehículos bien posicionados y atractivos para los clientes.
Además, Citroën espera que la mayoría de sus ventas sean de vehículos eléctricos para 2030, aunque seguirá fabricando modelos con motor de combustión interna e híbridos para ofrecer una movilidad "económica". La plataforma Smart Car está diseñada para montar propulsores a combustión, híbridos y completamente electrificados, como sucede con el C3 europeo.