Así probábamos el Ford Fiesta CLX diésel

Recordamos la prueba de manejo de la versión gasolera del hatchback del óvalo. El test pertenece a la edición de agosto de 1995 de Revista Parabrisas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Ford optimizó la propuesta del Fiesta, con este CLX de bajísimo consumo y mejores prestaciones que el naftero.

La reacción de Ford frente a un mercado ávido de novedades, no se hizo esperar. Al poco tiempo de la presentación en nuestro país del Fiesta naftero, lanzó la versión diésel top -modelo CLX-. Una velocidad de respuesta propia de una empresa que quiere competir en un segmento cada vez más popular, a partir del gran ahorro que posibilita. La propuesta de este Fiesta diésel, no presenta más facetas que la de la incorporación del motor gasolero.

Adoleciendo, pese a su equipamiento pretendidamente top, la falta de aire acondicionado, elemento que, según fábrica, será de serie en el futuro. Promesa que esperamos se cumpla rápidamente, ya que sería insólito hablar de un auto con equipamiento full que no tuviera AC de serie. 

Valen en este caso la mayoría de las premisas que apuntamos para el Fiesta naftero, con la salvedad de que el motor diésel de éste, al tener casi 1.8 litros en lugar de los 1.3 de la versión a nafta, presenta una potencia idéntica de 60 CV. Alternativa que le permite gran agilidad en ciudad y una velocidad máxima igual a la del naftero -152.800 km/h- aunque a diferencia de aquél, que la logra en cuarta, el diésel la alcanza en quinta marcha.

Ford Fiesta CLX diésel

A pesar de los retoques que tuvo la versión original del Fiesta -el último de ellos en 1989- la línea es desactualizada, especialmente entre los modelos chicos que con gran empuje y sorpresa irrumpieron en el mercado en estos últimos años (por ejemplo, Clio y Corsa). Sin embargo, tiene imagen simpática, especialmente visto desde 3/4 de atrás, con sus grandes luces, cola corta y ruedas ubicadas muy atrás.

Desde adelante, es impersonal y sin rasgos salientes, salvo la trompa muy lanzada, que lo caracteriza. El perfil tipo hatch con techo corto, no es desagradable, aunque remarca su desactualización. Lo más notable desde este ángulo, son las vistosas llantas de aleación con estilo moderno.

El motor 1.8 de este Fiesta diésel es más actualizado que el de su hermano naftero de 1.3, con árbol de levas a la cabeza y un relativamente bajo nivel de ruidos. Sus 60 CV lo hacen acelerar en valores notables: 17 segundos de 0 a 100 km/h y 20 segundos 35/100 para los 400 metros con partida detenida.

En elasticidad, mejoró inclusive todos los valores del 1.3. Aunque la gran diferencia a su favor surgió en el consumo: 15.9 km/l en ciudad y 20.7 km/l en ruta. Lo que favorece enormemente su autonomía y ahorro de dinero. En esto, y en su agilidad, queda demostrado el acierto de la incorporación de un moderno motor diésel para el Ford Fiesta CLX.

Ford Fiesta CLX diésel

El interior es confortable para cuatro ocupantes y está bien terminado. Tiene levantacristales delanteros y espejos regulables eléctricamente, cinturones inerciales, limpia lavaluneta, apoyacabezas delanteros regulables, llave de contacto codificada, cierre centralizado de puertas y baúl, y luz trasera rompeniebla.

Elementos que hablan de un equipamiento casi full, ya que la ausencia del aire acondicionado lo ubica un escalón más abajo de la categoría buscada. El instrumental es básico y visible aunque se impone un cuentavueltas que permitiría establecer el régimen ideal para favorecer el consumo en viajes ruteros y aprovechar la limitada potencia del motor.

El Fiesta diésel es ágil en ciudad, aunque con suspensiones algo ruidosas, y se siente más cómodo en ruta, donde muestra buena tenida a pesar de su corta distancia entre ejes. Con su buena visibilidad, es placentero llevarlo en cualquiera de los dos ambientes. Los frenos resultaron eficientes en todo momento y también su capacidad lumínica, especialmente hacia atrás. La caja está bien relacionada, compromiso delicado tratándose de un diésel, aunque el recorrido del comando es bastante largo, especialmente en la quinta.

Opción lógica la de este Fiesta CLX diésel y más lógica aún si pensamos en los u$s 16.000 que hay que desembolsar para tenerlo. Un valor muy accesible para un diseño probado -aunque antiguo- con una motorización muy buena, bien equipado y apto para nuestros caminos. Por más que, dentro de este costo, se haga imperioso equiparlo con aire acondicionado para redondear la imagen de auto que Ford pretende para competir con posibilidades en el mercado de los medianos - chicos.

Por: Ricardo Delgado
Fotos: Juano Fernández

OTROS DATOS

Motor: 1.8 con cuatro cilindros en línea y 60 CV

Transmisión: Manual de cinco marchas

Velocidad máxima: 152,8 km/h

Aceleración 0-100 km/h: 17 segundos

Distancia de frenado a 100 km/h: 48,4 metros

Consumo en ruta a 100 km/h: 20,7 km/l

Consumo en ciudad: 15,9 km/l

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