Así probábamos el Suzuki Vitara

Recordamos la prueba de manejo de uno de los pequeños todoterreno más emblemáticos. En esta ocasión, el test pertenece a la edición de septiembre de 1993 de Revista Parabrisas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Más corto que un Uno, y con soluciones mecánicas prácticas, el utilitario de Suzuki conquista por su confort, además de estar listo para todo terreno.

A primera vista, parece un auto más apropiado para los terrenos accidentados. No es para menos. Robusto, tiene tracción temporaria en las cuatro ruedas y el chasis separado de la carrocería, en una época en la que son cada vez más comunes los bloques únicos. La impresión inicial luego se deshace cuando el Vitara es conocido más a fondo.

Fabricado en Japón por Suzuki, es capaz de enfrentar cualquier tipo de suelos sin hesitar. Los que presumen que su modernidad se contrapone con la fuerza bruta se ven defraudados, ya que el Vitara combina las dos características. Su interior reúne ingredientes de confort que recuerdan a los top de líneas nacionales. ¿Una exageración?.

Nada de eso. Dispone de levantavidrios eléctricos, dos retrovisores externos, traba central de puertas, eficiente sistema de aire acondicionado, luces de lectura delanteras, compartimiento para pequeños objetos, dirección hidráulica... Una dotación quizás rara para su clase, pero que se va haciendo cada vez más habitual en los automóviles para todo terreno.

Suzuki Vitara

Con apenas 3.62 metros de largo (2.5 cm menos que el Uno), el Vitara es fácil de maniobrar y su atractivo cautiva al conductor en los primeros kilómetros rodados. Y en nuestro país ha resultado uno de los modelos más aceptado por los usuarios. Es ideal para las rutas que parecen una mesa de billar (pocas por estos lares), y también para aquellas que se hallan en pésimo estado de conservación. Su mecánica responde también a nuestras exigencias.

Comienza por su motor de cuatro cilindros, con block y tapa en aluminio, que cuenta con una carrera de pistones de 90 mm, bastante más larga que el promedio para motores 1.600 cm3. Es superior, por ejemplo, a los 83.5 mm del 1.600 que equipa a los Escort y Gol nacionales. Aunque sus 74 CV de potencia y el torque de 12.5 kgm a 3.100 rpm no sean sobresalientes, el Vitara consigue moverse con agilidad.

En el test, se determinó que necesita 18s45 para moverse de 0 a 100 km/h, un tiempo satisfactorio tomando en cuenta que pesa 1.060 kg y tiene 74 CV de potencia. En la elasticidad en quinta velocidad, el Vitara fue de 40 a 100 km/h en 24s15, probando que el motor empuja bien, gracias a esa gran carrera de los pistones.

Su velocidad máxima fue de 136.5 km/h, con el motor a 4.900 rpm. Llegó fácilmente a los 120 km/h sin esconder un incómodo ruido producido por el ventilador del radiador en razón de su accionamiento mecánico. Un sistema eléctrico, común en muchos otros autos, sería más adecuado y no atormentaría al que estuviera en el volante. A marcha lenta la caja es suave, y un leve golpeteo de engranajes de caja pasa prácticamente desapercibido.

La transmisión -permanente en el tren trasero, y temporaria en las cuatro ruedas- es eficiente y fácil de usar. La blanda caja manual de cinco marchas tiene comando preciso, con una palanca bien localizada y de buena empuñadura. La caja de transferencia incluye un reductor que sólo funciona con tracción integral. Atrás de la palanca de cambios convencional se halla el comando de la tracción integral y de la caja reductora. En el tablero, hay un testigo que indica cuando la tracción en las cuatro ruedas normal o reducida está accionada.

Suzuki Vitara

En las curvas, el comportamiento del Vitara fue semejante al de un auto de paseo. La estabilidad también resulta buena, a pesar de que su trompa se muestra un poquito rebelde. También la dirección hidráulica se exhibe bien calibrada. Los frenos (discos adelante, tambor atrás), por otra parte, no pueden ser considerados potentes, cuando se los acciona de los 80 Km/h en adelante. Tampoco la economía es uno de los fuertes de este Suzuki, ya que el promedio de consumo fue de 8.66 litros. El pequeño tanque de combustible, con capacidad de 42 litros, es una limitación para lamentar en viajes largos.

Con un proyecto bien resuelto, el Vitara tiene un despeje de 20 cm, como necesitan los vehículos destinados a transitar por los peores terrenos. No por ello es duro y rústico como un Jeep. Todo lo contrario, tiene una suspensión semejante a la del Uno. Por más que se destaque por la robustez, el Vitara impresiona más por el confort. Todo apunta hacia el buen gusto y la funcionalidad.

El asiento trasero tiene ajuste longitudinal, y se puede ampliar la dimensión del pequeño baúl de 100 dm3. El auto circula con la misma desenvoltura en el tránsito diario y en exigentes excursiones off road del fin de semana. Sea cual fuere la opción, el Vitara es capaz de responder al desafío.

Por: Bob Sharp y Claudio Larangeira

OTROS DATOS

Motor: 1.6 con cuatro cilindros en línea y 74 CV

Transmisión: Manual de cinco marchas

Velocidad máxima: 136,5 km/h

Aceleración 0-100 km/h: 18,45 segundos

Distancia de frenado a 100 km/h: 45,7 metros

Consumo en ruta a 100 km/h: 9,51 km/l

Consumo en ciudad: 7,82 km/l

Galería de imágenes