El renacer del Opel GT

Luego de dos intentos fallidos, la automotriz tomó el toro por las astas y decidió ella misma desarrollar el nuevo deportivo que rememore al exitoso GT de 1965. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Para Erhard Schnell fue casi como un déjà vu. Hace un par de semanas, cuando el diseñador de 88 años se paseó por el Salón del Automóvil de Ginebra, vivió una situación que le resultó familiar.

Esta vez fue el pequeño prototipo del auto deportivo Opel GT Concept el que se impuso al Bugatti Chiron, de 1.500 CV. Hace casi 50 años, en septiembre de 1965, otro Opel se robó a la concurrencia en el Salón del Automóvil de Fráncfort (IAA) y ese era obra de Schnell.

"Después de diseñar autos básicos durante años pudimos proyectar un deportivo de pura cepa", recuerda el jubilado diseñador.

Mientras que el nuevo GT cuenta hasta ahora con un único ejemplar, el prototipo Experimental GT de 1965 fue desarrollado por Opel durante tres años para que estuviera listo para ser producido en serie, y luego fue vendido a partir de 10.767 marcos, un precio relativamente bajo.

"En ese entonces esa cifra representaba un promedio de diez salarios brutos mensuales de un empleado", estimaron los historiadores de Opel.

Hasta 1973, la automotriz alemana recibió exactamente 103.463 pedidos del GT, que no en vano era promocionado con el legendario eslogan "Solo volar es mejor".

Entretanto, el Opel Adam tiene un rendimiento mejor que los 90 CV de potencia del motor de 1,9 litros que el GT había tomado prestado del Opel Kadett.

De todas formas, conducir un auto de sólo 900 kilos, con tracción trasera, una buena caja de cambios, buena dirección y, sobre todo, sin toda la electrónica pedante sigue siendo placentero hasta el día de hoy. Y permite entender cómo se debe haber sentido en esa época que un Opel pasara de 0 a 100 kilómetros por hora en 10,5 segundos y alcanzara una velocidad máxima de 185km/h. Para un Opel de entonces, lo máximo era 160.

Así como el Corvette está inspirado en una botella de refresco, el GT original tenía una forma casi lasciva. Con su largo e interminable capó y sus voluptuosos guardabarros parecía una chica pin-up. Los mejor: sus faros escamoteables.

Después de que los estadounidenses aumentaran las condiciones de seguridad y de que un importante socio de producción de Opel fuera vendido a Renault, la automotriz alemana lo dejó de fabricar en 1973 y se dedicó al Manta y otros modelos.

Opel intentó en otras dos ocasiones reproducir el éxito del GT, pero fracasó en los años 2000 con el Speedster y en los 2010 con el GT Roadster. De todas formas, no eran desarrollos originales de Opel, sino productos del marketing y la cooperación.

Para el tercer intento parece haber mejores perspectivas. No sólo porque el nuevo auto fue desarrollado por iniciativa propia, sino porque tiene genes similares al original.

La primera versión fue pensada más como un objeto de exhibición que mostrara las posibilidades de los nuevos estudios de diseño y la creatividad del equipo, considera el diseñador Schnell. "Y luego el auto fue tan festejado en el IAA que no pudimos evitar fabricarlo también en serie", apunta.

Por eso no sorprende que Opel ahora preste especial atención a la reacción del público en su debut en Ginebra y esté calculando con detenimiento si es posible fabricar una plataforma de tracción trasera para un auto deportivo como ese.

FUENTE: Thomas Geiger (dpa)

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