TEST: Peugeot RCZ Tiptronic

La atractiva cupé del león bajó los decibeles e incorporó a su gama una motorización de 163 caballos con caja automática que se desempeña con agilidad y ofrece buenas prestaciones. Galería de fotos. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Diferente a cualquier producto de la marca francesa por donde se lo mire. No solo se diferencia de cualquier Peugeot por ser el primero en omitir números en su nombre, sino también por quebrar el preconcepto entre una marca premium y una generalista. Esta versión más “racional” del RCZ invita a disfrutar del día a día en un verdadero objeto de deseo. Parafraseando al famoso "Pipo Pescador": vamos de paseo... ¡pero en un auto lindo!

Diseño

A casi dos años de su llegada al país, el RCZ sigue siendo un "llamador" de miradas y generador de suspiros a su paso. Su diseño es tan atractivo como llamativo y, a juzgar por los comentarios que recibimos cada vez que tenemos la oportunidad de manejarlo, lo podríamos catalogar como el modelo más futurista de la actualidad entre los comercializados en nuestro país. Nacido sobre la plataforma del 308, el sector frontal remite a la versión “cc”, mientras que atrás es inevitable trazar comparaciones con el TT.

Sin embargo, en este caso el lápiz de los franceses es más jugado: la luneta de doble burbuja y las líneas musculosas de su carrocería llegan a confundir a muchos que creen que se trata de un convertible. Se destaca también el alerón dinámico que se despliega automáticamente en dos fases al alcanzar los 85 y 155 km/h: la primera posición se abre a 19º y la segunda, a 35º. También se puede realizar este proceso de manera manual a través de una tecla ubicada al lado del freno de mano.

Lea la nota completa en la edición nº 414 de la revista Parabrisas (abril de 2013)

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