Contacto: Audi RS5

Manejamos en el autódromo la variante más deportiva de la gama A5. Un modelo excepcional que emociona al acelerarlo. Su potencia le permite llegar de 0 a100 km/h en apenas 4,6 segundos. Fotogalería. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Hace unos años Audi nos invitó al Autódromo de Buenos Aires para probar el R8 que nos dejó con ganas de seguir acelerando, ya que el circuito previsto en aquellos días era demasiado trabado y la vuelta, demasiado corta. Era lógico: debían minimizar riesgos, ya que se trataba de un modelo muy especial.

Esta vez también fue en el Gálvez, pero la propuesta era diferente, ya que teníamos a disposición el circuito número 7 para dar vueltas durante una hora y media sin ningún tipo de limitación. El auto: el nuevo Audi RS5 con motor V8 de 450 CV, caja de cambios automática, tracción en las cuatro ruedas y suspensiones específi cas.

Personalidad propia

Sobre el diseño es indiscutible que, a simple vista, se trata de un Audi. La fuerte presencia de su frente, sus redondeces y su musculatura llevan el sello inconfundible de los productos de Ingolstadt con el lápiz de Silva. Pero, este RS tiene algunos rasgos específi cos que le otorgan mayor personalidad, como las llantas de 20 pulgadas con neumáticos en medida 275/30 R20 junto a llamativos frenos de disco perforados y cáliper de ocho pistones que llevan pintada la sigla RS. En la cola, el remate también es particular, con un alerón que se activa cuando se superan los 120 km/h o voluntariamente mediante un mando interno.

También se diferencia de la coupé convencional por los paragolpes y una parrilla específica con el logo RS. En el interior, los asientos tienen un diseño deportivo de una sola pieza (el respaldo y el apoyacabezas forman un mismo conjunto) y el tapizado es de alcántara. El tablero de instrumentos también marca sus diferencias con una escala del velocímetro hasta 320 km/h.

Al volante

Insertamos la llave en la ranura y arrancamos el V8 atmosférico, con inyección directa de 4.163 cm³ que emite un sonido grave. La potencia de sus 450 CV se obtiene a 8.250 rpm y la caja de cambios es automática de doble embrague (S tronic) de siete marchas. La potencia es contundente: a partir de las 3.000 rpm se la siente con absoluta solvencia hasta las 6.000, gracias a sus 43,8 kgm de torque. Según el fabricante, esta combinación

le permite acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 4,6 segundos y alcanzar una máxima limitada a 250 km/h aunque se puede optar por otro limitador hasta 280 km/h.

El sistema de tracción es integral permanente: en condiciones normales, el 60 por ciento de la fuerza se transmite a las ruedas traseras. Esta entrega puede incrementarse hasta el 85 % o disminuirse al 30 %. En la práctica disfrutamos este sistema cuando girábamos por la horquilla que nos permitía salir acelerando de costado con un control absoluto.

Quienes busquen más deportividad, la marca ofrece como opción un diferencial trasero activo que puede variar el reparto de fuerza entre las dos ruedas traseras a través de un juego de engranajes específi co. La suspensión es más fi rme que en el resto de los A5 Coupé y los espirales son más cortos, lo que se traduce en que está 20 mm más cerca del suelo. Como opción existe un dispositivo de amortiguación variable en el que los amortiguadores opuestos diagonalmente están conectados hidráulicamente.

Este sistema se puede ajustar en tres niveles favoreciendo el apoyo de las ruedas externas. En las vueltas que dimos en la pista notamos que la conducta dinámica del auto es impecable aunque, si nos entusiasmamos con el acelerador o entramos muy pasados en las curvas, hay que saber dominar sus 1.725 kg. Fue una breve pero agradable experiencia, de esas que dejan un grato recuerdo por tratarse de un auto que está en el olimpo de los deportivos.