Contacto: Hyundai Tucson 2016

Antes de su arribo a la Argentina, manejamos la tercera generación del SUV más vendido de la marca coreana en nuestro país. Estrena un nuevo concepto de diseño y ofrece notables mejoras en el conjunto mecánico. Se destaca por el nivel de confort y la seguridad. Se presentará en la Argentina durante el mes de abril junto con el nuevo SUV compacto, Creta. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

El norte chileno es considerado localmente como la IV Región. Tierra del mejor pisco y cuna de la notable poetisa y educadora Gabriela Mistral, esa latitud es, además, anfitriona de la afamada “Ruta de las Estrellas”, un majestuoso trazado alrededor de montañas, ríos, mar y valles, donde Hyundai presentó la nueva generación del Tucson para el mercado latinoamericano y del Caribe. En tan lindo lugar realizamos nuestro primer contacto con el renovado SUV, el modelo más vendido por la filial argentina de la marca surcoreana en sus veintidós años de actividad en el país: entre las dos generaciones antecesoras se comercializaron más de diez mil unidades. Conocido en otros mercados por el nombre ix35, a partir de esta tercera generación se denomina Tucson en todo el mundo.

Fluid Sculpture

Tal como reza el subtítulo, el nuevo Tucson tiene como premisa el flamante lenguaje de diseño de la marca (algo así como “escultura fluida”, en castellano), que empezó a materializarse con la nueva Santa Fe, que debutó en nuestro país en 2014. Líneas tan refinadas como deportivas imprimen una imagen más agresiva al renovado SUV, dominado por una voluptuosa parrilla hexagonal y luces frontales de led. Las líneas de cintura de los laterales van en aumento hacia un sector trasero, que también cobró presencia, generando una apariencia muy equilibrada: el coeficiente aerodinámico de la carrocería es de 0,33.

Es más robusta y, para dar cuenta de ello, solo basta comparar sus dimensiones respecto de la generación anterior. Mide 4.475 milímetros de largo, 1.850 mm de ancho y 1.655 mm de alto, es decir, es 6,5 centímetros más larga, 3 cm más ancha que su antecesora, aunque también 3 cm más baja. Además ganó tres centímetros en la distancia entre ejes (ahora 2.670 mm), cotas que se traducen en mayor comodidad para los pasajeros de las plazas traseras y más espacio de carga del baúl, que pasó de ofrecer 465 a 513 dm3.

Los de adelante viajarán muy cómodos, sobre butacas bien mullidas aunque con un escasa sujeción lateral. La posición de manejo ideal se obtiene con facilidad, gracias a los diversos ajustes del cojín y la columna de dirección.

El habitáculo tiene un destacado tratamiento acústico y ofrece un entorno muy agradable, donde abundan los plásticos, aunque de buena calidad y bien encastrados (llama la atención la escasez de materiales blandos, sobre todo, en la plancha central). Como todos los modelos de la marca, el instrumental cuenta con iluminación de color azul y relojes (digitales y analógicos) bien legibles: el tablero estrena un completo display, donde se pueden visualizar todas las funciones de la radio, computadora de a bordo y el estado del vehículo. Según adelantó la filial local, algunas versiones contarán con una moderna pantalla táctil con navegador satelital, mientras que todas ofrecerán rueda de auxilio del mismo tamaño que las titulares. La unidad probada contaba con llantas de diecisiete pulgadas (también hay de 16” y 18”) y un imponente techo panorámico que recorre casi el total del habitáculo, elemento que podría estar presente en las versiones tope de gama.

Bien equilibrado

En principio, la gama Tucson estará equipada con un propulsor naftero 2.0 MPI. Se trata de un moderno bloque de aluminio con tecnología de inyección mutipunto y sincronización dual continua variable de válvulas (DCVVT), que responde de manera progresiva. Eroga 155 CV de potencia y entrega 19.6 kgm de torque a partir de las 4.000 rpm. Durante gran parte de nuestro derrotero en tierras chilenas estuvimos a bordo de la versión automática de seis velocidades (también hay manual de seis), que cuenta con una selectora que realiza el paso de marchas con bastante rapidez y suavidad, siempre y cuando no se presione drásticamente el acelerador: en ese caso, esta efectuará un leve tironeo aunque sin llegar a ser desagradable. No cuenta con levas detrás del volante, pero puede comandarse de manera secuencial. Asimismo, ofrece un modo de conducción Sport (activando el botón de Drive Mode, situado al costado de la selectora) que le permite al motor girar a más revoluciones, retrasando el momento de subir de marcha. Según datos de fábrica, con este conjunto pude alcanzar una velocidad máxima en torno a los 180 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en poco más de once segundos.

Dinámicamente se advierte un vehículo un poco más robusto que su antecesor, con un esquema de suspensiones que, sin resignar el confort, tiende a la dureza y “sujeta” mejor la carrocería al entrar en curvas a velocidad elevada: lo mismo ocurre con la dirección, cuyo sistema eléctrico ofrece la resistencia adecuada en todo momento.

Estará disponible con tracción simple o integral. Esta última utiliza el sistema Advanced Traction Cornering Control (ATCC), la nueva generación en tracción AWD de Hyundai, que transfiere torque a las ruedas que tienen mayor agarre: anteriormente, el sistema 4x4 controlaba el movimiento de las ruedas al frenar el deslizamiento de estas o cortando la energía desde el motor.

Tecnología de punta

Si bien es prematuro hablar de la configuración que adoptará la gama Tucson en la Argentina, vale consignar los grandes saltos tecnológicos (fundamentalmente vinculados a la seguridad) que ostenta esta nueva generación del SUV fabricado en Corea del Sur, sistemas que le valieron, entre otras cosas, el máximo nivel de puntuación en las recientes evaluaciones del Latin Ncap. Uno de ellos es la nueva carrocería, construida con acero de alta resistencia (aumentó de 18% a 51%) y un nuevo proceso de fundición y ensamblado en caliente, que le permiten optimizar su rigidez. Cuentan con seis airbags, discos en las cuatros ruedas, frenos ABS, control electrónico de tracción y estabilidad (está confirmado que todas las unidades tendrán ESP de serie), además de los asistentes de arranque en pendiente y descenso, estos últimos utilizados en varias ocasiones durante nuestro recorrido por las superficies resbaladizas de la precordillera. Otra de las novedades de este modelo radica en la incorporación del sistema de detección de punto ciego: este dispositivo entrega una alerta visual en los espejos laterales y panel, además de una sonora que se puede activar, para anunciar la presencia de otro vehículo en el área de influencia.

Conforme transcurra el 2016 habrá más precisiones respecto de cómo estará conformada la gama y sus precios, aunque cabe destacar que, de modificarse o anularse el actual impuesto a los autos importados, el Tucson podrá posicionarse con mayor competitividad de la que tuvo su antecesor.