Toyota Yaris S CVT

Por René Villegas -Fabricado en Brasil tanto con silueta hatch como sedán, el renovado compacto de Toyota intentará pisar fuerte en nuestro mercado. Para una primera prueba nos subimos a la variante S, disponible únicamente con carrocería de cinco puertas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Hace prácticamente dos años probé el primer Yaris que, producido en Tailandia, llegaba a nuestro mercado en una única versión con carrocería de cinco puertas. Aquel auto fue una prueba piloto de la marca, con el objetivo de evaluar la respuesta del público en un segmento vital, para complementar la oferta del más accesible Etios.

Toyota es una marca conservadora, que evidentemente escucha al usuario, y también al periodismo, porque al enumerar los puntos en contra que tenía el Yaris en 2016 en comparación con este, observamos que casi todos han sido subsanados parcial o totalmente, algo sumamente valorable.

En esta oportunidad, me tocó un ejemplar similar (nivel de equipamiento S y caja automática CVT). Sin embargo, a la nueva gama la componen siete opciones más, cuatro con esta misma silueta de cinco puertas, y otras tres con una inédita carrocería sedán, que más adelante también probaremos.

Exteriormente cambiado

La nueva gama 2018 del Yaris no cambió únicamente de ciudadanía, sino que también recibió un retoque estético, por cierto bastante acertado. Aunque no parezca, cambian casi todos los paneles exteriores, aunque los mayores cambios están en el frontal, provisto de líneas más dinámicas y filosas, con algunos detalles en color rojo que propician cierta deportividad.

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Esto se manifiesta en un paragolpes delantero contrastado con piezas en negro brillante, mientras que las luces diurnas de led se posicionan por debajo de las ópticas principales. En total crece sólo treinta milímetros, que parecen estar todos en el voladizo delantero (importante en términos de tamaño), y que llega a tocar en alguna que otra cuneta profunda.

Lateralmente mantiene el estilo, pero se ha vuelto algo más dinámico gracias a unos nuevos quiebres superiores que recorren las puertas delanteras y traseras. Asimismo, el sector posterior está mejor resuelto, con ópticas dobles que invaden el portón trasero, integradas mediante un aplique negro al bajo luneta.

La elección de llantas de quince pulgadas, junto a una elevación de trece milímetros en la suspensión especialmente desarrollada para los caminos de la región, hacen que las ruedas queden algo “chicas”: probablemente, hubieran quedado más armónicos neumáticos de una pulgada extra.

También actualizado

El panel interior ha cambiado de rumbo y para mejor. Con una plancha de a bordo bastante recta y elevada, los materiales, duros al tacto, ofrecen buena sensación de calidad, aunque esto no se manifieste tanto en diversos encastres o accesorios.

Recurre también a insertos negro brillante sobre la consola central, y la pantalla táctil de siete pulgadas comanda un sistema multimedia de respuesta rápida, aunque algo elemental: posee conexión para smartphones, pero no navegador satelital integrado. En el “S”, el tapizado del techo está decorado completamente en tela negra, algo que ya nos estamos acostumbrando a ver en casi todos los segmentos.

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Sentados en butacas cómodas, tapizadas en semi-cuero agradable al tacto y con dureza justa, la postura frente al volante es lógica, con una butaca con reglajes amplios. A pesar de esto, el volante sólo se regula en altura, lo que no deja de ser una contra a la hora de elegir la postura ideal, mientras que la butaca del pasajero queda algo elevada.

El renovado tablero de instrumentos cuenta con un diseño sencillo, siendo bien visible, aunque sólo ofrece dos instrumentos por agujas. El medidor de combustible digital se encuentra dentro de una pantalla color de 4,2 pulgadas, que entrega entretenida información en la computadora de a bordo; por ejemplo, un podio de los mejores promedios de consumos logrados en los últimos trayectos, que se actualiza cada vez que detenemos el motor: un detalle de color.

En las plazas traseras se vive comodidad, principalmente para dos pasajeros que dispondrán de amplio espacio para piernas y cabezas, algo que no se ve perjudicado por la adopción del techo corredizo eléctrico, exclusivo de esta versión. El quinto ocupante deberá lidiar con un asiento elevado y un respaldo duro, ya que estará sentado sobre el apoyabrazos central, si bien la presencia de un piso completamente plano beneficia el espacio para pies.

Los 310 litros de capacidad del baúl continúan siendo buenos, aunque en el camino han quedado 16 litros: antes disponía de 326 dm³. Según nuestras mediciones, el baúl se achicó unos cinco centímetros en altura con respecto al tailandés.

Equipo mejorado

La gama hatch del Yaris está compuesta por cuatro niveles diferentes de equipamiento. Tres de ellos pueden elegirse con transmisión manual de seis velocidades (XS, XLS y S), mientras que sólo dos pueden hacerlo con la transmisión automática CVT (XLS Pack y S).

El S cuenta con techo corredizo eléctrico, sensor de lluvia, acceso manos libres y arranque por botón, junto a pequeños detalles estéticos, que van desde costuras en color rojo en los tapizados, hasta manijas de puertas cromadas, pasando por llantas diamantadas.

Comparte con el XLS Pack elementos tales como control de velocidad crucero, climatizador automático, cámara de retroceso y espejo interior electrocrómico, ítems que no estaban siquiera disponibles en los ejemplares importados de extrazona.

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Del mismo modo, en materia de seguridad todos los Yaris adoptaron control electrónico de estabilidad (VSC) y tracción (TRC), anclajes ISOFIX para sillas infantiles y hasta siete airbags en los niveles XLS Pack y S. Las variantes XS y XLS (ambas manuales) cuentan con doble airbag frontal, pero en todos los casos las mejoras fueron notables. Si entramos en el terreno de las exigencias, podríamos pedir climatizador bizona, navegador satelital o sensores de estacionamiento delanteros y traseros, sólo para lograr una nota perfecta.

Muy Toyota

Si bien los detalles particulares que visten al Yaris S podrían anunciar algo más de potencia, la respuesta es negativa. Cuenta con el mismo motor 1.5 de 107 caballos (que comparte también con el Etios) para toda la gama, aunque al menos nuestra unidad de prueba arrojó cifras prestacionales inferiores a las del Yaris anterior.

Si bien la velocidad máxima mejoró un par de kilómetros por hora (177,6 frente a 174 km/h), en las pruebas demoró dos segundos más en el “cero-cien”, pasando de 10,7 a 12,7 segundos, y pasó de 7 a 8,6 segundos en la prueba de 80-120 km/h, por citar ejemplos.

Puede que influyan los 110 kilos extra en el peso en orden de marcha anunciados, pero pensamos que la diferencia se puede dar también por diferentes puestas a punto del sistema de inyección. De todas formas, sería prudente efectuar estas mismas pruebas con otra unidad.

La caja CVT funcionó adecuadamente, si bien en ocasiones transmite algún golpe seco al solicitar potencia. Y los consumos se mantuvieron contenidos, con un promedio de 14,6 km/l. El esquema de suspensiones del Yaris mantiene una puesta a punto que prioriza el confort de marcha, transmitiendo también solidez estructural en todo momento.

Al elevar la velocidad se desenvuelve satisfactoriamente, pero, llegado el momento de la exigencia, aparece una tendencia a rolar, algo lógico en un auto de carácter diario y de este segmento. Aunque directa, la dirección queda levemente pesada para maniobrar en la ciudad, mientras que los frenos (con tambores traseros) demostraron distancias de detención aceptables para sus características.

Segmento caliente

La oferta del Yaris hatch arranca desde 482 mil pesos y llega hasta los 663.300 de esta opción S con caja CVT. Son precios competitivos de acuerdo con lo que maneja la competencia directa (ver “Otros en su clase”), y con el agregado de una garantía de cinco años ó 150.000 kilómetros, sólo equiparable a la del Kia Rio.

El Sedán cuenta con una gama más escueta, para evitar solaparse con el Corolla. De esta forma, la nueva alternativa de Toyota en el segmento de mayor volumen de mercado está dispuesta a meterse de lleno entre los autos más elegidos por los argentinos. ¿Le alcanzará?

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