https://twitter.com/cortinale
https://www.instagram.com/alescortina/No todo es lo que parece. En nuestro mercado existen algunas versiones de autos compactos que presumen de una imagen deportiva, aunque eso sólo se circunscribe a agregados estéticos: serigrafías y apliques alusivos en la carrocería como condición sine qua non, y, en los casos más pretenciosos, spoilers, alerones, difusores y llantas específicas.
Básicos:
Velocidad máxima: 201,4 km/h / Potencia: 145 CV / Consumo promedio: 12,8 km/l / Precio: $ 1.255.300
Diseño-Aerodinámica (✭✭✭1/2): Los elementos estéticos le confieren una imagen deportiva y distinta al resto de la gama. Buena respuesta aerodinámica.
Confort-Espacio interior (✭✭✭1/2): Generosa habitabilidad y butacas muy cómodas. La calidad general es adecuada, aunque hay detalles mejorables (algunos encastres flojos y pintura del vano motor).
Los más: Cambios estéticos • Comportamiento dinámico y prestaciones • Habitabilidad.
Motor-Prestaciones (✭✭✭✭): Prestaciones destacadas y rendimiento del motor razonable para un vehículo de sus características.
Instrumental-Equipamiento (✭✭✭1/2): La dotación general es adecuada, pero podría ofrecer más elementos. La rueda de auxilio es temporal.
Suspensión-Dirección (✭✭✭✭): Un tanto duro para el uso urbano, el conjunto está orientado a satisfacer la demanda deportiva: dinámicamente, impecable.
Los menos: Rueda de auxilio temporal • Un tanto duro en ciudad • Algunos detalles de calidad.
Transmisión-Caja (✭✭✭✭): El recorrido de la selectora es suave y la caja de sexta está muy bien relacionada.
Seguridad-Frenos (✭✭✭✭): Los agregados de equipamiento lo jerarquizaron. La respuesta de los frenos es destacada.
Precio-Garantía (✭✭✭✭): Un valor tentador, muy inferior al de muchos tope de gama del segmento. Garantía adecuada.
Por todo esto, el Sandero R.S. marcó una gran diferencia desde su génesis, cuando fue exhibido por primera vez durante el Salón del Automóvil de Buenos Aires en 2015 y se dieron a conocer sus especificaciones técnicas.
Creado y fabricado en Brasil exclusivamente para el mercado latinoamericano, el primer producto de la división deportiva del rombo fuera de Europa cautivó a muchos por ofrecer un propulsor más grande y potente que el resto de su gama, y por contar con una serie de modificaciones en el chasis, la dirección, los frenos y las suspensiones, que lo convirtieron en un auténtico deportivo, el único “hot-hatch” de su clase.
Desde entonces, ha convivido en uno de los segmentos más populares del mercado con un posicionamiento de precio similar (e incluso por debajo) a los de varios tope de gama, pero con prestaciones muy por encima de la competencia.
Con este restyling, que viene acompañado de mejoras en la dotación de seguridad, la premisa de Renault es continuar alimentando la estirpe deportiva en un nicho que -al margen del ya discontinuado Peugeot 208 GT (con motor THP de 165 caballos) y el actual Fiat Argo HGT (130 CV)-, no viene ofreciendo demasiada resistencia. Sin embargo, en breve Volkswagen comenzará a comercializar aquí el Polo GTS, equipado con el motor 1.4 TSI de 150 CV y caja automática de seis velocidades, que se perfila como una verdadera amenaza para el hatch de Renault Sport.
¿Qué cambió?
A pesar de la renovación estética que recibió la gama Sandero-Logan a fines de 2019, el frontal del R.S. se mantiene tal como lo conocíamos: la única modificación es el imperceptible brillante de los apliques negros del paragolpes. Pero atrás sí encontraremos las nuevas ópticas del hatch del rombo que, además de incorporar tecnología led, tienen un formato más voluminoso, que abarca parte del portón trasero y le imprime mayor personalidad.
En este sector también se invirtieron algunos detalles: el alerón aerodinámico ahora es negro (antiguamente del color de la carrocería), y los sensores de estacionamiento (que eran negros) ahora lucen del mismo color de la carrocería.
Otra variación bienvenida se da en los laterales. En primer lugar, porque se reemplazaron las insulsas llantas de aleación negras y opacas por unas bitono diamantadas que, junto con las pinzas de freno rojas (antes, exclusivas de la versión Racing Spirit) realzan la deportividad del R.S.
Pero además, el “ploteo” del sector inferior de las puertas fue sustituido por uno más sutil y refinado.
Puertas adentro, algunos detalles remiten a la versión Racing Spirit, como el revestimiento interior del techo de color negro y las características franjas rojas que recorren verticalmente el estampado de los tapizados, mientras que los apoyabrazos de las puertas delanteras ahora están recubiertos por un tejido símil fibra de carbono.
Capítulo aparte para las habituales butacas deportivas de las plazas delanteras. Amplias y con un diseño ergonómico (con la inscripción R.S. en los cabezales), la del conductor se ajusta en altura para facilitar la mejor posición frente a un volante (de cuero con costuras y detalles de color rojo e inserciones cromadas), cuya posición sólo se modifica en altura.
Tanto el panel de a bordo como el volante y el instrumental permanecen sin cambios (a excepción del color del display digital del tablero), en tanto que los comandos eléctricos de las ventanillas se mudaron de la consola central a los paneles de las puertas.
Por su parte, el conocido sistema multimedia con pantalla táctil de siete pulgadas ya no cuenta con navegador satelital, pero permite “espejar” smartphones a través de Apple CarPlay y Android Auto.
Teniendo en cuenta el ADN deportivo de este modelo, hubiese sido muy acertado agregar en esta actualización el RS Monitor que supo ofrecer el Fluence GT, un software que, entre otras funciones, brinda adquisición de datos en tiempo real (telemetría).
Pura adrenalina
Bajo el capó conserva el conocido propulsor F4R del Duster; es decir, el mismo 2.0 que entrega 145 CV de potencia y 20,2 kgm de par, al que los ingenieros de Renault Sport le realizaron algunos ajustes para optimizar su desempeño.
Entre ellos, se incrementó la potencia de la inyección y las dimensiones del colector de admisión, mientras que recalibraron la electrónica y el sistema de escape, este último con secciones más anchas.
Estas modificaciones tienen su correlato en la puesta a punto de un vehículo que pesa 1.190 kilos y cuenta con componentes mecánicos ajustados para brindar una mejor performance.
Trabaja asociado con una caja manual de seis velocidades, con las primeras relaciones cortas y una selectora muy suave.
Respecto del Sandero convencional, las suspensiones disponen de resortes reforzados y barras de torsión más resistentes en ambos ejes, en tanto que el despeje del suelo se redujo unos 4 cm para obtener una mejor respuesta dinámica.
A decir verdad, en la práctica es excepcional: puede acelerar de 0 a 100 km/h en 8,8 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 201,4 km/h. El rendimiento de combustible, por su parte, no está nada mal para un vehículo de sus características: 12,8 km/l en promedio.
La firmeza del esquema de suspensiones hace que la conducción dinámica sea muy placentera, aunque, lógicamente, esa condición se vuelve algo áspera para sortear las irregularidades de la ciudad, en parte también por el bajo perfil de los neumáticos (205/45 R17).
Asistida electro-hidráulicamente, la dirección se siente un tanto pesada para maniobrar en espacios reducidos, pero es rápida y precisa a altas velocidades.
Otra característica sobresaliente del Sandero R.S. es la respuesta de los frenos: otra gran diferencia respecto del modelo que toma como base.
Cuenta con enormes discos en las cuatro ruedas (de 280 mm de diámetro y 24 mm de espesor), que mediante la eficaz respuesta del ABS y complementados por un sistema de distribución electrónica de frenado (EBD), logran distancias sorprendentes: por ejemplo, para detenerse por completo desde los 100 km/h necesitó de 42,1 metros.
Cabe destacar que a través del botón RS Drive (ubicado en la consola), que se ocupa de ajustar la respuesta del motor y el ESP, este modelo ofrece tres modos de conducción: estándar, para conducción normal; Sport, que desconecta el ESP pero lo activa automáticamente en situaciones exigentes, y Sport +, que apaga el control de estabilidad.
Una ecuación seductora
Con una dotación de confort sin estridencias, prácticamente similar a la del Sandero tope de gama (Intens), el R.S. ofrece elementos tales como bluetooth, el mencionado sistema multimedia (en este caso, sin las funciones Eco Coaching y Monitoring), levantavidrios eléctricos one-touch en todas las puertas, control de velocidad crucero y aire acondicionado automático, entre los principales “amenities”.
Sin embargo, las novedades más resonantes se encuentran en el apartado de seguridad: a los obligatorios airbags frontales se les sumaron dos laterales (para el conductor y el acompañante), en tanto que ahora el modelo más picante de la gama cuenta, en las plazas traseras, con tres apoyacabezas y misma cantidad de cinturones inerciales de tres puntos, además de anclajes Isofix para sillas infantiles.
El punto negativo es que sigue equipando una rueda de auxilio de uso temporal.
Indudablemente, el precio del Sandero R.S. es una de sus principales armas de seducción: cuesta 1.255.300 pesos, un valor significativamente más bajo que el de las versiones tope de gama de los modelos referentes del segmento, ninguno con características deportivas.
Al cierre de esta edición de Parabrisas todavía no se habían dado a conocer los precios del nuevo Peugeot 208 que ya probamos, pero podemos tomar como referencias a los VW Polo Highline AT 1.6 y Chevrolet Onix 1.0 T Premier II AT, cuyos precios son de 1.607.700 y 1.655.900 pesos, respectivamente.
FICHA TÉCNICA Y PRESTACIONES:
