Nacida en Dehradun, India, y criada desde los ocho años en Viena, Austria, en su adolescencia Monisha apenas veía, cada tanto, por televisión, algunas de las carreras de Fórmula 1 que miraba su padre. Pero, cosas de la vida, pocos años después (nació en 1971) se encuentra convertida en la primera mujer en la historia de la categoría en ser dueña –con una tercera parte–, de un equipo: Sauber.
-La verdad es que no veo ninguna diferencia con otros ámbitos dominados por hombres: es una de las cosas por las cuales, como mujer, no tenés que preocuparte. Lo interesante es que se trata de un deporte que pone en juego y descubre muchas emociones, de modo que mis colegas tal vez lo viven de un modo más emocional, más pasional, al que yo puedo vivirlo como mujer. Y vengo a poner un poco de calma…
-En todo caso, ¿qué aspecto femenino cree que le aporta a Sauber?
-Creo que el acercamiento femenino favorece al equipo para encontrar soluciones. Tal vez significa un compromiso para tu propia posición, pero en definitiva se trata de buscar soluciones en lugar de tener siempre los mismos problemas… Y creo que es muy importante para los patrocinadores el hecho de que haya una mujer en el equipo: tal vez es más fascinante porque, en un mundo tan exigente, ellos tienen que mirar en todas las direcciones, analizar y tomar en cuenta todos los aspectos para recibir los beneficios, las devoluciones de sus inversiones como sponsors. Y en este sentido las mujeres podemos aportar mucho, y nosotros como equipo tenemos esa ventaja: somos los únicos que podemos ofrecer eso… Pero, claro, todo eso tiene que estar ligado a nuestros buenos rendimientos en la pista.
Lea el resto de esta nota en la edición de Agosto de la Revista Parabrisas.
