El hechizo de los SUV no perdona a nadie. Tal es su poder que hasta los más tradicionales fabricantes de modelos súper exclusivos sucumbieron a su influjo. Ahora es Rolls-Royce la terminal que no puede evitar desarrollar su sport utility. Efectivamente, la marca preferida por la realeza del todo el mundo (actualmente en manos de BMW), coquetea con su propio SUV desde hace varios años, pero ahora, los rumores suenan con mucha fuerza.
Una de las primeras certezas es sel nombre: se llamará Cullinan, el mismo nombre que el diamante más grande del mundo. pero no es considerado por la casa de como un SUV, sino que ellos lo definen como HSV o High Side Vehicle.
Será desarrollado sobre la plataforma del futuro Phantom, con una estructura de aluminio que promete feducir el peso en forma considerable, tecnología que será empleada en todas las familias del constructor inglés en el futuro.
Como muestra la imagen proyectada por computadora de nuestros colegas de Quatro Rodas de Brasil (revista hermana de Parabrisas), las cuatro puertas tendrán apertura espejada (las traseras serán del tipo “suicida”), mientras que el diseño mantendrá la identidad característica de la marca, es decir, líneas rectas, en contraste con las formas más curvas de, por ejemplo, el Ghost actual.
En cuanto a la motorización, se espera que Cullinan utilice un propulsor de doce cilindros de unos 600 CV de potencia y una variante de propulsión híbrida. La transmisión será automática y la tracción integral inteligente.
Podría presentarse en 2018 con una edición inicial de mil unidades que tendrán un precio estimado en 300 mil euros.
