Así probábamos al Fiat Regatta

Recordamos el test realizado a uno de los autos más destacados de la firma italiana entre la década de 1980 y 1990. Producido por Sevel Argentina, en esta ocasión la prueba de manejo corresponde a la versión 85 de la edición de Revista Parabrisas de abril de 1986. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Tras haber recorrido 8.000 kilómetros en todo tipo de caminos, el Regatta 85 nos mostró sus cualidades y también algunos aspectos mejorables. Un auto de nivel del nivel mediano - intermedio, de bajo consumo, adecuada performance para sus 1.500 cm3, diseño moderno y funcional. Aquí el resultado del completo análisis y las conclusiones finales.

Cuando el Fiat Regatta fue presentado al mercado argentino, muchos se preguntaron si no competiría en forma directa con otro producto de Sevel: el Peugeot 504. La duda tenía cierta lógica pero los estudios previos y los resultados posteriores indicaron lo contrario. Son dos categorías de automóviles con público diferente.

El Regatta (la doble "T" en un invento local, en Italia es sólo con una) fue dirigido al segmento del vehículo intermedio, también denominado "Mediano 1". Esa franja de potenciales compradores fue creciendo progresivamente en los últimos cinco años. En 1981 equivalía al 31.8 por ciento del total de producción y ya en 1984 superaba el 48 por ciento, demostrando la inclinación del automovilista argentino hacia el auto de categoría mediano - intermedio.

Fiat Regatta

El modelo que nos ocupa es un típico exponente de la industria de la industria automotriz actual, con innegable estilo italiano y estructura del tipo tres volúmenes (motor, habitáculo y baúl como sectores independientes). Esto, obviamente, es válido tanto para el "85" como para el ya testeado "100 - S".

El Regatta 85 (full equipo) que fue sometido a las exigencias del road test por Parabrisas, contaba con todos los opcionales que se ofrecen: 1) aire acondicionado, 2) levantavidrios eléctricos delanteros y 3) pintura metalizada bicapa.

Para ser explícitos en el análisis se ha incorporado un sistema más práctico y a la vez categórico: calificar la unidad por medio de los veinte ítem más importantes que hacen al conjunto y la concepción general del auto.

Por eso, a partir de aquí, el puntaje -de 1 a 5 estrellas- que el Regatta obtuvo en los distintos rubros.

Espacio exterior

Es difícil ser objetivo en lo referente a la estética. Hay quienes defienden su línea moderna de estilo sobrio y también quienes la critican. Ambas posiciones están sustentadas por argumentos válidos. La cintura del Regatta es un poco alta para la tendencia actual de los autos europeos pero a la vez, su diseño es agradable. La superficie vidriada es menor que en otros vehículos contemporáneos y eso lo emparenta (para algunos) con el Fiat 132.

Fiat Regatta

El estudio aerodinámico, a juzgar por los resultados, es bueno y el "styling" armónico manteniendo los preceptos de la moda - auto que los italianos pusieron en vigencia en los últimos dos años.

Habitáculo 

Para el conductor y su eventual acompañante el Regatta es cómodo. La guantera generosa no está en la zona que generalmente es invadida por las rodillas del que va sentado a la derecha. Atrás, los respaldos "ahuecados" de los asientos logran su cometido: ganar espacio con respecto al butacón delantero. En caso de necesidad pueden viajar cinco personas pero no es aconsejable para un trayecto largo (siete u ocho horas).

Prácticos los porta-mapas ubicados en las contrapuertas, pero faltan bolsillos en los respaldos para comodidad de los pasajeros de atrás (cigarrillos, revistas, etc). También se nota la ausencia de una bandeja o portaobjetos entre los asientos de conductor y acompañante.

Fiat Regatta

Puesto de comando e instrumental

Una vez sentados, quien mida más de 1.75 metros, notará que el asiento es relativamente alto y que en nada hubiese modificado la visibilidad bajarlo 2 o 3 cm. El volante es regulable en altura y práctico para conductores de corta estatura pero no es aprovechable para los más altos ya que en su posición inferior, al pisar el pedal de freno, tocaría la rodilla contra el aro.

El grip del volante es agradable aunque algo áspero. Es probable que con el uso y el desgaste la sensación desaparezca. Los instrumentos son de fácil lectura y tamaño adecuado, con agujas y números visibles. Se nota la falta de un tacómetro (cuentavueltas) en el alojamiento ocupado por el reloj.

El medidor de combustible es poco preciso ya que depende de curvas a derecha o izquierda. La variación puede ser de hasta un cuarto de tanque. Cuando uno le toma la mano sabe que sólo es confiable cuando el auto está estabilizado y el flotante del tanque deja de oscilar.

Los comandos son frágiles y se deben tratar con delicadeza. Están bien ubicados al alcance de ambas manos y cerca del volante. No sucede lo mismo con el receptor AM-FM, alejado del campo visual y del radio de acción del brazo derecho. Ídem con el cenicero y encendedor.

Fiat Regatta

Los apoyabrazos internos de ambas puertas delanteras son algo bajos. Podrían estar 2 cm más arriba y cumplirían mejor con su función pero en esto tiene que ver, directamente, la altura del asiento.

Visibilidad

Aunque los parantes delanteros son bastante gruesos no entorpecen en nada la visual para conducir en ruta o ciudad. La visibilidad es buena pero el baúl alto y la luneta de menor superficie hacen que a la hora de estacionar (en la maniobra de marcha atrás) no se tenga una referencia aproximada del cordón de la vereda y tampoco de la distancia real al paragolpe del auto colocado inmediatamente detrás.

Camino veloz de montaña con piso de ripio parejo y por consiguiente rápido. El Regatta se comportó muy bien sobre ese tipo de terreno en el camino de Alta Gracia al Observatorio. Las relaciones de caja ayudan al mejor aprovechamiento de los 82 HP del motor de 1.500 cm3

Aireación-Calefaacción

Tanto el aire acondicionado como la calefacción (se probó en las sierras cordobesas con 2 grados sobre cero) funcionan correctamente. Son de regulación precisa y las bocas de salida -además de las frontales en el tablero- apuntan a los pies del conductor y el acompañante mientras otras dos están ubicadas en el conjunto de donde emerge la palanca de cambios y dirigen el flujo de aire a los asientos traseros, aunque estas últimas no cumplen muy bien su cometido.

Fiat Regatta

Pese a la impecable aireación del habitáculo, se notó un persistente olor a nafta que provenía del baúl debido a un taponamiento en la manguera de venteo. La solución puede estar en practicar un pequeño orificio en la tapa del tanque de nafta que evacue la presión que produce el combustible al agitarse.

Confort de marcha

La sensación de confort se manifiesta en la circulación por ciudad o ruta pavimentada. Es sereno, no hay ruidos ni vibraciones a excepción de las que provienen del electroventilador (¿paletas desbalanceadas?).

En caminos malos, ripio, tierra, pavimento poceado o en el adoquinado desparejo, la sensación no es la misma. La suspensión, demasiado blanda, hace que los golpes del tren delantero repercutan levemente en la columna de dirección.

La unidad testeada estaba calzada con Pirelli Cinturato P3, que absorben bastante las irregularidades del piso. Hay quienes aseguran que con otros tipos de neumáticos, la situación se agrava.

Maniobrabilidad y dirección 

Considerando las limitaciones que ofrece la tracción delantera en algunos automóviles, el Regatta es sumamente maniobrable y muestra un reducido diámetro de giro. La relación de los engranajes de la cremallera de dirección hacen que se transforme en un auto ágil en los zigzagueos del tránsito ciudadano. Para estacionar no son necesarios esfuerzos sobrehumanos, la dirección es liviana.

Fiat Regatta

Dirección y accesorios

No son suficientes si tenemos en cuenta que analizamos una versión denominada "full". En papel de intransigentes el Regatta carece del "check pannel" que equipa a la versión "100 S". Los cinturones traseros son de cintura y no combinados inerciales en tanto los delanteros (completos) tienen tendencia a quedar trabados y al usarlos -debido a la altura exagerada del pasador de la cinta montado en el parante- rozan constantemente contra la barbilla y el cuello de la camisa del conductor. Un detalle que se soluciona bajando 5 cm el pasador.

La cuna del encendedor es poco profunda y dificulta su uso. La radio (buena en FM, ruidosa en AM) no es de gran calidad y cuenta con un dispositivo (o tapa) que la esconde de la vista de los "cacos", aunque el "gremio" como es de suponer, ya conoce el ardid. El pasacassette es normal.

Siguiendo con la lista de "faltantes", se debe incluir un espejo retrovisor externo del lado derecho, algunos indicadores de tablero, cuentarrevoluciones en lugar del reloj de aguja que podría ser reemplazado por uno digital, traba neumática de bloqueo de puertas y baúl. Otro detalle: los seguros de puerta interiores son de complicado accionamiento debido a un problema de diseño.

Posee luces traseras antiniebla que funcionan en paralelo con las luces bajas. La iluminación del habitáculo es más que suficiente gracias a un "plafond" ubicado junto al espejo retrovisor y complementado con una luz de cortesía direccional.

Fiat Regatta

Las escobillas limpiaparabrisas no barren adecuadamente a más de 120 km/h y funcionan con tres velocidades (intermitente, baja y alta). La llave de rueda es de un solo brazo corto de palanca y el "crique" es aceptable.

Motor

Es de funcionamiento eficaz, de arranque instantáneo en frío y entre sus virtudes se cuenta la suavidad de marcha. No transmite vibraciones a la cabina y acelera con la delicadeza de un motor a inyección. El encendido electrónico es eficiente y ha otorgado al motor 1.500 mayor elasticidad.

Performances

La velocidad máxima (162.450 km/h en cuarta y 159.9 en quinta) es más que adecuada para un auto propulsado por un motor de apenas 1.500 cm3. Lo mismo sucede con los valores obtenidos en los procesos de aceleración con el Correvit-L de Leitz, con una prestación de 0 a 100 km/h de 13.24 segundos.

Estas cifras cambian de manera fundamental al conectarse el aire acondicionado. Pues si bien la velocidad máxima es casi similar pero se alcanza en mucho mayor tiempo y distancia, las de aceleración declinan considerablemente cuando el compresor rotativo entra en acción.

Fiat Regatta

Transmisión

El accionamiento de la caja de cambios es preciso y el embrague acopla con suavidad, sin fatigarse en ningún momento. En la unidad testeada, en ocasiones, la cuarta velocidad no quedaba en la misma línea imaginaria de la tercera, produciendo un molesto escalonamiento. Las relaciones de caja han sido bien estudiadas y a excepción de la caída de rpm entre 1era y 2da, el resto de los engranajes aprovecha al máximo la potencia del motor. La quinta (0.827:1) parece larga en teoría pero es neutralizada en parte por una relación de diferencial corta (17/61 o 3.588:1), que a los efectos prácticos logran que a 120 km/h no haga falta bajar a cuarta en busca de una mayor reacción en una maniobra de sobrepaso.

El comando de la caja es agradable al tacto, anatómica y está bien ubicada sin presentar el molesto problema de otros vehículos, donde al colocar la marcha atrás se interpone en el camino el asiento del acompañante.

Frenos

No hay tendencias viciosas ni bloqueos prematuros. Bajando por caminos de montaña (donde se abusa de los frenos) el sistema no mostró síntomas de cansancio. El pedal es firme y no se desregula cuando el líquido toma temperatura.

Suspensión

Los primeros ejemplares de Regatta salieron con amortiguadores más duros que mejoraban la tenida direccional y en curvas de alta velocidad, pero en contraposición, mortificaban partes estructurales. Hechas algunas modificaciones, hoy se ha transformado en un auto muy "rolador" debido a lo mullido de su suspensión, que por otra parte influye en disminuir el despeje del piso en caminos de ripio con huella marcada, obligando al conductor a circular con precauciones.

Ante aceleraciones o frenadas bruscas el tren delantero modifica excesivamente su geometría lo que a mediano plazo lleva a un control periódico de la alineación de las ruedas directrices para certificar si todo está en orden.

Fiat Regatta

Consumo 

Si se toman en cuenta las buenas prestaciones del auto, las cifras de consumo son óptimas. Como ejemplo vale que a 120 km/h constantes sólo hacen falta 8.08 litros de nafta en cien kilómetros. Esto significa que a 100 km/h en quinta velocidad, se puede viajar a Córdoba (700 km) con menos de 50 litros, cinco menos que la capacidad del tanque.

También es caprichosamente austero a altas velocidades. A 150 km/h necesita solo 10.05 litros para cubrir la distancia de cien kilómetros. A la misma velocidad, pero con aire acondicionado conectado, el índice se eleva a 11.65 litros, algo así como un 10 por ciento plus.

Sintetizando, una de sus mayores virtudes: la economía.

Tenida en ruta

Equilibrado comportamiento en lo veloz y lento y lo lento con piso parejo. Inevitable tendencia al "understeering" (subvirante o que se va de trompa) de todo auto con tracción delantera. Pero éste no es un defecto para el conductor normal, por el contrario le aleja el fantasma de "¿que hacer si el auto se me va de cola?", obligándolo a una inmediata corrección de trayectoria a la que no todos tienen por qué estar habilitados.

Cuando se lo exige en curvas lentas, la rueda delantera de apoyo soporta todo el peso y la rueda trasera opuesta tiende a levantarse quedando casi en el aire. Efectos del mayor peso adelante que atrás. De todas maneras, la adherencia es adecuada.

Luces

Suficientes las altas, no así las bajas que no disponen del poder lumínico necesario. Interesante, como factor de seguridad, las luces traseras con antiniebla. Las de posición delanteras no están integradas a la unidad óptica.

Fiat Regatta

Accesibilidad

Buena adelante. No hace falta se contorsionista para sentarse al volante. Atrás el diseño de las puertas dificulta en algo el ascenso y descenso de pasajeros. Respecto al acceso a las partes mecánicas muestras las limitaciones típicas de los autos cono motor transversal y tracción delantera.

Terminación y estanqueidad

Sufrimos filtraciones de polvo y agua por las colizas de las puertas traseras y a la altura del parante en las delanteras. Lo mismo en el baúl. Las puertas, en general, necesitan una exquisita regulación, pues no cierran al primer intento salvo que se proceda al "portazo".

La terminación es aceptable aunque gran cantidad de elementos plásticos hacen que luego de 3.000 / 4.000 kilómetros, aparezcan los "quejidos" a que ese material nos tiene acostumbrados. (Ej. contrapuertas, tablero, apoyabrazos, tapa de guantera, etc.).

Fiat Regatta

Baúl

Con un valor es suficiente. Capacidad : 530 dm3, o sea 530 litros. El más generoso en dimensiones de la industria nacional en autos de tipo sedan cuatro puertas. Cabe de todo. Su piso es plano gracias a que la rueda de auxilio va montada debajo del baúl en una jaula (tipo Peugeot 504). Consejo: guárdela en el baúl. Los "muchachos" no perdonan.

Precio

Se sabe que la relación salario - automóvil "cero" es incoherente. Pero ubicándonos en la realidad que vive Argentina, el Regatta 85 tiene un precio más que interesante. Cuesta menos que un Sierra 1.6 L (que viene sin aire acondicionado), algo más que una versión base de VW Gacel (menor tamaño interior) y prácticamente lo mismo que un Renault 18 GTL (con motor 1.400 cm3 de R-12 y sin aire).

Por estas razones, los opcionales de confort y la capacidad de su habitáculo, hacen que el Fiat Regatta 85 pueda ser la tentación de aquel comprador que aún está indeciso. Por precio y equipamiento.

OTROS DATOS

Motor: 1.5 con cuatro cilindros en línea y 82 CV

Transmisión: Manual de cinco marchas

Velocidad máxima: 162,45 km/h

Aceleración 0-100 km/h: 13,24 segundos

Consumo en ruta a 100 km/h: 7.01 l/100 km

Consumo en ciudad: 12.88 l/100 km