Así probábamos al Fiat Duna

Recordamos el test realizado al tricuerpo del conocido Uno en su versión SCV. En esta ocasión, la prueba de manejo corresponde a la edición de febrero de 1988 de Revista Parabrisas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Buenas performances, gran espacio interior, inmejorable baúl, notable economía de consumo y bajo coeficiente de resistencia al avance, son los aspectos más destacables. En nuestro itinerario (rutas de asfalto, ripio y tránsito urbano), descubrimos todas sus virtudes y también, algunos de sus defectos. Un auto que será un rival durísimo en el segmento más disputado de mercado local.

Cuando los automóviles son de diseño moderno, actualizado, sus virtudes se manifiestan al cabo de algunos cientos de kilómetros recorridos. El primer impacto que recibe el conductor, es la funcionalidad de todos los elementos pero a la vez, cierta sobriedad que algunos suelen confundir con austeridad. Todos escuchamos a diario, personas mayores de cuarenta años -que de jóvenes tuvieron acceso a automóviles de otra generación-, hablar de la cantidad de plásticos que componen el conjunto de un vehículo nacional. En realidad no es privativo de nuestra industria, si se pone a analizar un Mercedes-Benz, un Volvo, un BMW o un Peugeot importado, tomará conciencia que cada día hay más plásticos en los automóviles de serie. Las diferencias sólo pueden existir entre la calidad o terminación de la matricería y la del material propiamente dicho.

Lo cierto es que los autos que hoy se construyen, ofrecen una serie de ventajas que no todos saben valorar. Estamos de acuerdo que una casa inglesa estilo Tudor es más elegante y distinguida que un piso con vista al río en Belgrano, pero ¿qué es más práctico y funcional?

Fiat Duna

Los automóviles vivieron el mismo proceso. Practicidad es la prioridad de todos los constructores del mundo. Poco espacio para el motor (de ahí la tendencia ya habitual de colocarlos transversalmente), comodidad interior para cuatro pasajeros y capacidad de baúl. Esto en lo que a carrocería o estructura se refiere. Luego, en el aspecto técnico y de funcionamiento, deberá ser ágil (poco peso), tener una buena velocidad final y bajo consumo, dos factores íntimamente vinculados a un bajo coeficiente aerodinámico.

A la sombra de estas premisas, nació el Fiat Uno -exitoso en toda Europa- y también el Duna (que es un derivado del Premio de dos puertas brasileño). Simplificando, y sin entrar en detalles, así como se asegura que el Renault-9 es un R-11 con baúl, también es aceptable que se lo defina al Duna como un Uno con tres volúmenes ya que comparten gran porcentaje de elementos en común.

El especialísimo mercado local, vio al Duna como un Regatta chiquito. Probablemente por la similitud del frente y el "family feeling" con las cinco barras inclinadas que identifican a los Fiat o por el baúl más elevado que la línea de cintura, que sorprendió -y fuimos testigos durante nuestro recorrido- por su capacidad.

Los primeros síntomas, según fuentes autorizadas de Sevel Argentina, fueron mucho más positivos de lo que se esperaba y las ventas superaron cálculos previos. Es cierto que la gama que se ofrece es bastante variada ya que va desde un"S" con equipamiento básico y motor de 1.300 cm3 hasta el "SCV", pasando por el "SC" también con motor chico y el Diesel denominado "D". Será el mercado el que a la larga decidirá el nivel de aceptación, pero los primeros sondeos han hecho esbozar una sonrisa a la gente de El Palomar, consciente que deberá competir en la franja más poblada del Mercado integrada por el Renault-9, 11 y 12, el Volkswagen Gacel y 1.500 y en el futuro inmediato, el Ford-Escort.

Fiat Duna

Por casi 10.000 kilómetros, evaluamos las virtudes y defectos del Fiat Duna SCV. Parafraseando a Ortega y Gasset, nada más adecuado que utilizar el "argentinos, a las cosas".

Estética exterior

Corno analizarnos unas líneas más arriba, el Duna tiene cierta similitud con el Regatta en una visión frontal. También se lo puede asociar por el diseño del tercer volumen (baúl), pero las diferencias también saltan a la vista. Es el caso de los tres paneles vidriados laterales, la inclinación del parabrisas, los faros traseros, la línea de carrocería más baja entre ejes; además de sus dimensiones.

Otro detalle que habla de un auto estudiado en túnel de viento, es la falta de canaletas de desagote que en general producen un contacto agresivo con el viento a alta velocidad y por consiguiente, ruidos que se transmiten al habitáculo por más que las ventanillas se encuentren cerradas. En el Duna, la evacuación del agua que se filtra entre la puerta y el techo o el parante, se efectúa por medio del burlete con forma acanalada, lo que nos hizo sospechar que con lluvia torrencial podría ingresar agua al habitáculo. No fue así.

Este detalle, junto a una trompa y parabrisas de penetración adecuada, vidrios rasantes y el remate de la cola, han logrado que su Cx sea de 0,34, el mismo que ostenta la línea Sierra a excepción de la XR-4.

Fiat Duna

Como todo lo estético, sus líneas son materia opinable. Tiene sus defensores y detractores. Consideramos que es más que aceptable.

Habitáculo

De tamaño generoso para su tamaño externo. Gran capacidad para albergar a cuatro pasajeros (cinco eventualmente) con espacio suficiente para las piernas. Todo es funcional, sin estridencias y los diseños son actuales algo que se nota desde los apoyabrazos de las puertas hasta el cenicero desplazable a la altura dela gran bandeja. Al cabo del recorrido de prueba, transitando por todo tipo de caminos, no aparecieron los típicos ruidos de plásticos de tablero, contrapuertas o respaldos de asientos.

El cenicero merece un comentario aparte ya que se lo puede ubicar al alcance de la mano del conductor o precisamente frente al acompañante desplazándolo por el borde de la bandeja. Cabe destacar que ésta es de grandes dimensiones y nada que allí se aloje corre el riesgo de caerse al doblar, como sucede en otros autos. Pero si el conductor/a no son muy ordenados o prolijos la bandeja se puede transformar en recolectora de desperdicios varios, papeles, caramelos, lápices de labio, carpetas, peines, agendas, etc. etc.

Puesto de comando e instrumental

El asiento del conductor es cómodo con respaldo ahuecado que sujeta la espalda evitando desplazamientos laterales y regulable en distancia del volante, altura (tipo basculante) e inclinación de respaldo. Los cinturones de seguridad corren con facilidad por el ojal que está a la altura adecuada evitando rozar la barbilla o el cuello de quien maneja. Los apoyabrazos están a la altura que corresponde y cumplen su función. El "grip" del volante (de diámetro correcto) es algo fino, quizá un par de milímetros más de espesor no le hubieran venido mal. Los comandos "satelitales" están a mano y una vez que se produce la lógica adaptación al sistema, la cosa es fácil y sin necesidad de sacar las manos del volante se puede accionar el limpiaparabrisas, encender luces de posición, bajas, altas o de guiño.

Fiat Duna

El tablero es de lectura fácil, caracteres blancos sobre fondo negro, con cuentavueltas e indicadores de nivel de combustible y temperatura de agua (trabaja a 90 grados permanentes y a 80/85 grados en ruta). Faltaría un instrumento a aguja de presión de aceite, como el que equipa al Diesel.

El resto entrega información al conductor por medio de luces testigo ubicadas en el centro del tablero, incluyendo una perilla de "chequeo" (por si está la bombilla quemada) para el sistema de funcionamiento de frenos. Luz verde para indicar luces de posición y viraje, azul para las altas, amarilla para el cebador, roja para el freno de mano, presión de aceite, baliza y alternador, y naranja para luneta térmica.

En síntesis, información adecuada y buena posición de manejo para conductores de cualquier altura, con el comando de caja al alcance de la mano y una pedalera de fácil accionamiento, aunque con el acelerador demasiado empinado.

Visibilidad 

Diez puntos hacia adelante y los costados. Casi perfecta. Limitada hacia atrás por la altura del baúl. Eficientes los espejos retrovisores externos (el de la derecha angular) y de regulación interna. El brazo único de limpiaparabrisas cubre una gran superficie en su barrido. y dispone de tres velocidades (una intermitente) que cumplen con su tarea sin problemas aun con lluvias torrenciales. Los parantes no interfieren.

Fiat Duna

Aireación - Calefacción

Muy buen aire acondicionado, aun en situaciones extremas. Ídem la calefacción, que se puede dosificar correctamente por medio del comando correspondiente. El que modifica la trayectoria del flujo de aire por las distintas salidas no se mostró muy efectivo en nuestra unidad. El diseño aerodinámico hace que llevando la ventanilla del conductor abierta un par de centímetros, no se produzcan molestos chiflidos de aire.

Confort de marcha

Un compromiso resuelto con corrección. Los Fiat, en general, siempre se mostraron algo "saltarines" en calles empedradas o asfalto irregular. Sucedía lo mismo con el Regatta-85 testeado hace dos años ya que el actual está equipado con nuevas suspensiones. La presión de neumáticos sugerida (28 libras) nos parece algo elevada, al menos con el uso de Pirelli P-44, dos o tres libras menos no modifican la tenida y lograr un andar más confortable en ciudad. Como casi todos los autos, la marcha es más suave con cuatro pasajeros que con el conductor como único ocupante. No se transmiten vibraciones al sistema de dirección ni transmisión.

Maniobrabilidad - Dirección

Podríamos poner en la columna de "faltantes", la dirección servoasistida, pero en realidad no es imprescindible. Obviamente, maniobras de estacionamiento con auto detenido, la misma se efectuaría con menor esfuerzo, pero el conjunto es liviano, directo y de respuesta precisa. Se decidió no adoptar el sistema, pensando en la performance. "Con aire acondicionado funcionando a pleno y servo dirección, desaprovechábamos mucha potencia y decidimos no sacrificar prestaciones", nos confiaba un ingeniero. El radio de giro es reducido aunque no sorprendente.

Fiat Duna

Equipamiento - Accesorios

Faltaría luz antiniebla, bloqueo de puertas con comando externo y la ya mencionada dirección hidráulica para completar el panorama. Dispone de levantavidrios eléctricos delanteros (comando ubicado en un sitio que no es el más indicado), aire acondicionado, reloj digital junto al módulo de luces de cortesía y espejo retrovisor, luz de baúl, radio pasacasetes con memoria, digital y dos parlantes anteriores, cinturones inerciales delanteros y de cintura atrás, etcétera. Un equipamiento que no llega a ser "full" pero adecuado al segmento al que pertenece, aunque existan versiones de otras marcas con más accesorios.

Motor

Es un exponente de los motores con diámetro bastante mayor que la carrera, característica que tiende a revertirse en la industria mundial en estos momentos. Sin embargo, no hay objeciones para el funcionamiento del conocido propulsor de litro y medio de Fiat. Es sumamente elástico (más que el del Regatta 85 testeado, aunque pueda ser una impresión personal avalada por las cifras de elasticidad 40-100 km/h), sin consumos de aceite verificados ni vibraciones a cierto régimen. En quinta a 4.500 rpm es casi imperceptible el zumbido del motor. Casi óptimo.

Fiat Duna

Performance

Los 80 kilos menos con respecto al Regatta y un mejor coeficiente aerodinámico, se hacen sentir en el momento de colocar el Correvit-L en busca de los mejores valores de velocidad, aceleración, etc. Es por esa razón que vale la pena la comparación. El Duna-SCV llegó a un top-speed de 167,05 km/h casi 5 km/h más que el Regatta (162,4 km/h). Una velocidad nada despreciable -más bien destacable- para un 1.500 cm3. Lógicamente, esa cifra se obtiene en cuarta a 6.100/6.200 rpm ya que en quinta obtiene 161,8 km/h a un régimen de 4.800 rpm.

En aceleración 0-100 km/h fueron necesarios 12,89 segundos para el Duna y 13,2 segundos para el Regatta. Los 0-1.000 metros, fueron cubiertos por el SCV en 34,36 segundos contra 34,98 del Regata. En elasticidad el Duna fue casi 2 segundos más brioso con 18,71 contra 20,5 segundos. Como datos ilustrativos, la velocidad de salida en la prueba 0-1.000 metros fue de 147,9 km:h y a los 400 metros llegó en 18,09 segundos a una velocidad de 121,0 km/h. Cifras que evitan comentarios.

Transmisión

Comando correcto, recorrido corto y seguro. Sincronizados robustos, marcha atrás que entra sin problemas ni quejidos, relaciones adecuadas a la potencia y torque del motor. Tirando los cambios a 5.000 rpm (no vale la pena llevarlos más allá en situaciones normales) de cuarta a quinta"cae" 1.000 rpm. Muy buena tracción en aceleraciones con partida detenida, con tendencia a tirar parejo, poco patinamiento y sin "zapateos", lo que habla de una suspensión delantera eficiente.

La relación de la quinta (casi 34 km/h cada 1.000 rpm), hace que para viajar a 140 km/h se utilicen sólo 4.100 rpm del motor con la consiguiente serenidad de marcha y ahorro de combustible.

Fiat Duna

Frenos

Sin vicios ni tendencias a perder la línea recta en frenadas exigidas. El pedal, es el punto clave, ya que no tiene la firmeza que uno desearía, aunque ello no va en detrimento del poder frenante. Es algo "esponjoso" y hasta que el conductor medio se habitúa, puede parecer que no son tan eficientes. Cuestión de adaptación y sensaciones. De todas formas, un pedal más rígido, sería bienvenido.

Suspensiones

Comportamiento más que correcto de ambos ejes. El tren delantero se manifiesta más robusto que anteriores de la marca y la posterior (con comba negativa evidente) secunda muy bien al tren que tracciona, apoyando la rueda como se debe al momento de recibir toda la carga.

Para el manejo deportivo, puede ser algo "mullida" y por consiguiente, "roladora"... pero como de gente normal estamos hablando, el balance es correcto. Para los otros, quizá unos amortiguadores más rígidos (¿de gas?), podrían ser la solución. Nuestro consejo es no dar por tierra con el trabajo de los departamentos de ingeniería en la búsqueda del equilibrio entre ruta, ciudad y confort de marcha.

Fiat Duna

Consumo

Ya nos habíamos asombrado con el consumo del Regatta-85. Bueno, el del Duna lo supera y con amplitud. Aquí, una vez más, juega un papel preponderante el Cx y algunas tareas realizadas en fábrica sobre el motor de 1.500 cm3. De esa forma se llegó a valores "miserables", lo que agregado a un tanque de 55 litros le permiten al SCV una interesante autonomía, tanto a altas como bajas velocidades. A 100 km/h en quinta podrá recorrer más de 800 kilómetros sin reabastecerse y a 160 km/h constantes podrá hacerlo cada 500 kilómetros. De lo mejor de la industria nacional en motores de litro y medio para abajo.

Tenida en ruta 

Bien plantado en cualquier tipo de ruta de asfalto, tanto a 100 como a 160 km/h. Va derecho, sin necesidad de correcciones dobla con solvencia, con tendencias innatas de un tracción delantera franco.

Luces

Podrían mejorarse, especialmente las altas. Faltan los antiniebla, de gran utilidad. Las de marcha atrás, tienen buena intensidad y las posiciones delanteras están integradas a la unidad óptica. Permiten circular de noche sin problemas, pero...

Fiat Duna

Accesibilidad 

Este rubro habría que dividirlo en dos partes. Uno, la accesibilidad por medio de las cuatro puertas del automóvil. Dos, la realización de tareas bajo el capó. En el primer punto no hay quejas. El tamaño de las puertas y la leve curva que sigue el contorno del pasarruedas, hacen que entrar o salir por cualquiera de los accesos sea simple, considerando la franja a la que pertenece el auto en cuestión.

En el segundo punto, la cosa se complica por lógica consecuencia. Para ganar espacio en el baúl la rueda de auxilio está ubicada al lado del calefactor, junto al motor, y acceder a las partes de éste no es tarea fácil debido a la ubicación transversal y los distintos accesorios que hacen al equipamiento y que tienen al motor como única fuente de energía.
En el promedio de ambos aspectos, sale airoso. Algo hay que sacrificar para ganar espacio interior.

Terminación y estanqueidad

Algunos plásticos (como la tapa de guantera) pueden merecer críticas en lo referente a terminación y ciertos cubrejuntas, no así los burletes de puertas y baúl que son eficientes. Ellos, son los responsables de la ausencia de filtraciones de agua y/o polvo. Notamos mejoras respecto a otras unidades de la marca.

Fiat Duna

Baúl

Comparable en capacidad al del Regatta y el Carat por dar dos ejemplos, pero por ser un auto de segmento inferior, lo hace más destacable. Imposible de mejorar en un auto de su categoría. El sueño de la familia tipo a la hora de irse de vacaciones.

Precio

Alto respecto a sus hermanos con menos equipo y motor 1.300 cm3 pero aceptable si se lo compara con los precios de lista de algunos de sus rivales. Sin embargo, lo que vale, es el precio de venta al contado que en todas las marcas está por debajo del oficial... aunque la proporción se mantiene.

OTROS DATOS 

Motor: 1.5 con cuatro cilindros en línea y 82 CV

Transmisión: Manual de cinco marchas

Velocidad máxima: 167,05 km/h

Aceleración 0-100 km/h: 12,89 segundos

Consumo en ruta a 100 km/h: 6,7 l/100 km

Consumo en ciudad: 9,1 l/100 km