Se ha completado la primera mitad del Campeonato Mundial de Fórmula 1 y es buen momento para hacer algunas evaluaciones. En primer lugar, confirmar aquello que habíamos comentado a comienzos de temporada respecto a las modificaciones establecidas en el aspecto aerodinámico, y su importancia en los resultados y la paridad de la categoría. Se puede afirmar que resultaron muy positivas y consiguieron el objetivo buscado: permitir que mayor cantidad de equipos obtengan rendimientos similares.
La mejor prueba la tuvimos cuando, al cabo de las seis primeras competencias, se habían registrado seis ganadores distintos, algo inédito en la historia de esta especialidad.
Pero, tal vez, el aspecto más importante es que volvió a aparecer la lucha por las posiciones en carrera. Resulta frecuente ver peleas muy interesantes por los puestos en pista, algo a lo que nos habíamos desacostumbrado.
Todo esto tiene mucho que ver con los temas aerodinámicos. Es mayor el porcentaje de importancia que los aspectos mecánicos tienen en el comportamiento de los automóviles. Ejercen mayor influencia que antes las geometrías y diseños de las suspensiones, el comportamiento de los neumáticos y la puesta a punto para optimizar todas las variables en cada escenario.
Lea el resto de esta nota en la edición de agosto de PARABRISAS.