Durante nuestro trabajo en la Escuela de Manejo Avanzado tratamos de analizar todos los temas que ayudan a mejorar la seguridad durante la circulación en vehículos. Tenemos en cuenta la responsabilidad del conductor, no solo en cuanto a sus actitudes, decisiones y maniobras de manejo, sino también con respecto a las personas que transporta en el vehículo que maneja. En este último punto aparece, en muchos casos, un cierto desconocimiento de algunas características importantes de los sistemas de seguridad pasiva actuales.
Es importante saber que, además de los dispositivos tecnológicos que están facilitando la conducción y procurando mejorar el control sobre el vehículo, se incoporan estructuras con mejor absorción de impactos y deformación progresiva, la mejor calidad de las butacas y sus anclajes, y los sistemas de airbags, que paulatinamente se van extendiendo a más modelos.
En el caso de los airbags, por ejemplo, en pocos años se ha pasado de equipos para conductor y acompañante a verdaderos sistemas que intentan cubrir casi todos los posibles desplazamientos de los ocupantes de los vehículos en el momento de un impacto. Ya no solo son útiles ante un choque frontal, sino también en el caso de golpes laterales o incluso vuelcos.
Afortunadamente, y tal vez como consecuencia de estos avances, ya es posible comprobar que algunas personas involucradas en tremendos accidentes presentan lesiones de menor gravedad a lo imaginable de acuerdo con las características del siniestro, o al estado en que quedan los restos del vehículo que tripulaban. Entonces, debemos remarcar la importancia que tiene el hecho de habituarse a utilizar en todo momento los elementos de seguridad.
Y en este punto queremos detenernos, porque estamos notando que todavía es muy grande la cantidad de personas que no los usan. Concretamente hay que entender que todos los elementos de seguridad están basados en que las personas vayan correctamente sentadas en una de las plazas del vehículo y con los cinturones de seguridad ajustados. Especialmente los airbags solo pueden ser útiles, si las personas están sujetas de esa manera. Por sus propias características pueden resultar muy peligrosos si los cuerpos se desplazan libremente dentro del habitáculo. Hemos notado que, en muchos casos, la gente no tiene idea cabal de cómo funcionan, por lo que trataremos de describirlo brevemente.
Inflación y ajuste
Los airbags fueron diseñados cuando se comprobó que, en los choques frontales, a pesar de que las personas tenían el cinturón de seguridad colocado se producían lesiones en el tórax o el cráneo como consecuencia del impacto contra el volante o el tablero de instrumentos. Por lo tanto se creó un dispositivo que, a través de una explosión, despliega en pocos milisegundos una bolsa de aire que contiene el cuerpo mientras se desplaza hacia adelante y antes de impactar contra partes del habitáculo. Esta bolsa va perdiendo el aire progresivamente para amortiguar el impacto, y así se consigue disminuir en gran medida las consecuencias sobre el cuerpo.
Una vez desarrollada la tecnología de los airbags frontales, los fabricantes comenzaron a incluir equipos similares para colocarlos en los laterales y distintas ubicaciones del habitáculo, que protegen ante otros impactos, e incluso en vuelcos.
Pero, como dijimos antes, para que todo esto funcione de la mejor forma, es imprescindible que el usuario esté correctamente ajustado en una de las plazas del vehículo. Si bien este es un tema que ya hemos mencionado, queremos insistir porque vemos que mucha gente no cumple con este axioma y, además, hace tiempo que no hay campañas de información pública al respecto.
Hace algunos años había una mayor difusión e, incluso, un poco más de controles en el tránsito para verificar que cada persona tuviese colocado su cinturón de seguridad. En algunas provincias eran frecuentes los controles en la ruta para verificar su utilización. En esos momentos, a través de muchas acciones de comunicación se consiguió que una buena cantidad de conductores tomara el hábito de usar los cinturones.
Sin embargo, en la actualidad nos preocupa comprobar que no siguió aumentando el porcentaje de personas que lo utiliza. Por el contrario, tal vez aquellos que se habituaron lo siguen usando, pero se mantiene muy alto el número de personas que no lo hace.
Y el tema es realmente preocupante en el caso de los acompañantes. Especialmente, los que viajan en el asiento trasero muestran una tendencia generalizada a andar sueltos. Son realmente muy escasos los vehículos en los que se ven a todos sus ocupantes correctamente sentados y ajustados. Las SUV, incluso, es frecuente que circulen con muchas más personas que las plazas disponibles. Esto se agrava en los horarios de entrada y egreso a las escuelas, en las salidas nocturnas y en los viajes de vacaciones.
No sólo para evitar multas
Es realmente notable ver la forma en que se trasladan a niños y adolescentes dentro de los vehículos. En muy pocas ocasiones se los puede observar bien ubicados y sujetos. Parece común aceptar que “no les gusta ir atados”, como justificación para esa realidad.
Creemos que esto solo sucede por un gran desconocimiento que muchas personas tienen respecto a la realidad de lo que ocurre cuando se produce un impacto. En este aspecto haría falta una importante campaña de difusión y concienciación, así como un control más estricto por parte de las autoridades de tránsito.
Es un tema al cual muchos países le están dando una gran importancia, al punto que, por ejemplo, no se permite circular con niños pequeños, si no se cuenta con la butaca especial acorde a su tamaño. Son disposiciones de cumplimiento estricto. También los taxis, remises o autos de alquiler cumplen con las normas de cantidad de pasajeros y utilización de los cinturones. Es frecuente comprobar que el conductor no inicia el viaje si falta que alguno de los pasajeros se lo coloque.
Es bueno observar estas costumbres porque muestran que, más allá de querer evitar las multas por la infracción, las personas van tomando conciencia de la importancia que esto tiene para su propia seguridad. Saben que, aun dentro de ámbitos urbanos, los accidentes pueden tener consecuencias muy diferentes, según se utilicen o no los elementos de seguridad.
Entonces, como decíamos al principio, la industria automotriz sigue haciendo importantes esfuerzos para mejorar la seguridad de los automóviles. Esto se va aplicando en todas las gamas y se coloca a disposición de los usuarios. Es realmente una pena desaprovechar estas posibilidades solo por no tener el hábito de utilizar en forma permanente estos simples principios: transportar solo la cantidad de personas que corresponda a la cantidad de plazas del vehículo, y todas correctamente sujetas con los cinturones de seguridad. Y los niños deben tener siempre los dispositivos adecuados de acuerdo con su edad y tamaño.
Más allá de las reglamentaciones y las posibles multas, nada será mejor que el propio convencimiento para cumplirlo siempre. Está comprobado que redunda en beneficio de nuestra propia seguridad y la de quienes nos acompañan.