Aportes para disminuir los accidentes

En las vacaciones estivales aumentan las tragedias ocasionadas, normalmente, por ignorancia y descuido de los conductores. Estos son los que deben hacer algo por bajar el número de siniestros. Dos ayudas: no excederse en la cantidad de pasajeros permitidos y mucho cuidado dónde viajan las mascotas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Estamos en medio de la temporada de verano y, lamentablemente, como muchas veces ocurre, se produjeron varios accidentes con muy graves consecuencias. Aunque la continuidad de estas tragedias hace que la gente se vaya acostumbrando a estos hechos casi como una consecuencia natural de la época, nuestro pensamiento está lejos de considerarlos como inevitables.

Creemos que es mucho lo que puede hacerse para disminuir la cantidad de accidentes y que la mayor parte lo pueden realizar los propios conductores que, además de ser los responsables por todo lo que ocurre con su vehículo, deberían ser los mayores interesados en esta reducción.

Con esa idea trabajamos mucho en la Escuela de Manejo Avanzado y, afortunadamente, comprobamos que es posible conseguir avances significativos ante el problema.

Son varios los aspectos que tenemos en cuenta y la gran mayoría, lógicamente, se relacionan con las conductas y actitudes de los conductores, y también con las técnicas y procedimientos más convenientes ante distintas situaciones.

Pero hay otro detalle que tiene gran importancia para definir las consecuencias que se sufren una vez que el accidente se produce, detalle que seguimos notando que muchas personas casi ni lo tienen en cuenta. Nos referimos a lo que podríamos definir como la carga interna del habitáculo, es decir todo aquello que transportamos junto con las personas.

Este tema tiene la misma importancia todo el año, pero en época de vacaciones toma otra dimensión, ya que muchas veces se priorizan las necesidades de traslado sobre la seguridad. En realidad, más que una elección consciente de posibilidades notamos que existe un verdadero desconocimiento sobre el asunto. Por eso queremos volver sobre algo que mencionamos reiteradamente, pero ampliándolo a la mayor cantidad de variables que se presentan en esta época.

Cada uno en su sitio

En primer lugar, es necesario reiterar que en el vehículo solo debe viajar la cantidad de personas (mayores o menores) que se corresponda con las plazas disponibles. Los menores deben ir bien ubicados en los asientos traseros utilizando las butacas especiales cuando son pequeños, o con los suplementos de altura adecuados a su tamaño para que los cinturones los sostengan bien y sin lastimarlos.

Todos con los cinturones de seguridad deben estar correctamente colocados siempre que el vehículo esté circulando. Y aquí comienza muchas veces el problema. Cuando hay niños y adolescentes, es un tema que se torna un poco difícil.

Durante todo el año, pero más aún en vacaciones, los chicos no quieren aceptar los límites y presionan para conseguir lo que consideran su prioridad, como es llevar a algún amigo o pariente para compartir el viaje. No entienden por qué en el asiento trasero de una SUV o de un mediano grande los mayores les dicen que no pueden viajar más de tres, cuando ellos muestran que, sobre la base de su tamaño, consiguen ubicarse cuatro con razonable comodidad. Y ni pensar cuando, además, hay parientes menores que fácilmente pueden ubicarse en la falda de alguno o alternando su ubicación en varias posiciones. Esto suele ser muy usado en los asientos delanteros del acompañante, donde es muy frecuente ver niños pequeños viajando en la falda de sus mayores o en un costado de la butaca.

Con esta realidad aparece el tema más preocupante, ya que es muy evidente que hay muchos adultos que tampoco aceptan las limitaciones que impone la seguridad y sin preocupaciones viajan con sus familiares y amigos sin tener en cuenta las posibles consecuencias.

Entendemos que esas actitudes solo pueden ser motivadas por el desconocimiento y el hecho de que, afortunadamente, muchas personas nunca vivieron una situación de accidente importante que les permita comprender la violencia con la que todo lo que está dentro del habitáculo se desplaza en esas circunstancias.

Pero, lamentablemente, si ocurre un accidente, toda la realidad de la física aparece de golpe y se producen consecuencias irreparables que cuesta imaginar. Por eso es bueno aceptar los consejos de los especialistas en el tema.

Amigos especiales

La industria automotriz viene desarrollando desde hace mucho infinidad de simulaciones de accidentes de todas las características: impactos frontales, laterales, vuelcos. Y con vehículos de todas los tipos.

También se perfeccionan permanentemente los “dummies”, que representan a las personas para poder registrar con mayor claridad cuáles serían las lesiones que sufrirían en cada caso.

Así se desarrollan las estructuras para soportar mejor las deformaciones, las butacas para proteger más al pasajero, los airbags para atenuar los impactos, y las características y fijación de los cinturones para que retengan los cuerpos causando pocas lesiones.

En síntesis, vale la pena hacer uso de la información y adoptar hábitos que permitan mejorar las posibilidades.

Es bueno recordar que las pruebas muestran que, aun a velocidades de ciudad como 40 o 50 km/h, pueden producirse lesiones muy serias, si no se toman algunas precauciones.

Entonces, a aquellas personas que van asimilando el tema de la cantidad de pasajeros y cómo deben ir sujetos, podemos citarles algo que pocas veces se analiza y que para muchas familias es muy importante. Nos referimos al tema de las mascotas, que desean trasladar junto con ellos y que requieren los mismos cuidados mencionados anteriormente, los que resultan mucho más importantes cuanto más grande sea el animal.

Todavía no hay legislación al respecto en la mayoría de los países, por lo que se depende exclusivamente de las decisiones que tomen los mismos conductores. De acuerdo con lo que normalmente se puede observar es un tema al que se le presta poca atención. Tal vez lo mas frecuente sea ver animales con la cabeza asomando por alguna de las ventanillas, sueltos en el habitáculo.

Es evidente que, en esos casos, caben las mismas consideraciones que se aplican para cuando viajan personas sin utilizar el cinturón de seguridad, por lo que es fácil comprender el riesgo que significa. Además, con el agregado de que el animal puede ocasionar distracciones importantes al conductor, si realiza movimientos inesperados.

Entonces, sería bueno que aquellos que deseen transportar a sus mascotas traten de utilizar métodos adecuados de sujeción en beneficio de ellas y del resto de los pasajeros.

Hay poca difusión al respecto pero, por ejemplo, para los animales de pequeño tamaño puede usarse un cinturón de seguridad que conecta su arnés corporal (nunca de cuello) con uno de los mismos acoples de los cinturones que trae el automóvil. Esto no logra sostener animales grandes, por lo que en esos casos es necesario considerar alternativas más complicadas y que disminuyen mucho la capacidad de traslado de equipajes.

Lo más frecuente es utilizar redes con los anclajes adecuados en la zona trasera del vehículo o directamente jaulas correctamente sujetas a la carrocería dentro o fuera del vehículo, según se trate de un SUV, una van o una pick-up. Lógicamente no se puede considerar el baúl de un sedán para usar esta posibilidad. Por todo lo antedicho, es evidente que, por lo general, para transportar adecuadamente a la mascota será necesario sacrificar bastantes espacios de los que utilizan los pasajeros o el equipaje. Pero realmente es conveniente aceptar esa realidad en beneficio de la seguridad de todos.

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