Cuando al comienzo del año analizábamos las perspectivas para el inicio del Campeonato Mundial de Fórmula 1, decíamos que, a pesar de ser un año en el que no parecía haber cambios muy significativos, varios temas podían provocar interesantes resultados. Sobre este asunto mencionamos las modificaciones aerodinámicas que apuntaban a disminuir la importancia que tenía el desarrollo de los difusores traseros, que habían conseguido varios equipos, especialmente Red Bull, que estaba dominando ampliamente a sus rivales en años consecutivos.
La modificación en los caños de escape, aunque parecía un tema alejado de la aerodinámica, demostró tener un efecto significativo en este sentido. Para compensar e intervenir en la disminución del down-force, también se modificaron las formas y la ubicación de la trompa de los vehículos, generando los diseños que estamos viendo en competición, bastante objetables en la parte estética.
Pero, más allá de la belleza de las formas, la FIA y la Categoría consiguieron lo que se proponían, y los autos perdieron bastante adherencia por motivos aerodinámicos. Esto produjo que los neumáticos que se usaban no resultaran ideales y, por lo tanto, el fabricante tuvo que comenzar a desarrollar nuevas estructuras y compuestos para mejorar el rendimiento. Por consiguiente, todos los equipos se encontraron con un nuevo rompecabezas que debían resolver, teniendo que variar bastantes aspectos respecto a lo que les servía en temporadas anteriores.
A la luz de los resultados de las cinco competencias disputadas hasta ahora, hay que reconocer que los ajustes del reglamento vienen logrando el objetivo. En primer lugar y de inmediato, los Red Bull dejaron de dominar con la facilidad de las dos temporadas anteriores. Por otra parte, salvo Ferrari, varios equipos encontraron buenas soluciones, como se ve en el gran avance de Mc Laren y un notable aumento de performance en Mercedes, Lotus y Sauber. Y ni qué hablar de la espectacular victoria de Maldonado con el Williams en España, consiguiendo la primera victoria después de ocho años para este equipo que ya parecía estar fuera de la conversación por los puestos importantes. Sintetizando, desde el punto de vista del reglamento técnico, esta vez parece que acertaron con establecer reglas que mayor cantidad de equipos pudieron interpretar correctamente, y así obtener esta paridad que hasta ahora resulta muy atractiva.
Con laureles
A comienzos del año también citamos otro tema que parecía más que nada una curiosidad, pero entendíamos que podía aparejar hechos positivos para la temporada: por primera vez en la historia, seis pilotos que se habían coronado campeones mundiales de la categoría iniciaban la temporada como pilotos titulares de diferentes equipos.
En aquellos momentos comentábamos que podría resultar importante la presencia de ellos en la grilla, porque seguramente sumarían su experiencia y capacidad para conseguir resultados, y podría ser un factor estimulante para el resto de los pilotos y sus compañeros de equipo. Bueno es comprobar que, ya desde la primera carrera hicieron aportes muy positivos. No solo vimos con asombro cómo cinco de ellos llegaban entre los siete primeros de la carrera inaugural de Australia, sino que después fueron mostrando alternativamente sus quilates para conseguir cosas importantes. Solo basta recordar el triunfo, en la segunda carrera, de Fernando Alonso, que seguía sufriendo con un auto al que todavía no le encontraban la vuelta. Sobre la base de su talento y experiencia logró un resultado fantástico en una carrera caótica. Luego, además del triunfo de Sebastian Vettel en Bahrein, es interesante notar cómo estos automovlistas se las ingenian para estar siempre en los puntos importantes más allá de las diversas dificultades que, alternadamente, se les presentan en las carreras. Lo prueba el hecho de que, disputadas cinco competencias, siempre hubo, por lo menos, dos de ellos en el podio y que, en momentos de escribir esta nota, cuatro de ellos están en los cuatro primeros puestos del Campeonato Mundial. Además, los dos primeros (Vettel y Alonso) están empatando en puntos. Y no precisamente porque contaron con los mejores autos desde el comienzo del año. Tanto Red Bull como Ferrari comenzaron con bastante menos rendimiento que otros equipos y, aunque vienen mejorando sostenidamente, sus pilotos tuvieron que obtener lo más posible en cada caso para obtener esos máximos puntajes.
Analizando un poco lo ocurrido se destaca notablemente la actuación de Alonso y Vettel, así como la performance de Kimi Raikkonen que, sobre un Lotus, posiblemente el auto que más evolucionó desde la temporada pasada, está sorprendiendo por la rapidez con que se afianza en su regreso a la categoría. Viene reduciendo rápidamente la distancia que le sacaba su muy veloz compañero Roman Grosjean en entrenamientos y clasificaciones, y confirmando que en carrera se las ingenia para estar siempre por encima de él y cada vez más cerca de la punta. Da la sensación de que Kimi recuperó la motivación que parecía faltarle en sus últimos meses en Ferrari y que, tal vez, motivó su salida de ese equipo hace más de dos años. Además, en esos momentos no consiguió otra plaza competitiva y terminó corriendo en el Rally Mundial, donde nunca pudo conseguir buenos resultados, ampliando la sensación de que ya estaba en una etapa declinante de su carrera.
Ahora, sin embargo, se está mostrando como en sus buenas épocas y con una constante evolución. Parece que no está lejos el día en que vuelva a triunfar, lo cual será muy bueno para Lotus Renault y para la categoría.
Los dos pilotos de Mc Laren (Hamilton y Button) conducen los que parecen ser, al comienzo del año, los autos que batir. Están siempre entre los más rápidos y, no en vano, se ubican tercero y quinto en el campeonato. Cada uno con su estilo va consiguiendo los puntos necesarios. Todavía son grandes candidatos para la temporada.
Eclipse de estrella
El único caso fuera de los parámetros señalados entre los campeones mundiales es Michael Schumacher. ¡Justamente el máximo ganador, el dueño de todos los récords!
El caso de Schumacher está resultando un poco paradójico. Esta tercera temporada desde su regreso está notablemente más competitivo en entrenamientos y clasificaciones en comparación con los años anteriores en los que le costaba llegar al ritmo de los más rápidos. Este año arrancó en Australia superando en ambos aspectos a su compañero de equipo y mostrando en carrera un ritmo firme y veloz que lo mantuvo cerca de la punta hasta que una falla mecánica lo sacó de carrera. Después, en general, siguió consiguiendo tiempos más competitivos en las pruebas, aunque en las carreras se ha visto envuelto en varias situaciones cuestionables y que fundamentalmente lo apartaron de la posibilidad de sumar puntos fundamentales. Por otra parte, parece innegable que su presencia y su trabajo han resultado importantes en la evolución del equipo y que su rendimiento en general es más que aceptable, si lo consideramos el segundo piloto del team. Pero parece lógico imaginar que las expectativas que genera su nombre hacen que estos resultados actuales no lleguen a parecer atractivos.Todavía falta bastante para completar el año y, tal vez, pueda redondear las actuaciones que todos esperan. Nos animamos a pensar que en alguna competencia lo logrará, pero debería entrar en un rendimiento como el de los pilotos que hemos nombrado. Si así no fuera a lo largo del año, tendremos que pensar en que el aspecto cronológico tiene una importancia aún no plenamente conocida. Nos referimos a que Schumacher tiene más de diez años que cualquiera de los campeones que aún corren en Fórmula 1. La influencia de la edad en el automovilismo es un tema interesante para analizar en alguna próxima oportunidad, porque involucra varias facetas generalmente no bien comprendidas. Mientras tanto preparémonos para continuar disfrutando de estas carreras, donde la mayor paridad está permitiendo que los consagrados muestren todas sus aptitudes, y los nuevos aprovechen la oportunidad para aprender y medirse con ellos.