Dos fenómenos… de siglos diferentes

Por Silvia Renée Arias. Fotos: Wolfang Wolheim. Por quinta vez en ocasión del GP de México, Lewis Hamilton iguala a Fangio en títulos ganados. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

En tiempos en que peleaba por el título con Nico Rosberg, Lewis Hamilton, el flamante quíntuple campeón del mundo, declaró: “En el cockpit quiero ser el más hambriento de todos los pilotos de la grilla, porque si creyera que Nico está más hambriento de gloria que yo, debería irme a mi casa”.

Y en otro de los muchos momentos “únicos” de su vida, al preguntarle si sentía responsabilidad por estar haciendo historia en la F1, reflexionó: “No creo que tenga una responsabilidad de cara a la historia. La historia se escribe cada día, a mí lo que me gusta es correr y estoy orgulloso de ser uno más de los pilotos, pero prefiero disfrutar de cada día como viene. Eventualmente, todo se convierte en historia, pero personalmente no me pongo en el mismo rango de los grandes de otros tiempos”. Pero ya era, y es, hoy más que nunca, uno de ellos.

En este caso, el otro con el que irremediablemente se impone compararlo, es Juan Manuel Fangio, que nació en Balcarce el 24 de junio de 1911, y murió en Buenos Aires el 17 de julio de 1995, cuando un tal Lewis Carl Hamilton, nacido el 7 de enero de 1985 en Stevenage, Inglaterra, tenía diez años y medio. Un niño llamado a igualar el récord del argentino (superado, a su vez, por el alemán Michael Schumacher). Un niño que devino un piloto que, para quienes gustan de las estadísticas y las curiosidades, en el día del aniversario de Fangio en este 2018, batió en el GP de Francia la marca de Schumacher en cuanto a ser el primero de la historia de la F1 con 23 triunfos en 23 circuitos diferentes. Uno de sus tantos récords.

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Pero son otras las cifras que nos convocan, aunque la comparación sea tan inevitable como estéril (ya ni pensar en lo que sería todavía peor: intentar juzgar “al mejor”), puesto que se trata de dos épocas tan disímiles (y no hay que remontarse demasiado en años para que resulte incluso un despropósito comparar la F1 de los ’80, por ejemplo, con la actual), que incluso pertenecen a siglos diferentes.

Baste decir que Fangio tenía 46 años y 41 días cuando ganó su primera carrera, y Hamilton 22 años y 154 días. Porque, en definitiva, más allá de que uno tienda a inclinarse con reverencia, y justicia, ante las hazañas logradas en aquellos tiempos por nuestro compatriota, no se trata más que de cifras, que son temporales y están allí para ser modificadas.

CUESTIÓN DE PORCENTAJES

Juan Manuel Fangio, con 24 carreras ganadas en apenas 51 Grandes Premios disputados entre 1950 y 1958, tiene el mayor porcentaje de victorias: 47%. Hamilton está sexto, con 71 ganadas en 227 carreras entre 2007 y 2018 (31,2%), pero supera el porcentaje de Schumacher (30,3%), ya que ganó 91 de sus 308 carreras, entre 1991 y 2006, y 2010 y 2012.

En el ítem de más victorias en la temporada de debut, Hamilton supera a Fangio con 4 victorias en 2007, contra las 3 del argentino obtenidas en 1950, en Mónaco, Bégica y Francia.

En cuanto a pole-positions, Hamilton ha logrado hasta ahora 81 en 227 clasificaciones, y Fangio 29 (noveno en la lista), pero teniendo en cuenta sus participaciones, tiene el mayor porcentaje, 56,8%, contra 35,6% de Hamilton, quinto.

En lo que concierne a vueltas rápidas, a pesar de que Fangio comparte el décimo lugar con Neslon Piquet y Fernando Alonso con 23 registros, está primero en porcentaje, con el 45%, mientras que Hamilton está cuarto, con 41 vueltas rápidas y un promedio de 18%.

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Y si bien Hamilton tiene, obviamente, más podios que Fangio (132 contra 35), en el porcentaje lidera el argentino, con el 68,6%.

Hamilton, por otra parte, es el piloto más joven en liderar el campeonato, a sus 22 años y 126 días. Como ya apuntamos, ha ganado el mayor número de Grandes Premios diferentes: 23, y en 26 circuitos diferentes, y tiene en su haber el mayor número de temporadas (12) con victorias desde su debut.

Hamilton tiene a su vez el mayor número de podios consecutivos: 10, y el mayor número de carreras consecutivas liderando alguna vuelta: 19. Pero todavía no ha batido las 91 carreras ganadas por Schumacher, ni sus 155 podios.

Suele decirse (lo que ya es un lugar común) que Juan Manuel Fangio conducía “en estado de gracia”. Era el único que tomaba las curvas sin rozar los fardos de paja. Y qué no decir de las dotes conductivas de Hamilton, a la que se suma el “hambre” que mencionamos al comienzo de la nota, para hacer de él un piloto completo. Ambos comparten un equilibrio, una inteligencia y una seguridad que los hace únicos al volante. Pero, en definitiva, se trata de dos fenómenos incomparables, en más de un sentido, y dignos del lugar que ocupan en la historia de la F.1.

AQUELLOS BUENOS COMIENZOS

Hijo de un padre originario de Trinidad y Tobago, Lewis Hamilton debutó en el karting a los ocho años, y muy pronto evidenció una extraordinaria capacidad que no pasó inadvertida para Ron Dennis, dueño entonces de la escudería McLaren de F.1, quien lo protegió bajo su ala financiándole la carrera.

Campeón del campeonato británico de Fórmula Renault en 2003 apenas un año después de su debut en el automovilismo, Hamilton realizó en 2004 su primera temporada completa en el torneo británico de Fórmula 3 Euroseries, que ganaría en 2005. Esto le dio el pase a la entonces llamada GP2, en el equipo ART Grand Prix, en reemplazo de quien sería su compañero de equipo y polémico rival, Nico Rosberg. En esta categoría, telonera de la F1, su talento trascendió aún más. Era un verdadero placer (tanto como ahora) verlo superar adversarios con una decisión y un coraje admirables. En el paddock de “la máxima”, los periodistas británicos no se cansaban de señalar que merecía una butaca. Y no se hizo esperar. Hamilton se sumó a la F1 en 2007 con McLaren-Mercedes y Fernando Alonso como compañero de equipo (otra convivencia complicada), convirtiéndose en el primer piloto de raza negra en participar en el campeonato del mundo. Ya en su debut, en Australia, se encargó de poner la piedra fundamental de lo que sería la construcción de una carrera excepcional: se clasificó cuarto y terminó tercero en la carrera. Le siguieron dos podios más en las dos carreras siguientes, y así siguió compitiendo… un hombre llamado a batir todos los records.

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Opinión

LIVIN LA VIDA LOCA

Cuando Lewis Hamilton corría en GP2, allá por 2006, una mañana en el circuito de Hungría fui a saludarlo. Estaba solo, desayunando. Charlamos un rato. Le tomé una foto. Sentía curiosidad por ese chico que deslumbraba en su categoría y al que todos señalaban como un campeón en potencia. Desde entonces, su carrera deportiva y su vida privada han ofrecido varios e interesantes caminos por los que quienes nos dedicamos a la F1 sentimos un gusto especial por recorrer. Pocos pilotos como él con su carisma, su respeto por los fans, sus múltiples pasiones (la música entre ellas), su aplomo, sus contradicciones, sus altos y bajos. En otras palabras, Lewis no supedita su vida a la F1. La vive, con intensidad, más allá de las pistas.

Puede tomar un vuelo de diez horas sólo por asistir al recital de un amigo, o bien festejar un triunfo, o un cumpleaños, o lo que sea, y al regresar a su departamento, ya de mañana, chocar contra un auto estacionado en una de las minúsculas calles de Mónaco, pero no debido al exceso de alcohol (costumbre que ha sabido tener por lo menos uno de sus colegas actuales, Kimi Raikkonen, que lo ha confesado en un libro sobre su vida). Lewis puede subir a la red fotos de sus adorados perros, y también otras subidas de tono de su propio cuerpo, más que con la intención de provocar, para enviarle un sutil mensaje a un rival.

Más allá de las críticas que sus comportamientos supieron ganarse por parte de la siempre puritana prensa británica (y a veces también de su propio equipo), y del hecho de que se podría decir que a este campeonato 2018 más lo perdieron Sebastian Vettel y Ferrari que lo ganó Hamilton (Fangio supo decir que la diferencia entre un piloto y un campeón es que “el campeón es el que tuvo más suerte, a lo que podemos agregar que Enzo Ferrari razonaba que la suerte no existe, sino que es “lo que hemos sabido hacer o prever”), el inglés es un tipo que cuando necesita acelerar, acelera. Le queda resto, porque no sólo es dueño de un talento excepcional al volante, sino porque es el más completo en cuanto a actitud mental y preparación física. Un piloto que, además de un destacado fair-play que sólo algunos pueden arrogarse, sabe dónde está parado. Y cuando pierde pie, le basta con reconocerlo, afloja con los viajes y la vida loca, se levanta y da un paso adelante. Un quíntuple merecido. Un fenómeno que va por más.

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JUAN MANUEL FANGIO

Nacionalidad: Argentino

Lugar de nacimiento: Balcarce (Bs. As.)

Fecha de nacimiento: 24 de junio de 1911

Primer GP: Gran Bretaña 1950

Último GP: Francia 1958

Grandes Premios: 51

Temporadas: 9

Triunfos: 24 (47%)

Pole positions: 29 (56,8%)

Vueltas rápidas: 23 (45%)

Podios: 35 (68,6%)

Abandonos: 14 (27,4%)

Campeón del Mundo: 1951 (Alfa Romeo), 1954 (Mercedes Benz), 1955 (Mercedes Benz), 1956 (Ferrari), 1957 (Maserati).

LEWIS HAMILTON

Nacionalidad: Británico

Lugar de nacimiento: 7 de enero de 1985

Fecha de nacimiento: Stevenage

Primer GP: Australia 2007

Último GP (al cierre de esta edición): México 2018

Grandes Premios: 227

Temporadas: 12

Triunfos: 71 (31,2%)

Pole positions: 81 (35,6%)

Vueltas rápidas: 41 (18%)

Podios: 132 (58,1%)

Abandonos: 26 (11,4%)

Campeón del Mundo: 2008 (McLaren), 2014, 2015, 2017 y 2018 (Mercedes)

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