Con más de 300.000 unidades comercializadas hasta el momento, el Nissan Leaf es el vehículo eléctrico más exitoso en todo el mundo. Pasaron más de 70 años de investigación y desarrollo para llegar a lo que es hoy este modelo, un referente en lo que hace a automóviles libres de emisiones de gases contaminantes.
Para conocer al antecesor del Leaf, debemos remontarnos a 1947. Después de la Segunda Guerra Mundial, Tachikawa Aircraft (posteriormente convertida en Tama Cars Co.) se dedicó al desarrollo de vehículos eléctricos, entre otros motivos por la escasez de nafta y la necesidad de encontrar otra fuente de energía para la movilidad.
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La compañía logró crear ese año una camioneta denominada Tama por su lugar de producción. Este prototipo de dos plazas, 3,2 metros de longitud y 1.050 kilos de peso en vacío, contaba con un motor de 3,3 kW (4,5 caballos) y alcanzaba una velocidad máxima de 34 km/h.
Posteriormente, la firma japonesa construyó un vehículo de dos puertas y con capacidad para cuatro ocupantes que, con una sola carga, podía recorrer hasta 65 kilómetros y alcanzar los 35 km/h. El antiguo fabricante de aviones aplicó varias ideas de diseño y manufactura en el Tama, como sus compartimientos para la batería.
Este modelo tenía dos variantes: vehículo y/o camión para pasajeros, ambos disponibles en versiones eléctrica y naftera. En 1948 se lanzó Tama Junior, un vehículo para pasajeros compacto. Más tarde, en 1949 se presentó Tama Senior, un vehículo mediano para pasajeros. Para 1951, la compañía se fusionó con Prince Motor, que en 1966 pasó a formar parte de Nissan.
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Después del pionero Tama eléctrico Nissan siguió experimentando en automóviles eléctricos como alternativa de propulsión. En el Tokyo Motor Show de 1983, presentó el March EV, un concept derivado del modelo compacto. Incorporaba un innovador sistema de propulsión eléctrica, con un motor de inducción y una transmisión electromagnética de dos velocidades. Como resultado, la batería generaba una autonomía de 160 km a una velocidad constante de 40 km/h.
El conocimiento y experiencia adquirida a lo largo de todos estos años le dieron a esta automotriz una importante ventaja sobre sus competidores, que se manifiesta a través de hitos como la producción del primer vehículo eléctrico a nivel masivo de la historia, precisamente, el Leaf.
