Así evolucionaron los volantes de los autos de carrera de Porsche

Los cambios más importantes en este elemento fundamental del automóvil se produjeron en los últimos veinte años. Mirá las imágenes de las distintas épocas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Una muestra de los avances tecnológicos aplicados a los autos de competición es el volante. En los automóviles de Porsche, es notable la diferencia entre los volantes estándar de los modelos de calle que fueron instalados por primera vez en los autos de carrera a mediados del siglo pasado y el del actual 911 RSR-19. Incluso el legendario 917 ganador de las 24 Horas de Le Mans en 1970 y 1971 carecía de botones o función de visualización en el volante.

En las últimas décadas los volantes cambiaron significativamente en términos de funcionalidad y manejo. El diseño y los materiales utilizados también fueron modificados en múltiples ocasiones, pasando del volante circular hecho de madera hasta el realizado sobre una base de acero, con una forma que se parece a la figura horizontal de los mandos de un avión moderno.

El salto evolutivo más grande se produjo a partir del año 2000, cuando se pasó de un aro revestido en cuero a un controlador multifuncional. Hoy en día los conductores del Porsche 911 RSR tienen a su disposición 30 funciones en el volante que, cuando son activadas en ciertas combinaciones, pueden movilizar otras funciones.

Cuando comparás un volante antiguo con uno nuevo es difícil creer que los modelos actuales sean incluso más livianos que los antiguos, a pesar de todos los controles, pantallas y electrónica que llevan. Esto se consigue gracias al uso de aluminio y fibra de carbono”, afirmó Pascal Zurlinden Director de Competición para los vehículos oficiales de la marca de Stuttgart. Los volantes de un auto de competición moderno se pueden retirar con facilidad para permitir a los pilotos entrar y salir de forma rápida y segura. La conexión entre el volante y la electrónica del vehículo se realiza mediante una interfaz llamada CAN. “El flujo de datos se transmite en ambas direcciones a través de un solo cable. Es fascinante”, completó Zurlinden.

Timo Bernhard, veterano piloto de fábrica y campeón del Mundial de Resistencia en 2016 fue testigo de los rápidos avances en la tecnología del volante. En 2001, a los Porsche que disputaron la Carrera Cup les fue instalado un botón en el volante para activar la comunicación por radio, mientras que para 2004 los 911 GT3 RSR participantes en la American Le Mans Series ya contaban con seis controles. En esa época los interruptores y botones eran instalados en volantes modificados para autos de carrera disponibles comercialmente.

Con el paso del tiempo y a medida que continuaban los progresos, el diseño pasó a tener una importancia creciente. La disposición de todas las funciones se convirtió en una prioridad máxima para que los pilotos pudieran usar el volante de la manera más intuitiva posible y no tengan inconvenientes en pasar de un modelo de automóvil a otro.

Los corredores juegan un papel esencial en la ubicación de los controles. Ellos proporcionan información crucial durante la etapa de desarrollo para asegurar la mejor ergonomía posible. El primer paso es el posicionamiento de las cuatro funciones más importantes: los botones para el limitador de velocidad del pit lane, para situaciones de bandera amarilla general, así como los de encendido/apagado para el motor y la radio. Las otras funciones operativas son añadidas posteriormente, siguiendo una lista de prioridades. En el proceso, los desarrolladores deben tener en cuenta que algunas de las funciones tienen que ser activadas a través de combinaciones designadas (algo parecido a los comandos Ctrl+Alt+Del en una PC).

El volante debe ser fácil de usar tanto para los pilotos de fábrica como para los que compiten por afición, y es esencial encontrar un equilibrio aceptable durante el desarrollo.