Chevrolet-Ford, Ford-Chevrolet -como el lector prefiera- son sinónimos de una eterna rivalidad que trascendió los concesionarios y encontró (al menos en nuestro país) un acalorado escenario pasional en el automovilismo deportivo.
Pero, además, ambas marcas norteamericanas han sabido alimentar con sus productos una grieta marcada por la mística y la leyenda, en la que no hay espacio para grises.

Indudablemente, la pugna más emblemática de la actualidad sea entre el Camaro y el Mustang, pero décadas pasadas todo se circunscribía al mundo de las pick-ups: ¿qué marca ofrecía la “chata” más confiable para el campo?
Los inicios
General Motors inició en 1960 la fabricación en la Argentina de su ciclo de modelos a gran escala con su pick-up C10 (en las plantas de Barracas y San Martín), también conocida como Apache: fueron varias las generaciones producidas en el país, hasta que la marca decidió continuar su producción en Brasil, de donde actualmente proviene el modelo S-10.

En el caso de Ford, la F100 (conocida vulgarmente como “La Loba”) llegó importada en 1959 y al poco tiempo comenzó su producción en el país: primero se ensambló en la antigua fábrica del óvalo en el barrio porteño de La Boca, y desde 1961 inició su producción en General Pacheco (provincia de Buenos Aires).

Sus principales características
Estéticamente ambas ofrecían una caja de carga que respondía a las modas de la época (con musculosos pasa ruedas) pero de frente cada una se distinguía claramente de la otra: si bien ambas contaban con faros duales y parabrisas curvos, la Ford F100 apelaba a trazos más redondeados, mientras que la Chevrolet C10 se caracterizaba por líneas más rectas y luces de posición ubicadas en los extremos del capó.
El modelo de Ford era 12 cm más largo (4,80 metros), pero el de Chevrolet era 6 cm más ancho y 12 cm más alto (2,01 y 1,81 m, respectivamente), además de contar con 2 cm de ventaja en la distancia entre ejes 2,92 metros).
El interior de la Chevrolet era más sofisticado que el de la de Ford. Sin embargo, bajo el capó la chata del óvalo disponía de un motor más grande que la emparentaba más con un camión que con una camioneta.
Estaba equipada con el motor V8 de 292 pulgadas cúbicas de cilindrada (equivalentes a 4.785 cm3) que desarrollaba 160 CV de potencia y estaba asociado con una caja manual de 3 velocidades no sincronizadas.

A partir de 1961 comenzaron a fabricarse los motores V8 en la nueva planta de Pacheco. Ese mismo año el modelo fue rediseñado y en 1966 se convirtió en el primer vehículo de su clase en contar con un sistema de suspensión independiente.
Por su parte, la Chevrolet C10 equipó en principio el propulsor americano Thriftmaster: un motor naftero de 3.860 cm3 (seis cilindros en línea) de 126 CV de potencia que trabajaba asociado con una caja manual de tres velocidades, cuya segunda y tercera marcha estaban sincronizadas.
Pese a la diferencia de cilindrada y potencia, tanto F100 como C10 alcanzaban una velocidad máxima de 140 km/h.
Hasta aquí, apenas una descripción general de dos de las camionetas clásicas más afamadas de la Argentina. Pero en Parabrisas queremos conocer tu opinión y te invitamos a participar de la encuesta a través de nuestras redes sociales en Instragram, Facebook ó Twitter.
ENCUESTA RETRO | ¿Cuál de estas pick-ups fabricadas en la Argentina en la década de 1960 es tu preferida?
— Revista Parabrisas (@RParabrisas) May 8, 2020
❤️Ford F100 (La Loba)
🔁Chevrolet C10 (Apache) pic.twitter.com/Jes0FG1qX5
ENCUESTA RETRO | ¿Cuál de estas pick-ups fabricadas en la Argentina en la década de 1960 es tu preferida? Escribí en el comentario la elegida: Ford F100 ó Chevrolet C10
Posted by Revista Parabrisas on Friday, May 8, 2020