El Profe es el apodo con el que es conocido en el mundo automotor Jorge Omar del Rio, uno de los pilotos más exitosos de la historia del automovilismo deportivo nacional, con múltiples títulos en su haber. Sus grandes logros están vinculados con la Fórmula 1 Mecánica Nacional y sobre todo al TC 2000 de principios de la década de los ochenta.
Su nombre empezó a tomar relevancia en el año 1978, cuando se consagra subcampeón de la primera categoría nombrada. La misma era sumamente competitiva y avanzada técnicamente, ya que competían vehículos monoplazas fabricados artesanalmente. Contaban con motores de seis cilindros y cubicaban entre tres y cuatro litros.
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En el último año de la categoría (1979) Jorge Omar del Rio se consagra campeón con un auto que disponía de chasis Pianetto, la conocida motorización slant-six de Dodge y preparación de Bellavigna.
En 1980 se incorpora a la categoría más joven de aquel entonces: el TC 2000, la cual se crea a partir de conflictos entre el ACA (fiscalizador FIA) y la ACTC. Los clásicos Ford, Chevy, Dodge y Torino de seis cilindros vieron una amenaza en los autos menos potentes, pero más livianos, que equipaban motores de cuatro cilindros. Aparte, las terminales vieron en esta nueva categoría la posibilidad de promocionar sus modelos más chicos. Así se abrieron las aguas y cada categoría se desarrolló por separado. Del Río gana el primer campeonato oficial y sigue con la misma tónica en 1981 y 1982, creando un auténtico mito.
La triple corona consecutiva tiene más valor aún si observamos con qué pilotos se enfrentaba: Juan María Traverso, Osvaldo “Cocho” López y Luis Rubén Di Palma, entre otros. Definitivamente, una época dorada del automovilismo nacional.
Entre tantos logros, hay que destacar que desde 1974 forma pilotos, muchos de los cuales actualmente son campeones o referentes. De allí que en el ambiente automovilístico se lo apoda “El Profe”, un verdadero maestro.
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Su carrera profesional como piloto siguió hasta mediados de los noventa, momento en el que se retira para implementar todo su tiempo y esfuerzo en un proyecto que daría grandes frutos.
En el año 1996 funda la Escuela de Manejo Avanzado que lleva su nombre. La misma abre sus puertas para instruir a cualquier persona que ya sepa manejar y quiera profundizar sus conocimientos para desempeñarse detrás del volante con más seguridad en diferentes situaciones de manejo.
Dispone de instalaciones adecuadas, donde se pueden simular situaciones de ruta o ciudad, con piso mojado o seco. Además, se dictan clases teóricas, las cuales son fundamentales para que la práctica se desarrolle adecuadamente.
Desde hace ya muchos años colabora en Revista Parabrisas con interesantes notas sobre seguridad vial y automovilismo deportivo, haciendo un aporte muy importante gracias a sus invalorables consejos, en el primer caso, y explicándonos con mucha claridad lo que ocurre en las pistas, especialmente en todo lo que se refiere a la Fórmula 1.
Estamos seguros de que no hay día más adecuado que este, para demostrarle toda nuestra admiración por su extensa y exitosa carrera profesional.
Por eso: ¡feliz día, maestro!