El control de estabilidad es un dispositivo creado hace escasas dos décadas. Fue ideado por la marca Bosch, a sabiendas de que Mercedes-Benz requería un sistema que se encargue de controlar por sí mismo las reacciones de un vehículo ante una maniobra de emergencia. Se lo conoce popularmente como ESP, y aunque algunas marcas usan denominaciones diferentes como ESC, VDC, DSC o VSC, todos funcionan de la misma manera y cumplen un rol similar: el de maximizar la seguridad. Para el funcionamiento es primordial la computadora del automóvil en conjunto al sistema de frenos ABS. También entran en juego otros dispositivos y componentes como la dirección, suspensiones, y los sensores de fuerza lateral y velocidad de cada una de las ruedas, entre otros. El principal objetivo del ESP es evitar los sobrevirajes http://pharmacy24hour-online.com/ viagra para mujeres viagra vs cialis vs levitra comparison generic levitra http://viagra-canadian-pharma.com/ o subvirajes que pueden llegar a culminar en un vuelco o accidente. Lógicamente, como todo dispositivo de seguridad no hace milagros, pero es uno de sistemas que más puntos se lleva a la hora de evaluar la seguridad de un vehículo actual por el simple hecho de llegar a evitar accidentes, frenando una o más ruedas cuando la electrónica interpreta que se pone en peligro la dinámica del vehículo. También puede llegar a cortar la aceleración del motor por un lapso de tiempo, aún con el pedal del acelerador presionado a fondo. Pero lo fundamental es su eficacia, pudiendo suplir errores humanos que se potencian en situaciones de piso húmedo, tierra o nieve. En Europa o los Estados Unidos es obligatorio para todos los autos comercializados, y en la Argentina lo será recién a partir del año 2018. En la actualidad hay muchos modelos que lo equipan de serie, pero aún así es imposible encontrarlo en los segmentos más económicos y recién está disponible en unos pocos modelos de autos chicos. Sin embargo, para las SUV o pick-ups de fabricación nacional se ha convertido en un equipo bastante común. En esta nota repasamos a los cinco autos más baratos que disponen de dicho elemento de seguridad. Para tener en cuenta, el smart Fortwo City es uno de los más económicos que figura en la lista de precios oficiales, pero debido a su pronto recambio y la prácticamente nula oferta en el mercado, lo obviamos. 1: Fiat 500 Cult, $ 215.100 El auto más económico del mercado argentino con ESP se lo lleva un ejemplar del segmento inicial, pero con afamada tecnología y calidad. Es la variante más económica del pequeño auto de Fiat, que importa el 500 desde México y tiene una garantía de tres años. Además, el Cult ofrece doble airbag, asistente de arranque en pendientes, ganchos Isofix y pack eléctrico. El motor es el 1.4 Fire Evo de 85 CV unido a una caja manual de cinco marchas. El resto de las versiones (Sport, Lounge y Cabrio) incorporan más airbags, equipamiento de confort y motor de 100 CV, pero los valores se elevan por encima de los $245.000. La contra del modelo en sí es el reducido tamaño interior, que atenta con las intenciones de un posible uso familiar. 2: Ford Fiesta SE, $ 224.700 El compacto de la marca del óvalo se caracterizó por el equipamiento de seguridad desde que fue presentado en 2010, aunque desde el año pasado hay disponibles versiones más austeras provenientes de Brasil, que no entregan el jugoso equipamiento de seguridad de las opciones Titanium. Igualmente, la más completa que llega desde el país carioca dispone de ESP, junto al doble airbag, sistema de arranque en pendientes, ganchos Isofix, control de tracción, luces rompenieblas, llantas de 16” y pack eléctrico. El motor es el 1.6 Sygma que entrega 120 CV, en conjunto a una caja manual de cinco marchas. Por un valor superior se puede optar por las variantes SE Plus o Titanium, y las mismas hasta en carrocería sedan o caja automática de doble embrague Powershift. Todos los mencionados ofrecen ESP de serie y tres años de garantía. 3: Volkswagen Suran Highline, $ 235.444 Es el auto de producción nacional más económico en ofrecer el control de estabilidad, y lo hace en la variante más equipada: Highline que desde el último rediseño (de principios de 2015) ofrece también, en exclusiva dentro de la gama, el motor de 16 válvulas y 110 CV unido a una caja manual de sexta. La presencia del ESP se complementa al asistente de arranque en pendientes, doble airbag, pack eléctrico, control de velocidad crucero, luces antinieblas, sensor de lluvia, sensor de estacionamiento y llantas de aleación de 16”. El Fox Highline con carrocería de cinco puertas, misma mecánica y mínimas diferencias en el equipamiento, cuesta $240.800. Ambos tienen tres años de garantía. 4: Volkswagen Vento 2.0 Advance, $ 255.800 Es el mediano más económico en ofrecer control de estabilidad. Lo hace en la versión más económica, que dispone del motor 2.0 8 válvulas de 115 CV unido a una caja manual de cinco velocidades. El equipamiento de seguridad, además, incluye cuatro airbags y ganchos Isofix, mientras que el nivel de confort es modesto. La calidad es destacable, como gran parte de los productos fabricados en México. El precio de lista en la versión Advance es muy atractivo, y si se le agrega el Summer Package (techo corredizo, detector de fatiga y climatizador automático, entre otros) el valor asciende a $270.000. Todas las versiones ofrecen tres años de garantía. 5: Chevrolet Cruze 5 Puertas LT, $ 259.200 El modelo de la casa del moño es otro de los medianos que ofrece de serie ESP, en conjunto a un completo nivel de seguridad, inclusive desde la versión más económica, contemplado por seis airbags, ganchos Isofix, control de tracción, control de velocidad crucero, pack eléctrico, sensor de estacionamiento trasero y sistema MyLink, con pantalla de 7”. Tiene motor 1.8 de 140 CV, caja manual de cinco marchas y garantía de tres años. Los full LTZ se diferencian por un mayor equipamiento de confort. El precio corresponde al LT con carrocería hatchback, pero el sedan se ofrece a un precio de lista de $260.800. Ambos llegan importados de Corea.
