Por qué dejó de existir la industria automotriz australiana

En los últimos días cerró sus puertas Holden, la filial de GM y que ahora importará sus modelos. Antes se habían ido Ford y Toyota. El tipo de cambios, la competencia con Asia y las exportaciones, las causas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Cuando se habla de Australia, se hace mención a uno de los países con más tradición automotriz del hemisferio sur. Su historia llega desde el Reino Unido, y su relieve tan particular hizo a la isla un destino típico para las pick up. Pero la noticia ahora pasa por el fin de la industria en la tierra de los canguros.

El último 20 de octubre cerró sus puertas la fábrica Holden, la filial local de General Motors y que producía en la gran isla oceánica desde hacía 69 años. A partir de ahora, la marca importará sus modelos.

Holden era la terminal de mayor volumen en su tierra de origen, y su nacimiento se remonta a mediados del Siglo XIX. En 1919 uno de los nietos de los socios fundadores creó la Holden's Motor Body Builders Ltd., que fabricaba carrocerías. En ese periodo, producía los exteriores para los autos americanos que llegaban al país.

Fue Ford la primera marca que en 1925 desembarcó en Australia para iniciar operaciones. Así, Holden fue absorbida por General Motors luego de la furiosa crisis de 1929. Para fines de los 40, el holding de Detroit decidió mezclar productos de Opel y Chevrolet y así general los autos locales.

Holden Commodore SS-V Redline, con el V8 de 6.2 litros y 413 CV del Corvette de 2008, fue el último producto de la línea de montaje australiana. Ahora los vehículos llegarán desde EEUU, Europa y Asia.

Pero el fin de la industria automotriz de la mayor isla del mundo no se debe solo al cierre de su marca vernácula. En los últimos años, la propia General Motors, Volkswagen, Toyota y Ford, acaso los grupos más grandes del mundo, dejaron sus instalaciones atrás y se mudaron. La falta de exportaciones condenó al sector.

Las pick ups son todo un ícono en Australia, al mismo nivel que en EEUU o en el cono sur de Sudamérica. Pese a esto, o incluso a la supervivencia del mitológico Ford Falcon, la industria cayó en desgracia. Según adujeron desde el sector, el tipo de cambio es favorable, y la competencia con Asia es imposible.

El cierre masivo de plantas vehiculares dejó también en el camino a los autopartistas y proveedores en general. No obstante, la mala situación viene con una importante promesa: el gobierno australiano planea invertir u$s 90.000 millones en astilleros navales y fabricar 12 submarinos.

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