Tres años después del anuncio, Rolls-Royce presentó el primer SUV de su historia: Rolls-Royce Cullinan, acaso el vehículo más lujoso e imponente del segmento.
Está desarrollado sobre la nueva plataforma de fabricación de la marca, de aluminio y extremadamente ligera, denominada "Arquitecture of Luxury", que ya había sido utilizada en el Phantom lanzado el año anterior.
Mide 5.431 mm de largo, 2.164 mm de ancho y 1.835 mm de alto, en tanto que la distancia entre ejes es de 3.295 mm. En total pesa 2660 kilos. Equipa un motor biturbo V12 de 6,75 litros que entrega una potencia de 570 CV y un par máximo de 850 Nm.
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Uno de los puntos tecnológicos más importantes es que trae una cámara estéreo en el parabrisas delantero para monitorear el terreno por delante y ajusta la suspensión de forma proactiva hasta los cien km/h, a la vez que la dispone de una caja automática ZF de ocho marchas.
También posee un botón "Everywhere" que le permite al conductor afrontar con todo el potencial cualquier tipo de superficie: agua, nieve, arena, entre otros. Las ruedas son 22 pulgadas.
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En su interior cuenta con una consola central de gran tamaño, el Head Up Display de alta resolución y el punto generador de WIFI.
En materia de seguridad, los faros recurren a un sistema de luces láser que en conducción nocturna ofrecen un alcance de hasta 600 metros, además de control crucero, sistema de prevención de impactos, alerta de tráfico cruzado trasero, detector de personas y animales, asistente de cambios de carril, entre otros.
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