La propulsión del futuro es tema de todos los días en las grandes terminales automotrices. La forma en la cual la humanidad de trasladará de un punto a otro le quita el sueño a los ingenieros encargados del desarrollo de esas tecnologías, mientras lidian para perfeccionar aquellas de las que disponen actualmente, a sabiendas de que no son las ideales.

El foco está puesto en la propulsión eléctrica, pero no todo el mundo está preparado para ella. En los países de nuestra región esa limitación se hace más evidente, especialmente por los problemas de base, aquellos que los habitantes de esta parte del mundo padecemos desde hace décadas: infraestructura precaria, falta de mantenimiento adecuado, ausencia de inversiones y, en los últimos tiempos, tarifazos salvajes que, en lugar de promover el uso de la energía eléctrica, empujan a “apagar la luz.”
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Por eso en Toyota han llegado a la conclusión de que hay un paso intermedio, por lo menos para nuestros olvidados territorios: los modelos híbridos. Estos vehículos, que equipan sistemas de propulsión conformados por generadores eléctricos y un motor a combustión, logran una solución intermedia: si bien emiten gases contaminantes, lo hacen generando un impacto ambiental muchísimo menor que un modelo convencional, ya que sus niveles de consumo son significativamente más bajos.

En Parabrisas hemos probado varios modelos de este tipo, y en todos los casos las diferencias de consumo respecto de su equivalente con propulsor tradicional son muy importantes. Pero, como toda nueva tecnología (en realidad, la propulsión híbrida tiene varias décadas sobre los hombros), esta también genera dudas y hasta mitos, inquietudes que los responsables de la marca japonesa se propusieron responder.
La caravana híbrida
La Toyota Hybrid Experience es una caravana organizada por la casa matriz de Japón que recorre varios países para mostrar las bondades de la tecnología híbrida. En la Argentina avanzará por las provincias de Córdoba, Catamarca, Tucumán y Salta. La idea principal es derribar mitos.
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Para eso, en el recorrido nacional se utilizan dos Toyota Prius y un Lexus LS 500h (y vehículos de apoyo, por supuesto), que son conducidos por personalidades ajenas al mundo automotor, para que lleguen a las conclusiones correspondientes a partir de su propia experiencia. Los elegidos a nivel local fueron Darian “Rulo” Schijman, María Freytes y Joaco Terán, tres referentes en las redes sociales, canales por los cuales es posible seguir los pormenores del recorrido.
Tuvimos la oportunidad de participar en la primera parte del recorrido cordobés que se inició en el famoso reloj cucú de Villa Carlos Paz, punto cero desde el que avanzamos hacia Tanti y, desde allí, por un sinuoso camino de ripio que forma parte del tradicional circuito que recorren los bólidos del WRC, con la misión de derribar (o no) uno de los mitos que, según la marca japonesa, enfrentan los modelos híbridos: "No están preparados para caminos de ripio". Por supuesto, es un mito.
En nuestro caso, manejamos un Prius y lo comparamos con un Corolla. La conclusión fue que el Prius respondió con mejor dinámica y mayor aplomo que el Corolla, aunque su gran peso (casi 1.800 kilogramos) afecta las distancias de frenado. Motor, dirección y suspensiones se comportaron de manera sobresaliente; incluso el ajuste del interior, tanto de materiales como de encastres, dejó en claro la calidad de construcción de este modelo.
Nosotros regresamos a Buenos Aires, pero la Toyota Hybrid Experience seguía avanzando hacia el norte del país para derribar mitos y preparar a los interesados para recibir los cambios que, tarde o temprano, marcarán nuestra forma de trasladarnos...
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