Muchos de los que hoy peinan canas recordarán aquellos juegos de la infancia en los que la realidad y una pizca de imaginación lograban transformar elementos corrientes en piezas únicas, aliados indispensables para escapar de la siempre aburrida siesta. Una pelota harapienta le daba vida a la número cinco con la que nuestro equipo ganaba la copa mundial de fútbol; una rama más o menos recta, tomaba el aspecto de esa necesaria arma letal que le garantizaba la vida a la humanidad, y un elemento más o menos circular pasaba a ser el volante de nuestro súperauto de carreras.
Crecimos, y la pelota se transformó en un despojo y la rama se partió, pero el volante sigue entre nuestras manos... completamente distinto.
Hoy, la tecnología disponible en la industria automotriz ha logrado que los volantes de automóviles sean cada vez más sofisticados. Son complejos sistemas de información desde los que se controlan todos los parámetros que hacen a la conducción, pero también aquellos que tienen que ver con la seguridad y el confort. Y aunque algunos fabricantes proponen vehículos sin volante para una instancia muy avanzada de la conducción autónoma, la mayoría sigue apelando a aquel elementos que tantas satisfacciones nos dio en la niñez.
Tanto es así que en algunos modelos actuales los volantes tienen hasta 36 funciones integradas, que incluyen control de volumen, sistema de entretenimiento, funciones de asistencia al conductor y telefonía.
Desde 2016, Mercedes-Benz, por ejemplo, también utiliza botones de control táctil. Esto permite que los dedos del conductor se desplacen por el menú que se muestra en el cockpit.
A través de esta pequeña superficie de 10 x 10 milímetros se puede acceder a la pantalla central. En combinación con el control por voz, el auto puede ser controlado casi completamente sin necesidad de quitar las manos del volante.
El volante no debe sobrecargarse
"Por eso, probablemente en el futuro no integraremos más interruptores o funciones en el volante. El conductor no debe distraerse de la conducción", señala el desarrollador de Mercedes-Benz, Marcus Fiege.
Otras funciones adicionales podrían sobrecargar el volante y dificultar al conductor la maniobra a ciegas. Le resultaría difícil manejar el sistema sin errores y de forma intuitiva, explica Fiege.
El objetivo es un funcionamiento sin barreras, incluso para las personas que no pueden o no quieren hablar. Para ello, en el futuro se integrarán en el volante unas almohadillas sensibles al tacto, de modo que los sensores puedan detectar cómo las manos rodean el volante. Esto aumentará la seguridad.
Un volante iluminado
Los ingenieros de ZF mostraron recientemente cómo se imaginan el volante del futuro: redondo, con una amplia pantalla en el centro e iluminación funcional en el borde. "Deberían incorporarse estos volantes de manera generalizada en los vehículos autónomos, tal vez en cinco años", sostiene el desarrollador de ZF Marc Schledorn.
La iluminación roja, amarilla y azul en el borde del volante apoya la comunicación entre el conductor y el vehículo e impulsan visualmente al piloto a realizar una acción. A pesar de la ubicación central de la pantalla, el volante no debe prescindir de un airbag. Este se coloca por detrás y se despliega a través del volante en el caso de un impacto.
En los vehículos autónomos de nivel 3, el volante debe estar siempre al alcance del conductor, es decir, no debe desaparecer por completo en el tablero de mandos.
"Lo que sí es posible en el futuro es que el volante se retraiga ligeramente, dando así más espacio al conductor", explica Schledorn. Con la tecnología Steer-by-wire los comandos de dirección ya no se transmitirán mecánica sino eléctricamente. "De esta manera, el movimiento del volante puede ser desacoplado de las ruedas durante la conducción autónoma, y el volante ya no gira", destaca el desarrollador de ZF.
El volante deberá reconocer cómo se siente el conductor
ZF también está planificando sumar sensores en los volantes. Uno de ellos será capaz de detectar si el conductor tiene las manos en el aro. Otro detectará las funciones vitales, que permitirá medir la frecuencia cardíaca durante la conducción.
Volkswagen incorporará un nuevo panel de control a la izquierda y a la derecha del volante, que opera con retroalimentación háptica (táctil). Esta tecnología de control se utilizará en el vehículo eléctrico ID3 y luego en otros modelos.
En vehículos más avanzados, los sensores en el volante comprueban si el conductor está tocando el volante. "Con la tecnología de detección de manos libres nos aseguramos que el automovilista mantenga las manos en el volante incluso en el modo semiautónomo", destaca el desarrollador de la marca alemana Roland Otte. Si el conductor no toca el volante durante más de unos diez segundos, se emitirán una serie de alertas.
Por otra parte, los ingenieros de VW no consideran que sea una ventaja tener una pantalla en el centro del volante. "El conductor tiene dificultades de verla correctamente ya que sus ojos tienen que cambiar rápidamente de visión lejana a cercana. Y eso es un esfuerzo", afirma Otte. Además, se dificulta la incorporación de un airbag para el conductor, agrega.
"La tendencia en Volkswagen es más bien reducir el número de funciones de control en el volante para quitarle tensión al conductor. Para ello, la idea es aumentar el uso del control de gestos y de voz", detalla el desarrollador Pedro Almeida. Según el experto de VW, el control por voz será mejor y más inteligente, lo que posibilitará ayudar al conductor de forma más fácil y segura.
Con material de dpa