El Citroën CX se presentó como una auténtica revolución en el Salón del Automóvil de París, capturando de inmediato la atención del público y de los especialistas.
Su diseño disruptivo, combinado con avances técnicos de vanguardia, lo posicionó como un vehículo emblemático. Derivando de sus predecesores innovaciones como la tracción delantera, suspensiones hidroneumáticas y frenos de disco asistidos, el CX también introdujo innovaciones propias, como la disposición transversal del motor inclinado hacia adelante para optimizar el peso y la dinámica.
La conexión de la carrocería monocasco con un bastidor mediante eslabones elásticos ofrecía un confort inigualable, aislando eficazmente ruidos y vibraciones.
Destacó también por sus líneas aerodinámicas diseñadas por Robert Opron, logrando un coeficiente de 0,36.
Su interior presentaba el icónico panel de instrumentos en forma de lúnula y un enfoque en ergonomía y seguridad pasiva, con controles estratégicamente ubicados y materiales diseñados para minimizar riesgos en caso de impacto.
La prensa especializada reconoció sus cualidades al otorgarle el título de “Auto del Año” en 1975. A lo largo de su trayectoria, el CX fue incorporando innovaciones que se convertirían en estándares.
En 1977, añadió inyección en el motor naftero, una caja de cambios de cinco velocidades y detalles como techo solar eléctrico y encendido electrónico.
En los años siguientes, se sumaron características como control de velocidad crucero, cierre centralizado que incluía la tapa del tanque de combustible y motores más avanzados, como el turbodiésel de 1983 o el naftero turbo de 1984.
En 1985, introdujo tecnologías como frenos ABS, espejos térmicos y sistemas de cierre centralizado por infrarrojos. Incluso en sus últimos años, el CX continuó innovando, incorporando desempañadores automáticos, motores optimizados y elementos de seguridad avanzados.
La gama del CX abarcó una amplia variedad de modelos. El CX 2000, lanzado en 1974, fue el primero de la serie, seguido por versiones como el CX Prestigio, que captó la atención de políticos y celebridades por su elegancia y espacio interior ampliado, o el CX Turbo Diesel, que destacó por su potencia y rendimiento.
En 1983, la versión TRD Turbo 2 con motor de 2.500 cc y 120 CV alcanzaba los 195 km/h. Por otro lado, el CX Familiar y su versión comercial, el CX Enterprise, demostraron su capacidad de carga y versatilidad, convirtiéndose en referencias en su segmento.
Para los entusiastas de la velocidad, el CX GTI y sus versiones Turbo ofrecieron prestaciones excepcionales, alcanzando hasta 223 km/h en la versión Turbo 2 de 1986.
El CX se fabricó en la moderna planta de Aulnay, inaugurada en 1973. Aunque su fabricación cesó en 1989, dejando un legado de más de un millón de unidades producidas, su influencia sigue vigente en la industria automotriz.