Los autos eléctricos no son la solución definitiva

Un informe elaborado por Movilizar Latam analiza las ventajas y puntos flacos de la electromovilidad. Mitos y verdades. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

En los últimos años, la electrificación del transporte se presentó como la solución clave para avanzar en la transición energética, impulsando a las principales automotrices a anunciar planes para abandonar los motores de combustión y adoptar tecnologías más limpias.

Sin embargo, en el proceso surgieron obstáculos técnicos, económicos y de infraestructura que obligaron al sector a reconsiderar plazos y a reconocer que la movilidad del futuro será más diversa y compleja de lo previsto.

Santos Doncel Jones, especialista en la industria automotriz y cofundador de Movilizar Latam (evento que reúne a referentes del sector en América Latina), explicó que el futuro apunta hacia un ecosistema en el que convivirán distintas soluciones, adaptadas a las características de cada mercado, los recursos disponibles y la infraestructura existente.

En Argentina, si bien la apertura de importaciones impulsada por el gobierno de Javier Milei generó un leve incremento en el ingreso de vehículos fuera de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), el crecimiento sigue siendo limitado.

Los autos eléctricos representan menos del 0,1 por ciento de los patentamientos, mientras que los híbridos, que combinan combustión y propulsión eléctrica, alcanzan el 3 por ciento del mercado.

Santos Doncel Jones

Según Doncel Jones, el alto costo de los eléctricos y la falta de subsidios o incentivos fiscales más agresivos restringen su expansión, mientras que los híbridos resultan más viables en un país con grandes distancias y escasa infraestructura de carga.

La idea de que los autos eléctricos no contaminan es parcialmente cierta: aunque no emiten gases donde circulan, la fabricación de baterías implica el uso de minerales extraídos mediante procesos intensivos y su energía no siempre proviene de fuentes renovables.

En Argentina, menos del 2,3 por ciento de la energía es renovable, por lo que electrificar toda la flota sin modificar la matriz energética trasladaría el problema. Además, por cada 2.000 autos eléctricos se necesita un molino eólico funcionando un año completo para cubrir su demanda.

La experiencia de otros países confirma esta visión. Uruguay lidera en autos eléctricos per cápita, aunque Brasil encabeza en cantidad total con 152.493 unidades, seguido por México, Costa Rica, Colombia y Chile.

Argentina ocupa el décimo lugar con 1.715 unidades, pese a integrar el “triángulo del litio” con Bolivia y Chile y poseer importantes reservas del mineral. No obstante, su matriz energética está compuesta en un 53 por ciento por gas natural y un 31 por ciento por petróleo.

Este panorama lleva a replantear el rumbo de la movilidad en el país, donde el gas aparece como alternativa de menor impacto ambiental, aunque sin garantías de ser la solución definitiva, ya que futuras innovaciones podrían modificar el escenario.

Según Doncel Jones, la clave será aplicar soluciones adaptadas a las necesidades y capacidades de cada mercado, tema que formará parte central de las discusiones en Movilizar Latam.

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