Está claro que en el salón del automóvil de Frankfurt son las terminales alemanas quienes se llevan todo el protagonismo. Más allá de esa lógica que se produce inexorablemente en cada edición del IAA Frankfurt, algunas terminales “visitantes” se las arreglan para dar un golpe de impacto.
Tal es el caso de Renault, que hoy acaparó las miradas desde la develación de un futurista prototipo y el lanzamiento mundial de uno de sus emblemas de deportividad.
Por un lado, el nuevo Mégane R.S., modelo que, además de presentar un significativo cambio de imagen, trae consigo una evolución mecánica. Este modelo desarrollado en Francia por la división Renault Sport, equipa un nuevo motor naftero TCe turbo 1.8 de 280 CV, que puede estar asociado con caja manual o automática de doble embrague, ambas de seis velocidades.
Como era de esperar, ofrece mejoras en su chasis pero además incorpora la tecnología denominada 4Control. Si bien el nuevo Mégane R.S. cuenta con tracción es delantera, ahora dispone de dirección en las cuatro ruedas, es decir, que doblan ligeramente para mejorar la tenida del auto.
En materia de diseño, adopta el nuevo ADN del rombo que ya se ve en el Talisman, Mégane a secas y Koleos (que se lanzará en breve en la Argentina), con un frontal desenfadado donde se destacan los contornos de las luces de led.
Incorpora la segunda generación del sistema de info entretenimiento R-LINK, con una gran pantalla TFT de 8,7 pulgadas (22 cm). Además, la carrocería de cinco puertas (ya no es de tres) calza llantas de 19 pulgadas y luce un prominente escape central con difusor.
Su llegada a la Argentina, prevista para fines de 2019, hará más atractiva las batalla de los hatchs deportivos que actualmente tiene como referentes los GTI: Volkswagen Golf y Peugeot 308.
Una mirada al futuro
“La manera en que utilizamos nuestros vehículos está evolucionando. El automóvil es mucho más que una herramienta para desplazarse de un punto A a un punto B. Gracias a las numerosas tecnologías, es interactivo y constituye un espacio personalizado que conecta a los pasajeros con los demás vehículos, los objetos y las infraestructuras que lo rodean”, así se presentó a la nueva creación del diseñador Laurens Van Der Acker, el Symbioz.
Se trata de un concept car con el cual la marca del rombo interpela y demuestra, de manera simbólica, que en 2030 el automóvil estará cada vez más integrado en nuestra vida diaria. De hecho, su futurista arquitectura está concebida como una habitación adicional móvil.
Con 4,70 metros de largo, 1,98 m de ancho y 1,35 m de alto, la carrocería de fibra de carbono incorpora un doble tintado metalizado. Tiene un tratamiento mate en la parte delantera y satinado en la parte trasera. Su estilo exterior podría encausar, de alguna manera,la imagen de los futuros diseños de Renault para sus autos de calle.
Tecnológicamente hablando,puertas adentro dispone de una enorme pantalla de 80 cm de Ultra Alta Definición OLED (Organic Light-Emitting Diode) que reúne la información del cuadro de instrumentos y el sistema multimedia, y permite replicar el confort de un hogar.
Cabe destacar que el Symbioz es vehículo eléctrico, autónomo y conectado, equipado con una nueva generación de motorizaciones eléctricas: dos impulsores que envían su fuerza desde el eje trasero, capaces de generar 500 kW (680 CV) de potencia y 660 Nm de par motor.
Con esta configuración. La marca del rombo anuncia que el Symbioz ofrece una autonomía superior a los 500 km reales, con un tiempo de recarga por inducción de sólo 20 minutos para obtener el 80% de carga.
Con esta singular propuesta, Renault profundiza el concepto de vivienda sobre ruedas. ¿Llegará a ser así algún día?