“Un cliente puede tener su automóvil del color que desee, siempre y cuando sea negro”. Esta célebre frase pronunciada por Henry Ford aparece en la autobiografía “Ford, Mi vida y mi trabajo”, publicada en 1922, en alusión al Modelo T y a las por entonces estandarización de elementos y fabricación en cadena.
Básicos:
Velocidad máxima: 179,4 km/h / Potencia: 170 CV / Consumo promedio: 11,2 km/l / Precio: $ 50.249.500
Diseño/Aerodinámica (✭✭✭✭): Pese a no ser una versión full, su imagen es llamativa y los tonos oscuros le sientan bien.
Confort/Espacio interior (✭✭✭✭): Al ser ancha y tener una buena distancia entre ejes la habitabilidad es generosa.
Motor/Prestaciones (✭✭✭✭): El conjunto ofrece potencia y torque apropiado, y el rendimieto del motor es eficiente.
Los más: Estilo ● Equipamiento de confort y seguridad ● Rendimiento del motor ● Calidad general y robustez.
Equipamiento/Instrumental (✭✭✭✭): Está muy bien equipada tratándose de una versión de mitad de gama. El tablero digital tiene mucha información, aunque el tacómetro y el nivel de combustible son poco claros.
Suspensiones/Dirección (✭✭✭1/2): Esquema algo duro para ciudad, pero con mucha firmeza y aplomo en todo tipo de terreno. Dirección muy liviana.
Los menos: Suspensiones algo duras ● Algunos instrumentos mejorables ● Sin protector de caja ● Ausencia de ADAS.
Transmisión/Caja (✭✭✭1/2): Primeras marchas cortas y un largo recorrido de la palanca. Oportuna reductora e incorpora embrague bimasa.
Seguridad/Frenos (✭✭✭✭): Con siete airbags de serie marca el rumbo en este apartado. Los frenos responden de manera muy eficiente.
Precio/Garantía (✭✭✭✭): Está acorde con las pick-ups de su franja y la garantía es muy apropiada.
Por supuesto, no todos los Ford T fueron negros, pero sí la mayoría. Y se dice que el padre de la compañía del óvalo eligió este color, que importaba de China, porque se secaba más rápido y le permitía producir los vehículos de manera más ágil y eficiente.
Este no es el caso de la nueva Ranger Black que probamos en esta ocasión, aunque desde la filial argentina aprovecharon su lanzamiento para homenajear la frase más famosa de Ford: "So long as it's black", inscripción que aparece en los tapizados de esta nueva variante de la pick-up fabricada en Pacheco.
Back in black
A poco más de un año del lanzamiento de la nueva generación de la Ranger, la gama comienza a animarse con nuevas versiones. En este caso, la “Black” se destaca por lucir detalles en tonos oscuros, aunque curiosamente la pintura de la carrocería no se ofrece únicamente en el color negro perlado como el de nuestra unidad de pruebas, sino también en Plata Metalizado.
Por fuera se destaca la tonalidad gris oscura de la parrilla frontal, que también se replica en las cachas de los espejos retrovisores y en la barra de San Antonio aerodinámica que cuenta con rieles funcionales.
Asimismo, esta variante dispone de estribos laterales de color negro y llantas de aleación de 18 pulgadas de nuevo diseño y color gris oscuro con neumáticos All Terrain en medida 255/65R18, mientras que en la parte posterior de la carrocería el paragolpes también replica el color gris oscuro, que incluye sensores de estacionamiento que se complementan con la cámara trasera.
Puertas adentro se advierten algunas diferencias respecto de otras versiones. En la Ranger Black, los asientos ofrecen un tapizado de nuevo diseño que combina cuero ecológico y material textil con el estampado “Black” en el respaldo y la mencionada frase de Henry Ford en los laterales (delanteros).
El tapizado interior del techo también es negro y el volante multifunción está revestido con cuero, ofreciendo un buen grip. Sobre el panel de a bordo también aparecen algunos apliques en color gris oscuro para dar un sutil contraste con la enorme pantalla central de 10” (compatible con Android Android Auto y Apple CarPlay de manera inalámbrica), con el sistema operativo SYNC 4.
Por su parte, el tablero es ciento por ciento digital y ofrece bastante información sobre el vehículo, aunque algunos indicadores son un tanto imprecisos, como el cuentavueltas, que se mide a través de una barra vertical, y el medidor de combustible mediante segmentos luminosos.
La posición ideal de manejo se obtiene con facilidad gracias a la doble regulación del volante y la butaca (ambos manuales), mientras que en el sector delantero los pasajeros cuentan con cargador inalámbrico para teléfonos móviles y dos puertos USB (uno tipo A y otro tipo C).
La habitabilidad trasera es generosa y aquí los pasajeros disponen también de doble conexión USB y ventilación de aire acondicionado. Asimismo, los cojines se pueden abatir para ganar espacio portaobjetos y el respaldo se abate completamente para albergar detrás el kit de herramientas y matafuegos.
Un dato a destacar de este modelo es su adecuada insonorización (sobre todo teniendo en cuenta los neumáticos con mucho taco), como así también la calidad general y las terminaciones.
Por último, cabe mencionar que la caja de carga de esta versión no tiene protectores plásticos y la tapa del portón trasero tampoco ofrece un sistema apertura y cierre liviano.
Sí cuenta con seis ganchos de sujeción ubicados en los laterales y una oportuna toma de 12 voltios, además de cerradura a través de la llave y unos huecos en la parte superior del portón que sirven para encastrar prensas y así utilizarlo, eventualmente, como banco de trabajo.
Poderoso, el chiquitín
Al igual que la versión XLS de la cual toma la base, esta Ranger Black se sirve del conocido motor Panther 2.0 turbodiésel. Se trata de un impulsor muy utilizado en otros vehículos comerciales de la marca, entre ellos el Transit, que en este caso desarrolla 170 CV y entrega 41,3 kgm de torque ya a las 1.750 vueltas, gratamente silencioso y poco vibrador.
Este bloque tiene correa en baño aceite y, según la marca, se cambia cada 240.000 kilómetros o 10 años. El motor trabaja asociado con una caja manual de seis velocidades con reductora y embrague bi-masa, cuyo funcionamiento es bueno y está bien relacionada (con pri- meras marchas bastante cortas), aunque su accionamiento nos resultó algo tosco.
Con este conjunto mecánico, la Ford Ranger Black brinda prestaciones adecuadas para este tipo de vehículos: acelera de “cero a cien” en 11,3 segundos y alcanza una velocidad máxima de 179,4 km/h. En términos de elasticidad, para pasar de 80 a 120 km/h –situación que da una idea de su capacidad para realizar un sobrepaso en ruta– necesitó de 8,7 segundos (en cuarta marcha).
El rendimiento de este motor resultó lógico en todo tipo de circunstancias. En ciudad recorrimos 9,3 km/l, mientras que en ruta,a90km/hya120 km/h (en este último caso con el motor girando a unas cómodas 2.200 vueltas) logramos hacer 13,9 y 10,5 kilómetros por cada litro de combustible, respectivamente.
Entre asfalto y barro
Tal como apuntamos en las pruebas que hicimos cuando se presentó la nueva generación de este modelo, la nueva carrocería de la Ranger tiene mayor distancia entre ejes y trochas, esto último producto del paquete de elásticos y amortiguadores que están ubicados por fuera del chasis.
Esa característica hace que el vehículo sea mucho más estable en general, aunque se mostró bastante saltarín a la hora de encarar cunetas, lomos de burro u otras imperfecciones propias de los caminos rurales, probablemente también por tener una configuración más dura de las suspensiones respecto de otras versiones.
No obstante, la Black se mostró muy estable en la tierra apoyándose en el control de carga adaptativo, que viene de serie en todas las Ranger. Para estos menesteres, fuera de ruta se nutre de robustos chapones protectores (tanto para el radiador como para la transmisión y el tanque de combustible), y un perfil de neumáticos que le sienta muy bien.
La asistencia eléctrica es muy suave teniendo en cuenta que se trata de una pick-up, permitiéndole realizar maniobras cerradas sin tener que hacer demasiado esfuerzo, y el sis- tema de frenos (con tambores traseros), no desentonó ante la exigencia, con distancias lógicas de frenado: por ejemplo, para detenerse por completo desde los 100 km/h necesitó un poco más de 47 metros.
Por otra parte, además de poder conectar la doble tracción y la baja, esta versión dispone de bloqueo de diferencial trasero y control de descenso en pendientes. La baja nos pareció muy acertada, sobre todo al exigirla en lugares con obstáculos muy marcados, tanto en tierra como en arena.
Aquí también saca a relucir los 23 centímetros de despeje del suelo y los generoso ángulos de entrada, salida y ventral (20, 26 y 22 grados, respectivamente), y la capacidad de vadeo, que es de 80 centímetros.
Seguridad y precio
Al igual que todas las versiones de la Ranger, la Black equipa de serie siete airbags, además de los obligatorios frenos ABS y el control de tracción y estabilidad. En este rubro suma anclajes para sillas infantiles, sistema de monitoreo de presión de neumáticos y control de balanceo de tráiler y carga adaptativa, entre otros elementos.
A diferencia de las opciones más encumbradas de la gama, en esta variante no hay asistencias a la conducción (ADAS) y el control de velocidad crucero es convencional. La Ford Ranger Black tiene un precio de lista de 50.249.500 pesos.
Si bien por nivel de equipamiento rivaliza con todas las versiones intermedias de las pick-ups de la competencia, son pocas las marcas que ofrecen configuraciones 4x4 con caja manual en la actualidad, a saber: Great Wall Poer Elite (u$s 37.649), Nissan Frontier XE 4X4 MT ($ 49.406.700) y Toyota Hilux SR MT 4X4 ($ 51.763.000). Así las cosas, el modelo de Ford tiene un posicionamiento muy competitivo, con el atractivo de la nueva garantía de 5 años o 150.000 kilómetros.
MIRÁ LA FICHA TÉCNICA, EQUIPAMIENTO Y PRESTACIONES: