Probamos el nuevo DS 3 Café Racer

Con una personalización estética particular, esta edición limitada equipa el conocido motor de tres cilindros que se caracteriza por su bajo consumo. Destacada calidad general y nivel de equipamiento lógico para un modelo que, por su precio, cada vez es más exclusivo. Galería de fotos

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, una ola de optimismo y hedonismo despertó a la sociedad inglesa. Durante aquellos primeros años de la década de 1960, la ciudad de Londres se convirtió en el epicentro de una revolución cultural (de allí surgió el término “Swinging London”, en referencia a la moda), en la cual diversos movimientos artísticos, estilos musicales y tribus urbanas emergieron como un verdadero catalizador de la recuperación de la economía británica tras los años de austeridad del conflicto bélico.

En ese contexto, el estilo “Café Racer” fue uno de los más emblemáticos, iniciado por círculos de fanáticos de las dos ruedas, quienes a bordo de sus motos personalizadas realizaban carreras entre cafés y bares de rutas. Con esta versión limitada del DS 3, la marca francesa rinde homenaje a aquellos entusiastas aficionados que, a través de la personalización de sus motocicletas, lograron diferenciarse del resto.

DS3 CAFE RACER
La presentación del habitáculo es muy agradable y las butacas de cuero marrón aportan un toque distintivo. El instrumental combina tres relojes de aguja con un pequeño display digital. 

Básicos: 
Velocidad máxima: 177,7 km/h // Potencia: 110 CV // Consumo promedio: 15,9 km/l // Precio: u$s 35.135

Resumen:
Diseño-Aerodinámica (✭✭✭1/2): Un estilo moderno que supo reinventarse a lo largo de los años. La carrocería está montada sobre un chasis firme, con buena resistencia al viento.  

Confort-Espacio interior (✭✭✭): Confortable para los de adelante, acotada para los de atrás. El baúl es pequeño. 

Motor-Prestaciones (✭✭✭1/2): Buenas prestaciones y excelente rendimiento. Es algo rumoroso cuando se va en vueltas.

Los más: Diseño • Calidad general • Consumo • Comportamiento.

Equipamiento-Instrumental (✭✭✭1/2): Dotación satisfactoria, que combina información digital y analógica. 

Suspensiones-Dirección (✭✭✭1/2): Sólido en la ruta, un tanto áspero en el uso urbano. La dirección es suave y ofrece buen radio de giro.

Transmisión-Caja (✭✭✭1/2): Es eficaz y no presenta vicios marcados a la hora de pasar las marchas. Tiene modo secuencial, pero no cuenta con levas en el volante. 

Los menos: Auxilio temporal • Precio • Faltantes de equipamiento • Prestaciones modestas.


Seguridad-Frenos (✭✭✭1/2): La dotación es adecuada, y correctas las respuestas del sistema de frenos y las asistencias electrónicas.

Precio-Garantía (✭✭): Es más caro que todos sus rivales. La garantía, en conformidad con el segmento.

Modo Vintage

Nacido como un Citroën en 2010, el DS 3 fue modificando sutilmente algunos rasgos de su silueta durante todo este tiempo, para no perder vigencia. Con ese envase atractivo, la marca de lujo del Grupo PSA (en colaboración con el estudio parisino BMD Design) buscó con esta edición limitada interpretar el concepto Café Racer a través de algunos agregados estéticos.

Por fuera se destaca un llamativo “ploteo” en los laterales y el techo, mientras que las baguetas de las puertas, la grilla frontal, los espejos retrovisores y las llantas son de color negro. Sus también llamativas ópticas delanteras disponen de faros de led y xenón, incluyendo las características ópticas traseras, también con tecnología led y efecto 3D.

DS 3 Café Racer

Puertas adentro también se advierte distinto a cualquier otra versión del compacto francés. La plancha de a bordo está pintada de un color beige, y en uno de los extremos replica la gráfica alusiva a esta edición especial, mientras que las butacas (muy ergonómicas) están tapizadas con un atractivo tapizado de cuero marrón y disponen de calefacción para los ocupantes de las plazas delanteras.

En materia de confort y conectividad dispone de climatizador automático, cámara de retroceso, navegador satelital y un sistema multimedia con pantalla táctil de 7” con función Mirror compatible con Apple Car Play y Android Auto.

Encontrar una adecuada posición de manejo es tarea sencilla sin importar la contextura física, pues tanto la columna de dirección como el asiento ofrecen ajustes (manuales) en altura y profundidad. El conflicto se presenta para quienes viajen atrás: el espacio para las piernas es muy reducido (casi inexistente si el conductor maneja muy desplazado hacia atrás), y, pese a que cuenta con tres cinturones y apoyacabezas, el ambiente sólo es apropiado para dos personas. Lógicamente, dada la compacta estructura de su carrocería, la capacidad de carga del baúl es de apenas 285 dm3, alojando debajo del piso un neumático de auxilio temporal.

Al ritmo de tres

El DS 3 Café Racer recurre a una mecánica que responde a la creciente tendencia al “downsizing” (el mismo que utilizaba la primera generación del Citroën C4 Cactus), a través de la cual, durante los últimos años, muchos fabricantes comenzaron a reducir la cilindrada de sus motores para intentar exprimir al máximo su potencia. En este caso, se trata del impulsor naftero 1.2 de tres cilindros, con tapa de 12 válvulas e inyección directa, que cuenta con un turbocompresor que le permite desarrollar 110 CV de potencia y entregar 20,9 kgm de torque máximo, desde las 1.500 rpm.

DS3 CAFE RACER
El baúl ofrece 285 dm3 de capacidad de carga. 

Como todo “tricilíndrico”, se caracteriza por el ronquido y su marcada vibración en ralentí. Pese a esto, el habitáculo tiene una buena aislación acústica. Trabaja asociado con una caja automática de seis velocidades con convertidor de par y modo secuencial, cuya respuesta es agradable: salvo alguna aceleración intempestiva, lo hace con eficacia y no presenta vicios para engranar el siguiente cambio. El aspecto negativo es que no dispone de levas en el volante. Con esta configuración mecánica, el DS 3 Café Racer no se destaca por prestaciones deportivas: acelera de 0 a 100 km/h en 10,9 segundos, y para pasar de 80 a 120 km/h necesita 8,2 segundos.

Indudablemente, la mayor virtud de este tipo de propulsores es su rendimiento: en promedio, puede recorrer 15,9 km/l, cifra que, atendiendo a la capacidad de carga del tanque (50 litros), le permite alcanzar una autonomía de 795 kilómetros. Durante nuestras pruebas de rigor alcanzamos una velocidad máxima de 177,7 km/h.

En ruta ofrece un buen confort de marcha y un destacado comportamiento dinámico, aunque si se toman curvas a alta velocidad, tiende a sacar la cola. No obstante, el ESP se encarga rápidamente de corregir su trayectoria.

Esta edición limitada contempla 25 unidades para el mercado argentino

En el ámbito urbano es un vehículo agradable de conducir, no sólo por la respuesta del motor, sino también por la suavidad de una dirección -con asistencia eléctrica- que ofrece mucha suavidad para maniobrar en espacios reducidos. No obstante, en calles dañadas o empedrados se hace notar la aspereza del esquema de suspensiones, y en ocasiones el voladizo delantero es proclive a tocar en los lomos de burro. En materia de seguridad, cabe destacar la eficacia de los frenos con discos en las cuatro ruedas y las asistencias de los mencionados controles de tracción y estabilidad. A diferencia de la opción tope de gama del modelo (Sport Chic), no cuenta con el sistema de freno automático urbano, denominado Active City Brake.

Atrapado entre dos mundos

DS es una marca que, de un tiempo a esta parte, decidió apuntar al mundo premium e identificarse como tal. Por lo general, el precio de sus productos se ubica en un limbo entre las marcas generalistas y las de “sangre azul”. Sin embargo, el valor de esta edición limitada Café Racer es excesivamente cara teniendo en cuenta que, además, no ofrece la mecánica más potente de la gama (1.6 THP de 208 caballos). Cuesta 35.135 dólares, es decir 1.570.000 pesos.

DS 3 Café Racer

En este particular segmento encontramos varias opciones, tanto de marcas generalistas como premium, inclusive más accesibles que el DS. Entre ellas podemos mencionar el Fiat 500 Lounge, con motor 1.4 de 100 CV (888.000 pesos) y el Alfa Romeo Mito Veloce TCT, con motor 1.4 turbo de 170 CV, cuyo valor es de 26.400 euros (1.298.880 pesos).

La única variante del Audi A1 que se comercializa actualmente en el país (1.4 TFSI de 125 CV con caja Stronic) cuesta 29.930 dólares (1.336.530 pesos al cambio oficial), mientras que la variante más barata de la nueva generación del Mini (Cooper Pepper) con motor 1.5 de tres cilindros y 136 caballos con caja automática de siete marchas, cuesta 34.900 dólares (1.560.030 pesos).

FICHA TÉCNICA Y PRESTACIONES