Así probábamos el Renault Clio RL

Recordamos el test del pequeño modelo del rombo. En esta ocasión, la prueba de manejo pertenece a la edición de mayo de 1996. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

El Clio RL, el más barato de la gama, supera a sus rivales en prestaciones pero no en confort y equipamiento

Esta es la tercera versión del Clio que nos toca probar, y es quizá la más esperada y accesible para el público al que está dirigido. Es el vehículo más vendido en Francia y el más rápido de su categoría. Sus líneas son similares a las del RT, pero la gran diferencia de este RL radica en que tiene tres puertas y un menor nivel de equipamiento.

Lo más sorprendente es el funcionamiento del pequeño y potente motor Energy que ahora, con inyección monopunto, no tiene inconvenientes para arrancar en frío, como los tenía la versión con carburador.

Otra virtud es su gran agilidad para circular en la ciudad, y la facilidad de estacionarlo en cualquier lugar y poder salir rápidamente de la situación que sea, gracias a su versatilidad y muy pequeño tamaño.

Renault Clio RL

En la ruta también se comporta bien. Viene equipado con cubiertas de perfil bajo que le permiten tenerse y doblar con mucha precisión. El acceso al auto es bastante cómodo, pero para las personas muy altas es un poco bajo. La posición de manejo es agradable aunque lleva tiempo acostumbrarse, el espejo retrovisor central cubre sólo parte de la visibilidad, y la reclinación de las butacas -muy angostas- está limitada hacia atrás.

Los mandos de las luces, limpiaparabrisas, balizas y luneta térmica están muy bien ubicados, pero no las manijas de los levantavidrios: cuanto éstas son accionadas hacen que la mano roce con el portamapas de las puertas.

Un punto fuerte del RL son las prestaciones: alcanzó una máxima de 176.4 km/h y aceleró de 0 a 100 km/h en 12 segundos. Con relación a sus principales competidores -Fiesta y Corsa- este ítem no tiene punto de comparación si tenemos en cuenta que ambos disponen casi de la misma cilindrada.

Algo que podría mejorarse del RL es el pobre panel de instrumentos. El tablero dispone de velocímetro, odómetro, indicador de combustible, y el resto son luces testigo, pero no viene siquiera con un reloj que indique el nivel de temperatura del motor. Lo único que trae en este aspecto es una luz testigo, que se enciende únicamente cuando se pone en contacto el motor, o si este recalienta.

Su principal opcional es el aire acondicionado. La unidad que testeamos ya venía equipada con este elemento, que funcionó correctamente. El consumo es muy bueno y ha sido mejorado con relación a la versión con carburador: en ruta hizo poco más de 20 kilómetros con un litro de nafta, mientras que en ciudad rindió casi 14 km/litro.

Renault Clio RL

Durante las pruebas que le realizamos con el Correvit, el velocímetro marcó un error del orden del 10%, lo que quiere decir que si indica 130 km/h, en realidad se está circulando a 117 km/h. Probablemente fue un defecto de la unidad que nos tocó probar, ya que es poco común que ello suceda en autos nuevos y modernos.

Por otra parte, las relaciones y el mando de la caja están muy bien escalonadas, lo que le permite un manejo preciso y placentero. La seguridad también ha sido tenida en cuenta en el Clio RL. En este sentido, viene equipado con cuatro cinturones inerciales, y las puertas disponen de refuerzos internos de acero para absorber impactos laterales.

Esta versión económica, que cuesta u$s 14.700 -con opcional de aire acondicionado, como ya dijimos-, se vuelve interesante por su muy buena performance, sobre todo si se lo compara con sus rivales más directos.

Texto: Augusto Brugo Marco
Fotos: Juano Fernández

OTROS DATOS

Motor: 1.4 con cuatro cilindros en línea y 80 CV

Transmisión: Manual de cinco marchas

Velocidad máxima: 176,4 km/h

Aceleración 0-100 km/h: 12 segundos

Distancia de frenado a 100 km/h: 41,8 metros

Consumo en ruta a 100 km/h: 20,2 km/l

Consumo en ciudad: 13,9 km/l

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