Una expresión popular reza algo así como “cuando Brasil estornuda, Argentina se resfría”. Y no es para menos: más que una frase es una realidad. Es que todo lo que ocurre en materia económica con nuestro mayor socio comercial del Mercosur, tarde o temprano tiene consecuencias en nuestro país.
Y justamente la industria automotriz no escapa de esa lógica. Por eso, ya comienza a haber gran expectativa y cautela en torno a lo que ocurra con el sector una vez que Jair Bolsonaro tome las riendas (el próximo mes de enero) de un país que consume el 70 por ciento de los vehículos fabricados en la Argentina.
Según estadísticas de la Asociación de Fabricantes (Adefa), entre enero y septiembre de 2018, Argentina exportó 198.337 vehículos en total, de los cuales 139.671 unidades fueron a Brasil.
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¿Por qué tanta incertidumbre? El motivo radica fundamentalmente en declaraciones del seno del equipo económico del flamante presidente brasileño, quienes argumentan que “el Mercosur no será una prioridad en este mandato”.
Si bien esto no quiere decir que haya una real posibilidad de ruptura de Brasil con el Mercosur, queda claro que el país vecino tendrá otras prioridades. En ese escenario, donde nuestro vecinos intentarán abrirse al mundo, es muy probable que “algunas reglas del intercambio regional” viren de alguna manera.
Hoy inician las actividades para la prensa en el Salón del Automóvil de San Pablo, edición que además de prever muchas novedades en materia de producto para la región (es probable que haya anuncios de producción de alguna marca en nuestro país), quizás comience a dar un guiño favorable a un sector que no viene de pasar su mejor año en Brasil y en consecuencia, tampoco en la Argentina: durante los últimos meses se derrumbaron significativamente las ventas de vehículos 0km.
