Conocé la historia del Verga Coupé

El Volkswagen Escarabajo fue utilizado como plataforma para el desarrollo de muchos autos. Tanto el bastidor como la confiable mecánica el “auto del pueblo” sirvieron para que se materialicen muchas ideas. En esta nota, un caso muy particular nacido en Suiza. Galería de fotos

Gustavo Piersanti

La firma Carrozzeria Verga fue fundada en 1830 por Beniamino (Benjamín) Verga en Coldrerio, Suiza, con la intención de fabricar carros, carretas y carrocerías para vagones ferroviarios, en acero y madera.

CLASICOS Verga COUPE
El interior era de lo más austero. Incluso más que en el Escarabajo. Para bajar costos, se recurió a muchos de los elementos del Volkswagen.

Con el cambio de siglo y el advenimiento de un nuevo medio de transporte masivo, la empresa, como tantas otras, debió transformarse. Giancarlo Verga, hijo del fundador, mantuvo el negocio familiar, pero empezó a especializarse en la fabricación y reparación de carrocerías para automóviles, primero manteniendo el oficio en metal y madera, para luego sumar el aluminio.

El disquito volante
En 1956, Enrico Verga se lanzó a una nueva aventura: crear un automóvil con su propia marca. En esa época, en Europa ya había varias carroceras pequeñas que, utilizando la base del Escarabajo -por entonces accesible y con la particularidad de que la carrocería se sacaba fácilmente del robusto chasis aflojando unos cuantos bulones- le habían otorgado al “auto del pueblo” una vestimenta nueva y más deportiva.

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El diseño del Verga Coupé combinaba lineas filosas con curvaturas suaves. La cola estaba mejor resuelta que la trompa, que al no contar con parrilla, parecía algo "desabrida". 

De esa manera nació un prototipo denominado Gebruder Verga Coupé, que fue presentado en el Concours D’Elégance Competition en Campione d’Italia, un pequeño enclave italiano dentro de territorio suizo, a orillas del lago Lugano.

Como ya se mencionó, el auto utilizaba el bastidor de un Escarabajo, junto con sus probadas entrañas mecánicas. El motor de 1.200 cm³ entregaba a las ruedas traseras 24,5 caballos de fuerza mediante una caja de cambios de 4 velocidades.

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Esta foto en ByN fue tomada por la misma empresa fabricante a finales de 
los 50; en ese entonces el auto era rojo.

Suspensiones, frenos y dirección se mantuvieron inalterados. La perfilada carrocería se destacaba por contar con un parabrisas corto tipo speedster, adosado –conjuntamente con sendos limpiaparabrisas de accionamiento hacia afuera– a un anillo circular que se elevaba hacia atrás para permitir el acceso al habitáculo.

En esta poco convencional pieza también se encontraban, a ambos lados, dos elementos semicirculares que oficiaban de puertas y que se levantaban junto con ese anillo para que el conductor y su acompañante pudieran subir y bajar más cómodamente.

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Vista del interior del taller Verga, en donde se reparaban todo tipo de carrocerías.

Las ruedas estaban semicarenadas por una carrocería cuyos flancos estaban algo más afuera de la línea exterior del rodado (al mejor estilo Alfa Romeo Disco Volante), y no contaba con parrilla frontal, ya que mantenía la disposición de motor trasero refrigerado por aire del Escarabajo.

Muchos elementos ornamentales de éste fueron utilizados para bajar costos, como por ejemplo los faros principales y de posición, las llantas y sus tazas cubrebulones; hasta el emblema del castillo de Wolsfburg fue colocado en su morro.

La antena receptora para la radio se encontraba en una posición inusual, en medio de la trompa, delante de la tapa del baúl. Las molduras laterales y de capó fueron diseñadas y fabricadas por la firma suiza, mientras que los faros traseros eran de origen Fiat.

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Otra fotografía en ByN tomada por el fabricante suizo.

Al año siguiente, el auto sufrió una modificación importante, seguramente debido a la incomodidad que generaba esa extraña puerta de acceso. De esta manera, el Verga pasó a contar con un techo rígido convencional y dos puertas del tipo ala de gaviota. Su accesibilidad no mejoró demasiado.

Pasado turbio
El ejemplar no sólo no tuvo el éxito esperado, por lo que quedó como ejemplar único, sino que además sus propietarios (se desconoce quiénes eran en ese entonces) no tuvieron mejor idea que utilizarlo para actividades ilícitas.

Como el auto era un deportivo pequeño con poca capacidad de carga, debieron modificarlo para poder traficar autopartes, especialmente rodamientos para camiones, en una época en que los aranceles eran demasiado elevados.

VERGA COUPE
El exótico deportivo suizo estuvo tirado en un depósito casi 60 años. 

De este modo, el pobre autito recibió varios compartimientos secretos y gatos en las cuatro esquinas para poder levantarlo fácilmente y esconder las piezas. También se debió reforzar la estructura para soportar el peso de la carga que llevaba. Pero la historia terminaría aún peor.

En el año 1959, la policía aduanera francesa descubrió lo que estaba pasando e incautó el auto en la frontera franco-española de Arnéguy. El Verga Coupé fue guardado en una bodega en La Rochelle hasta que fue encontrado accidentalmente en 2018, y subastado por las autoridades francesas.

A la fecha se sabe que este one-off fue adquirido por un particular y llevado a Suiza para su restauración a condición original. Sin embargo, ya se ha mostrado al público en una exhibición de autos de la marca Volkswagen tal como se lo encontró, a fin de recopilar mayor información para la ardua tarea que le espera por delante.

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