Test: Volkswagen Polo

Llega desde la India para ocupar un lugar entre el Voyage y el Vento. Ofrece andar confortable y la confianza del conocido motor naftero 1.6 de 105 CV para volver a poner en acción un nombre que goza de buena fama en nuestro mercado: ¿lo logrará? Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Seguramente son muchos los automovilistas que tienen muy buenos recuerdos del Volkswagen Polo. Aquel modelo que se produjo en la planta de General Pacheco, provincia de Buenos Aires, entre 1998 y 2010 (¡sí, 2010, aunque parezca que han pasado cien años desde que dejó de verse seguido en las calles), compartiendo plataforma y línea de armado con el Seat Córdoba (uno de los últimos Polo producidos tenía el interior del Córdoba), fue un producto muy requerido tanto para uso familiar como profesional por sus virtudes: confort de marcha, amplio baúl y mecánica confiable que abarcaba todos los frentes (naftera, Diesel y GNC).

Sin embargo, la modernidad determinó su desaparición. VW no encontró un producto capaz de reemplazar a aquel sedán compacto, que fue lo suficientemente apto como para dejar bien en alto su buen nombre y prestigio.

Tuvieron que pasar cinco años para que los directivos de la marca alemana pudieran elegir el modelo adecuado que apareció en la India. Allí se vende con el nombre de Vento, el mismo con el que se lo conoce en México, país al que también llega importado desde las tierras de Gandhi.

Así, el nuevo Polo llega al mercado local para ubicarse entre el Voyage y "nuestro" Vento. Alguien se preguntará: ¿ese no es el lugar del Bora? La respuesta es sí, pero ese es otro problema para VW Argentina: todavía no existe en la paleta de productos uno que coincida con las características de ese "golf con cola". ¿Por qué no el nuevo Polo? Porque proviene de un segmento diferente: el Bora, es mediano; el Polo, compacto. Además, el recién llegado está lejos del Bora en muchos aspectos, incluyendo, entre ellos, habitabilidad, comportamiento dinámico y calidad.

Pero, como dice el refrán popular, "cada cosa en su lugar": ahora es tiempo para el nuevo Polo; para el "nuevo Bora" habrá que esperar...

Una versión

La estrategia de desembarco diseñada para este modelo establece que, inicialmente, se comercializará en una única versión de equipamiento, Comfortline, que ofrece una dotación que podríamos definir como "justa". En la lista de la página 32 no aparecen sorpresas. Los elementos más destacados son climatizador, control de velocidad crucero, computadora de a bordo y equipo de audio completo. Para ampliar la dotación se ofrece una lista de accesorios, entre los que aparecen llantas de aleación de 16 y 17 pulgadas, pedalera deportiva, sensor de estacionamiento y navegador. Es cierto también que el origen de este modelo es, en parte, clave en este punto: los productos fabricados en la India no brillan por el nivel de equipamiento; por eso los responsables de VW Argentina tomaron la versión más completa y la adaptaron a nuestro mercado. Sí es importante destacar que la rueda de repuesto es de uso temporal (175/70 R14 con llanta de chapa).

En seguridad, aparecen los obligatorios ABS y doble airbag, además de anclajes Isofix y antinieblas delanteros, pero no son de la partida antinieblas trasero ni, especialmente, control de estabilidad.

Antes de un eventual restyling, en un plazo no mayor a dos años, probablemente se incorpore en la oferta una versión Highline.

Compacto plus

Las dimensiones del nuevo Polo apoyan ese posicionamiento intermedio. Con 4.384 mm de largo, 1.699 de ancho y 1.465 de alto, es 154 mm más largo que el Voyage y 244 más corto que el Vento; 43 mm más ancho que el primero y 79 más corto que el otro, y 7 mm más bajo que el mediano. La distancia entre ejes es generosa: con 2.552 mm supera en 87 mm al Voyage y queda a 100 mm frente al Vento. Y si lo comparamos con el modelo del cual toma el nombre, vemos que el nuevo Polo es 220 mm más largo, 59 mm más ancho, 46 mm más alto y con una distancia entre ejes 111 mm más larga. En la capacidad del baúl, "empate técnico" entre los tocayos: 454 dm3 el actual; 455 el anterior. Pero si lo comparamos con Voyage, el nuevo Polo queda en desventaja por 26 dm3, aunque el volumen disponible es muy bueno para la categoría.

Esa carrocería muestra un estilo moderno que sigue la línea de familia de la marca y le otorga una impronta "mini Vento" que intenta ser jerarquizada por algunos apliques cromados en paragolpes, tapa del baúl y manijas de puertas. Llantas de aleación de 15 pulgadas y faros de circulación diurna suman un plus de modernidad. Sin embargo, ese estilo nada puede hacer con la pobre aislación acústica: el habitáculo recibe sin demasiado freno los ruidos que provienen tanto de la rodadura como del viento y, especialmente, del motor, el conocido bloque naftero de cuatro cilindros 1.6 que emplean varios productos de la marca que, en este caso, entrega 105 CV de potencia y 15,3 kgm de par. Trabaja conectado con una caja manual de cinco velocidades, bien relacionada, que se comanda con una selectora de excelente tacto y respuesta. Pero para sacar el mejor provecho del motor es necesario llevarlo en vueltas y eso se traduce en ruido en el interior.

Las prestaciones que obtuvimos en nuestras pruebas fueron muy buenas, con destacados 183,5 km/h de velocidad máxima y 11,5 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h. El consumo promedio es aceptable (medimos un rendimiento de 12,5 km/l) aunque la marca en ciudad fue algo elevada: 8,9 km/l.

Confort ciudadano

En un ambiente bien decorado pero recorrido por mucho plástico duro y materiales de calidad, en ciertos casos mejorable, con tapizados de tela y algunas líneas cromadas, el conductor logrará rápidamente su mejor posición, gracias a las múltiples regulaciones de la columna de dirección y al ajuste en altura de su butaca. En el sector del acompañante aparece el soporte del matafuegos, que quita espacio para los pies.

Atrás hay lugar suficiente para que dos adultos viajen con comodidad, ya que la plaza central admite solo niños o personas de contextura pequeña.Todos los ocupantes disponen de cinturones inerciales y apoyacabezas.

Esa comodidad se traslada al andar en el ámbito urbano. Allí aparece como un vehículo confortable que, a diferencia de otros VW, se muestra con suspensiones mullidas, "blandas", podríamos decir, al punto que esa característica se transforma en un dato para tener en cuenta en la ruta, ya que a velocidades elevadas la carrocería manifiesta oscilaciones.

La dirección responde muy bien y, gracias al sistema de dureza variable (se incrementa en función de la velocidad), ayuda a corregir aquellos movimientos de la carrocería.

Los frenos también están correctamente ajustados y logran detener al nuevo Polo, ABS mediante, en distancias más que aceptables.

Superador

Para acceder al nuevo Volkswagen Polo 1.6 Comfortline con caja manual que aquí analizamos es necesario desembolsar 237.600 pesos (251.400 pesos, con caja automática), valor que lo ubica por sobre sus rivales, muchos de los cuales son más potentes o están mejor equipados (el Fiesta KD incorpora ESP). Es necesario mencionar también que aparecen otros modelos que podrían ser rivales, como el Chevrolet Sonic (265.600 pesos) y el Renault Logan (212.700 pesos).

Más allá de los números, el lanzamiento de un nuevo modelo siempre es una buena noticia. Pero, en este caso, no solo regresa un nombre, lo hace un concepto de vehículo muy valorado por el público local. Moderno, estilizado, confortable y con mecánica confiable, el nuevo Polo reúne las características del producto del cual toma el nombre y pretende con ello repetir el éxito de aquel. Es una tarea difícil, pero no imposible; el tiempo dirá.

FICHA TÉCNICA - VOLKSWAGEN POLO

Ficha técnica - Volkswagen Polo