Por Stefan Weissenborn (dpa)
La señora se sentó en el auto y sacó su espejito de maquillaje. Lo miró, lo movió, pero no se fijó en sus ojos ni en la pintura de sus labios. Lo giró simplemente porque quería ver si iba alguien detrás de ella. Dorothy Levitt, nacida en Londres en 1882, es una persona especial en la historia del automóvil. Además de ser la autora del libro The Woman and the Car: A Chatty Little Handbook for the Edwardian Motoriste, un manual de conducción para mujeres en un mundo dominado por hombres, fue una de las primeras mujeres piloto de carreras y la que dio la idea del espejo retrovisor.
"Las mujeres deberían colocar un pequeño espejo de mano en un sitio adecuado del coche y elevarlo de vez en cuando para poder mirar hacia atrás durante el trayecto", señaló Levitt en el libro, publicado por primera vez en 1909 y editado de nuevo este año. Sin embargo, pasaron algunos años hasta que la idea llegó a la industria.
En 1914 los primeros fabricantes empezaron a montar espejos retrovisores en los vehículos del día a día. Antes, el piloto Ray Harroun lo había usado para la primera prueba de las 500 millas de Indianápolis en 1911. El espejo estaba situado en mitad del cockpit de bólido Marmon Wasp con el que Harroun ganó la prueba. El vehículo se puede ver hoy en día en el Salón de la Fama del circuito de Indianápolis.
Hubo que esperar varios años hasta que el retrovisor fuera algo habitual. En 1927 el modelo T de Ford lo implementó. Pero recién en los años 30 y 40 el retrovisor, ya fuera interior o externo, empezó a ser algo estándar en la producción de vehículos.
Hoy en día, los espejos están colmados de tecnología. Los externos se pueden calentar, regular el ángulo y doblar para estacionar en espacios estrechos. Activan una señal lumínica ante la existencia de tráfico en el ángulo muerto e incluso han desarrollado una luz para iluminar el entorno.
"El espejo interior se usa para mostrar detalles de la navegación o como monitor de la cámara trasera. En la parte de atrás del espejo hay cámaras para el reconocimiento de señales, para el asistente de frenado o el aviso de mantenimiento de carril", afirma Arnulf Thiemel, del centro técnico del Club Alemán del Automóvil ADAC. También hay sensores de luz para el asistente de luz larga o sensores que reconocen los cristales empañados y activan la ventilación.
En tanto, Nissan desarrolló hace poco un "retrovisor digital" para los vehículos producidos en serie. El llamado Smart Mirror (espejo inteligente) tiene integrado un monitor LCD. Además de la imagen reflejada tradicional, el conductor puede ver la de una cámara situada en la parte trasera.
Casi 100 años después de la primera idea de un retrovisor también se atisba un cambio en los espejos exteriores. El vehículo eficiente XL1 de Volkswagen, producido en una serie reducida, renuncia a espejos externos y los cambia por cámaras para lograr un consumo lo más reducido posible gracias a una aerodinámica optimizada.
Por su parte, Tesla mostró en 2012 un prototipo del Modelo X sin espejos externos, al igual que Porsche el mismo año con el prototipo Panamera Sport Turismo, insistiendo en una idea vista ya en 2010 en el Porsche 918 Spyder. "No es un problema", dice el portavoz de la firma alemana, Hermann-Josef Stappen. "Sólo la legislación está por detrás de la realidad técnica", agrega.
Según el experto legal de ADAC Markus Schäpe, es posible ya en Alemania desde 2005 sustituir el espejo por un sistema de cámara y monitor, pero las firmas se orientan por las leyes internacionales para poder así vender más en la mayor cantidad posible de países.
"Fue una historia larga y ha durado bastantes años", dice el portavoz de Volkswagen Michael Franke sobre el proceso de obtener permisos para el llamado E-Mirror del XL1.
Una petición en los Estados Unidos hace pocos meses demuestra lo lejos que la industria quiere llegar en este aspecto: varios fabricantes del país solicitaron a la autoridad federal de seguridad vial poder sustituir en el futuro los espejos exteriores por cámaras. Además de la mejora en la aerodinámica, otra ventaja es que las cámaras solucionan mejor el problema del ángulo muerto.
Arnulf Thiemel, sin embargo, es escéptico sobre el fin cercano del espejo tradicional. "Suplir la información de tres espejos por la de tres cámaras en un monitor es difícil. Además, la tecnología es mucho más cara", afirma.
En ello seguro que no pensó hace más de 100 años Dorothy Levitt. La precursora, considerada en 1906 como la "Chica Más Rápida de la Tierra" tras batir un récord de velocidad, tenía su propia idea de la seguridad al volante: a las mujeres que viajaban solas por las carreteras les recomendaba llevar "un pequeño revólver". A diferencia del retrovisor, esa idea no prosperó.
FUENTE: dpa