Los airbags son elementos de seguridad pasiva de los vehículos, es decir que se activan sólo cuando ocurre un accidente. Te presentamos una lista de 10 curiosidades sobre ellos que te sorprenderán:
1) Los airbags son bolsas de tejido, fibra sintética de poliamida o nylon que se llenan de nitrógeno cuando los sensores del vehículo registran impactos de 3 g.
2) En un choque, los airbags reducen un 30% el riesgo de muerte de los pasajeros. Pero los expertos aclaran que sólo es efectivo cuando se usa junto al cinturón de seguridad.
3) Si alguna vez tenés un accidente y se activan, vas a notar que en el aire queda un polvo blanco. Es, simplemente, talco, que facilita su despliegue y evita que se quede pegado mientras está guardado.
4) El despliegue se realiza en 30 milisegundos a una velocidad de 400 km/h.
5) La fuerza con la que se inflan es semejante a la del golpe de un boxeador: 340 kg. Es importante utilizar el cinturón de seguridad para no chocar contra ellos y sentirlo como un knock out en el rostro. Se desinfla en unos 50 milisegundos.
6) Lo que produce el despliegue de los airbags ante un impacto es una pastilla de azida de sodio (NaN3) que se descompone en milésimas de segundo y genera una reacción química. Así se produce el nitrógeno que los infla.
7) El airbag frontal del pasajero es incompatible con el uso de sillas infantiles. Si alguna vez llegás a sentar a tu hijo en la butaca del acompañante delantero (algo que está prohibido por las normas), fijate si podés desactivarlo (algunos modelos no lo permiten).
8) Para evitar el despliegue accidental de los airbags tras un impacto, los bomberos suelen desconectar la batería del vehículo, lo que reduce el riesgo de inflado post-colisión.
9) Por ley, en la Argentina solo son obligatorios los dos airbags frontales en todos los autos producidos a partir del 1 de enero de 2014. Algunos modelos también ofrecen bolsas de aire laterales, de cortina, de rodilla y hasta en los cinturones de seguridad o el capot.
10) Es importante revisar el estado de los airbags cada cinco años o 120.000 kilómetros, aunque en los vehículos modernos están preparados para durar toda su vida útil. Y si llegan a activarse en alguna situación, deberán ser sustituidos.
FUENTE: Autopista.es
