Un relevamiento realizado por la Fededración Internacional del Automóvil para Latinoamérica (FIA Región IV) y Safe Kids Argentina arrojó que en la Ciudad de Buenos Aires sólo un 20% de los bebés y niños viajan con sistemas de retención infantil (sillas y butacas) correctos y bien instalados en los vehículos. Es decir, cuatro de cada cinco menores son trasladados de manera insegura.
Asimismo, el informe señaló que un 12% de los menores viaja en el asiento delantero, y un 37% sin cinturón de seguridad puesto. Por otra parte, si bien 1.058 de los 2.436 niños relevados sí portaban cinturón, al no estar sentados en sistemas de retención infantil adecuados a su edad también estaban expuestos a lesiones.
Para los expertos, el principal problema es una legislación local obsoleta, que no especifica qué tipo de silla es segura para cada edad, a lo que se le suman la negligencia paterna y la falta de controles por parte del Estado.
¿Cuáles son las "sillitas" seguras?
Las famosas "sillitas" o butacas infantiles para autos se dividen en dos grupos: según la edad del menor, y según su peso. En primera instancia, al momento de comprar una silla hay que constatar que esté homologada, es decir, que cumpla con los requisitos indispensables de seguridad. Lo ideal es que el auto cuente con sistemas de sujeción Isofix o Iatch (la mayoría de los 0KM los incluyen), ya que son los más eficientes. En este caso, también se debe buscar una silla compartible.
Luego, hay que confirmar que se adecúe a la edad y peso del menor y, finalmente y aunque parezca un detalles, es central colocarla correctamente.
Las butacas se dividen en:
Grupo 0 o 0+: desde el nacimiento hasta los 15 meses o 13 kilos. Por lo general, el famoso "huevito" viene incluido en el cochecito de paseo. Siempre hay que colocarlo con el bebé mirando en sentido contrario a la marcha del vehículo.
Grupo 1: de 9 meses a 4 años, y de 9 a 18 kilos.
Grupo 2: de 4 a 6 años, de 15 a 25 kilos.
Grupo 3: de 6 años hasta 1,50 m de altura, de 22 a 36 kilos. Se llama booster o elevador, y permite que el cinturón le pase por el centro de la clavícula (por el hombro) y no por el cuello, que en caso de una frenada o choque podría generarle lesiones.
Y el niño nunca, por ningún motivo, tiene que ir en la falda o en los brazos de los adultos.
